Del editor al lector
Después de casi 12 años de relato, la verdad como valor es algo que al kirchnerismo claramente le resulta esquivo. En las últimas horas, visiblemente golpeado por las denuncias del fiscal Nisman, primero, y por su muerte, después, el elenco gobernante, con la Presidenta a la cabeza, ha sumado un sinfín de no verdades que la realidad persiste en desmentir inmediatamente.
Vamos por partes.
1) La Presidenta escribió en su primera carta en Facebook: “¿Quién fue el que ordenó volver al país al fiscal Nisman el día 12 de enero, dejando inclusive a su pequeña hija sola en el aeropuerto de Barajas, interrumpiendo vacaciones familiares y licencia?” Y en la segunda: “Había que traerlo urgente al país para aprovechar el estrépito internacional provocado por los actos terroristas ocurridos en Francia”.
¿Qué dijo la fiscal ayer? “El Dr. Nisman no volvió intempestivamente a Buenos Aires. El pasaje lo sacó desde Buenos Aires el 31 de diciembre y por cuestiones de la pareja se decidió que la hija quedara unas horas en Madrid”. Traducido: no volvió antes, el pasaje no lo sacó a último momento y no dejó a su “pequeña hija” sola.
2) No es menor tampoco la desmentida a la desmentida que la Presidenta se hizo a sí misma. En su primera carta fue clara: “Qué fue lo que llevó a una persona a tomar la terrible decisión de quitarse la vida?”, se preguntaba. En la segunda, también fue directa: “El suicidio (que estoy convencida) no fue suicidio”. Y en la cadena, nuevamente, también clarísima: “No hubo cambio de opinión”, algo que a la luz de lo que ella mismo escribió resulta al menos difícil de sostener.
3) También faltó a la verdad sobre Clarín, para ella “el monopolio”, a quien acusó de haber omitido un párrafo donde hablaba, así, entre signos de interrogación, de “¿suicidio?” Otra falsedad, que quedó fácilmente demostrada con sólo consultar la edición del diario del martes 20 de enero.
4) Sobre Diego Lagomarsino, el asesor informático que le entregó un arma a Nisman, y a quien la Presidenta vinculó con el crimen, recibió dos contundentes desmentidas. La primera, también de la fiscal: “No hay elemento alguno por el momento que pueda comprometer a Lagomarsino en la intervención de un hecho doloso de mayor gravedad”. Clarito.
Pero no fue la única desmentida sobre Lagomarsino que recibió ayer. Por cadena, la Presidenta había sido taxativa: “El señor (por Lagomarsino) comenzó a tramitar su pasaporte el día 14 del corriente mes, día en que el fiscal Nisman presentó su denuncia”, dijo. Pero tampoco es cierto: el propio Lagomarsino aclaró que el trámite lo comenzó en diciembre, cuando solicitó un turno para renovarlo ya que se iba de viaje con la familia, algo también fácilmente comprobable.
5) Y tuvo otra sobre Clarín. “El señor Diego Angel Lagomarsino es el hermano de un importante ejecutivo del estudio Sáenz, socio del Grupo Clarín … Es el gerente de informática del Grupo Clarín”, dijo por cadena nacional. Falso. Como ya se aclaró, el hermano de Lagomarsino jamás trabajó ni tuvo vinculación con el Grupo.
Y hubo más. Contradicciones sobre quién le avisó de la muerte, definiciones sobre el acuerdo que no eran correctas y otras afirmaciones temerarias marcaron los últimos días de la Presidenta, cuando el país más necesitaba de respuestas.
Para el diccionario, mentir es “decir algo que no es cierto con intención de engañar”. Las verdades siguen tardando en llegar.
Después de casi 12 años de relato, la verdad como valor es algo que al kirchnerismo claramente le resulta esquivo. En las últimas horas, visiblemente golpeado por las denuncias del fiscal Nisman, primero, y por su muerte, después, el elenco gobernante, con la Presidenta a la cabeza, ha sumado un sinfín de no verdades que la realidad persiste en desmentir inmediatamente.
Vamos por partes.
1) La Presidenta escribió en su primera carta en Facebook: “¿Quién fue el que ordenó volver al país al fiscal Nisman el día 12 de enero, dejando inclusive a su pequeña hija sola en el aeropuerto de Barajas, interrumpiendo vacaciones familiares y licencia?” Y en la segunda: “Había que traerlo urgente al país para aprovechar el estrépito internacional provocado por los actos terroristas ocurridos en Francia”.
¿Qué dijo la fiscal ayer? “El Dr. Nisman no volvió intempestivamente a Buenos Aires. El pasaje lo sacó desde Buenos Aires el 31 de diciembre y por cuestiones de la pareja se decidió que la hija quedara unas horas en Madrid”. Traducido: no volvió antes, el pasaje no lo sacó a último momento y no dejó a su “pequeña hija” sola.
2) No es menor tampoco la desmentida a la desmentida que la Presidenta se hizo a sí misma. En su primera carta fue clara: “Qué fue lo que llevó a una persona a tomar la terrible decisión de quitarse la vida?”, se preguntaba. En la segunda, también fue directa: “El suicidio (que estoy convencida) no fue suicidio”. Y en la cadena, nuevamente, también clarísima: “No hubo cambio de opinión”, algo que a la luz de lo que ella mismo escribió resulta al menos difícil de sostener.
3) También faltó a la verdad sobre Clarín, para ella “el monopolio”, a quien acusó de haber omitido un párrafo donde hablaba, así, entre signos de interrogación, de “¿suicidio?” Otra falsedad, que quedó fácilmente demostrada con sólo consultar la edición del diario del martes 20 de enero.
4) Sobre Diego Lagomarsino, el asesor informático que le entregó un arma a Nisman, y a quien la Presidenta vinculó con el crimen, recibió dos contundentes desmentidas. La primera, también de la fiscal: “No hay elemento alguno por el momento que pueda comprometer a Lagomarsino en la intervención de un hecho doloso de mayor gravedad”. Clarito.
Pero no fue la única desmentida sobre Lagomarsino que recibió ayer. Por cadena, la Presidenta había sido taxativa: “El señor (por Lagomarsino) comenzó a tramitar su pasaporte el día 14 del corriente mes, día en que el fiscal Nisman presentó su denuncia”, dijo. Pero tampoco es cierto: el propio Lagomarsino aclaró que el trámite lo comenzó en diciembre, cuando solicitó un turno para renovarlo ya que se iba de viaje con la familia, algo también fácilmente comprobable.
5) Y tuvo otra sobre Clarín. “El señor Diego Angel Lagomarsino es el hermano de un importante ejecutivo del estudio Sáenz, socio del Grupo Clarín … Es el gerente de informática del Grupo Clarín”, dijo por cadena nacional. Falso. Como ya se aclaró, el hermano de Lagomarsino jamás trabajó ni tuvo vinculación con el Grupo.
Y hubo más. Contradicciones sobre quién le avisó de la muerte, definiciones sobre el acuerdo que no eran correctas y otras afirmaciones temerarias marcaron los últimos días de la Presidenta, cuando el país más necesitaba de respuestas.
Para el diccionario, mentir es “decir algo que no es cierto con intención de engañar”. Las verdades siguen tardando en llegar.