viernes, mayo 04, 2007

IMPERDIBLE!!! NUEVO LIBRO DE VICENTE MASSOT

EN TODAS LAS LIBRERIAS DEL PAIS.
“Si el propósito de este ensayo hubiera consistido en ir a la búsqueda de los grandes pensadores nacionales, como título del mismo habría escogido, sin dudarlo, Los hombres de las ideas. Claro que mi intención ha sido otra, harto distinta de la señalada antes. He tratado, ni mas ni menos, de escarbar en las ideas de quienes, por mérito propio, pueden ser considerados los protagonistas determinantes de nuestra historia: abogados, militares, caudillos populares y hasta algún intelectual, como Bartolomé Mitre, que privilegiaron, por sobre todas las cosas, la acción. No a expensas del pensamiento- lo cual sería disparatado sostenerlo- si bien acusaron su mejor perfil como decisores capaces de transformar la realidad que los ceñía.
Aun asumiendo el riesgo de resentir el análisis por alguna suerte de reduccionismo, cabría decir que para esos hombres –Moreno, San Martín, Rivadavia, Rosas, Mitre, Roca, Irigoyen, Justo y Perón- las ideas nunca fueron secundarias aunque, en el caso particular de cada uno de ellos, siguieron a su acción política. Expresado sin rodeos, creyeron en unas ideas y llevaron a cuestas una carga ideológica indisimulable, pero nunca trataron de ensayar teorías explicativas de carácter general ni se abrazaron a concepciones doctrinarias omnicomprensivas. El espíritu de sistema les fue por completo ajeno y el afán de crear un cuerpo programático les resultó siempre extraño, a excepción de Perón que se cansó de recomendar la necesidad de forjar una doctrina a la cual nunca dotó de sustancia.
Ahora bien, que en su derrotero haya primado la política o, si se quiere, la praxis, esta lejos de significar ausencia de un discurso; que no pueda rastrearse una teoría susceptible de iluminar sus decisiones, no supone orfandad de ideas ni cosa que se le parezca. Cuando Mariano Moreno polemizó con el Marqués de Casa Irujo desde las paginas de La Gaceta en torno a los derechos de los americanos; San Martín con Godoy Cruz respecto del significado de la independencia; Rivadavia con sus opugnadores clericales por la reforma religiosa; Rosas con López y Ferré en punto al federalismo; Mitre con Seguí a raíz de la Constitución y así sucesivamente, lo que cruzaron no fueron aceros sino ideas, sea para defenderlas o impugnarlas”.
Vicente Massot.