| SOCIEDADES La Asociación Española de Bioética aduce que "la autonomía del paciente no es radical sino que tiene límites”
Según esta entidad, “la situación de la paciente sevillana Echevarría no es un caso de eutanasia pasiva indirecta, tal y como ha dictaminado el Consejo Consultivo de Andalucía, porque no existe la eutanasia pasiva”
| E.P. (3/5-3-07).-El presidente de la Asociación Española de Bioética (AEBI), el endocrinólogo Manuel de Santiago, ha advertido de que si se ejecuta la decisión de la Junta de Andalucía de retirar la sonda que mantiene con vida a la paciente sevillana Inmaculada Echevarría, postrada en cama desde hace 30 años por una distrofia muscular, se estará abriendo "un portillo a la gran eutanasia".
De Santiago se mostró convencido de que la decisión de la Consejería de Salud andaluza creará un precedente que "puede llevar a una situación de degradación del derecho a la vida tremenda" y afectar a "miles y miles de pacientes" cuya enfermedad puede llevarles a "una situación depresiva que les quite" las ganas de vivir.
"Acceder a la petición de esta enferma representa un extraordinario daño al bien común de la sociedad, a la profesión médica y al propio derecho", subrayó.
Para este médico, la situación de la paciente sevillana no es un caso de eutanasia pasiva indirecta, tal y como ha dictaminado el Consejo Consultivo de Andalucía, ya que, según relató, "no existe la eutanasia pasiva". "El acto de retirar la sonda que le permite respirar es un claro acto de eutanasia activa, de homicidio", aseguró.
Un caso de "eutanasia activa" que, según recordó, "está penado por la ley". "La autonomía de una persona de decidir sobre su propia vida, la libertad de suicidarse está penada en el Código Penal", recalcó De Santiago, quien apuntó que Inmaculada no está en situación terminal y, por tanto, aun puede vivir conectada al respirador.
Contradicciones En este sentido, denunció que en España "se está viviendo una contradicción extraordinaria entre el caso del terrorista De Juana Chaos" en el que el Gobierno "lucha" por conservarle la vida, y "el caso de esta pobre señora", en el que "la ley parece sugerir o imponer el que se le pueda quitar la vida".
Según explicó De Santiago, "el derecho no tiene por qué ser limitado, ser sometido a la voluntad autonomista, radical de un paciente. Si se permite esta eutanasia se abrirá un portillo a la gran eutanasia, a través de un mecanismo que está ocurriendo en todo el mundo: la pendiente deslizante".
Así, afirmó que "la autonomía del paciente no es radical, tiene límites" y, por tanto, se mostró esperanzado de que "algún organismo de la organización médica colegial, algún partido político, alguna instancia, eleve al Tribunal Supremo o al Tribunal Constitucional algún recurso urgente de súplica". "Si se produce la ejecución de esta decisión el daño causado en la sociedad será irreparable", subrayó.
En este sentido, se refirió al caso de Holanda, país en el que, según dijo, "la mitad de las eutanasias no se comunican al Estado". Además, lamentó que los médicos adquirirán, de concretarse esta decisión, "una capacidad sorprendente de poder matar, de poder acabar con la vida de las personas". "El Estado de ninguna manera puede permitir la eutanasia voluntaria. Se produce un derrumbamiento de los derechos humanos y es algo muy grave", concluyó. | |