Manotazos
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Manotazos El gobierno reemplazó --por decreto-- al responsable del Enargas, fuertemente sospechado de corrupción en el caso Skanska, y anuló la concesión ferroviaria que explotaba el empresario italiano Sergio Taselli, cercano al menemismo, en el sur del Gran Buenos Aires. Pero son todos manotazos de ahogado, incapaces de resolver problemas de fondo, como verdaderamente son el peculado y el hacinamiento conurbano. Todo el transporte circula atado con alambres, desde los radares de los aeropuertos a las vías del tren y a las carreteras. Se puede echar la culpa a las privatizaciones de los '90 o al derrumbe del estatismo anterior a los '90 y en ambos casos se tendrá parte de razón, pero lo cierto es que estamos frente a una crisis general. Las firmas de comunicaciones denuncian los robos sistemáticos de cables de cobre, como los que también guían los cambios del tren, y la Argentina se ha convertido en un exportador mundial de cobre, minería que no tiene. Se han robado, serruchándolas a la vista y paciencia de los peatones, hasta las colas de los caballos de las fuentes del monumento a los Dos Congresos de Buenos Aires, así como chapas de bronce de profesionales y botoneras de los porteros eléctricos. El problema no se arreglará, pues, con intervenciones y anulaciones. |