Macri
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Macri Es imposible discernir, con precisión absoluta, quiénes sufragaron ayer en favor de Mauricio Macri, pero ciertamente su triunfo --que desaloja del poder porteño con estrépito a la ecuación ideológica de centro-izquierda que venía gobernando desde 2003-- se debe al cambio de las clases medias urbanas. Invitadas a votar, eligieron, la mayoría, dejar atrás estos últimos años de falsas opciones, de chapucería setentista, de mediocridad, de inacción ante asesinos reincidentes, de policía estupefacta, de jueces garantistas y de establecimientos de educación pública secuestrados por ideólogos. Una cosa es segura: la capital del país, que jamás ha sido bastión de la centro-derecha, se halla en ciernes de un experimento que, a tenor del desuso en que ha caído, suena casi revolucionario: gobernar con sensatez. Macri tendrá, a partir de diciembre, la gran oportunidad de demostrar que el ejercicio del poder tiene hoy que ver con la gestión enderezada a satisfacer las necesidades de los vecinos y no con gastados tópicos ideológicos. |