Francisco: "Torturar a las personas es un pecado mortal, un pecado muy grave"
"Nuestra vida, siguiendo a Jesús, se convierte en un don"
Redacción, 22 de junio de 2014 a las 11:41
Reitero la firme condena de toda forma de tortura e invito a los cristianos a comprometerse para colaborar en su abolición y apoyar a las victimas y a sus familiares
Papa, en la ventana
Algunas frases del Papa
"Se celebra la fiesta del Corpus Christi"
"Para adorar el tesoro más precioso que Jesús nos ha dejado"
"Yo soy el pan vivo bajado del cielo..."
"Jesús subraya que no vino para dar algo, sino para darse a si mismo, su vida como alimento"
"Imitarlo, para convertirnos en pan compartido con los demás"
"Entregar la vida por los demás"
"Docilidad a la palabra de Dios y fraternidad, la fantasía de la caridad y de dar esperanza a los oprimidos"
"La caridad nos cambia, nos transforma y nos hace capaces de amar"
"Amar sin media o con la medida de Dios. ¿Cuál es la medida de Dios? No tiene medida. Su amor es sin medida"
"Capaces incluso de amar a los que no nos aman. Y eso no es fácil"
"Tenemos que amar incluso a los que no nos aman"
"Nuestra vida se convierte en pan partido para nuetros hermanos"
"La alegría de hacerse don"
"Nuestra vida se hace don"
"La medida del amor de Dios es amar sin medida. ¿Está claro esto?"
"Nuestra vida, siguiendo a Jesús, se convierte en un don"
"Pidamos a la Virgen de descubrir la belleza de la eucaristía"
Y el Papa reza el ángelus
Saludos después del ángelus
"El 26 de junio próximo, jornada de la ONU por las victimas de la tortura"
"Reitero la firme condena de toda forma de tortura e invito a los cristianos a comprometerse para colaborar en su abolición y apoyar a las victimas y a sus familiares"
"Torturar a las personas es un pecado mortal, un pecado muy grave"
"Buen domingo, buen apetito. Rezad por mi. Arrivederci"
Texto íntegro de la aloución del Papa
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días: en Italia y en muchos otros países se celebra este domingo la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo -se utiliza a menudo el nombre latino: Corpus Domini, o Corpus Christi. La comunidad eclesial se reúne en torno a la Eucaristía para adorar el tesoro más precioso que Jesús le ha dejado.
El Evangelio de Juan presenta el discurso sobre el "pan de vida", impartido por Jesús en la sinagoga de Cafarnaúm, en la que afirmó: "Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo". (Jn 06:51). Jesús señala que no vino a este mundo para dar algo, sino para darse a sí mismo, para dar su vida como alimento para los que tienen fe en Él. Esta comunión nuestra con el Señor nos compromete a nosotros, sus discípulos, a imitarlo, haciendo de nuestra existencia, de nuestros comportamientos, pan partido para los demás, como el Maestro partió el pan que es realmente su carne. Para nosotros, en cambio, son los comportamientos generosos con el prójimo que demuestran la postura de partir la vida por los demás.
Cada vez que participamos en la Misa y nos alimentamos con el Cuerpo de Cristo, la presencia de Jesús y del Espíritu Santo obra en nosotros, da forma a nuestro corazón, nos comunica actitudes internas que se traducen en comportamientos de acuerdo con el Evangelio. En primer lugar, la docilidad a la Palabra de Dios, después la hermandad entre nosotros, el valor del testimonio cristiano, la fantasía de la caridad, la capacidad de dar esperanza a los desesperados, de acoger a los excluidos. De este modo, la Eucaristía hace madurar en nosotros un estilo de vida cristiano. La caridad de Cristo, recibida con el corazón abierto, nos cambia, nos transforma, nos hace capaces de amar, no a nivel humano, siempre limitado, sino de acuerdo a la medida de Dios, es decir, sin medida.
¿Y cuál es la medida de Dios? ¡Sin medida! La medida de Dios es sin medida. ¡Todo! ¡Todo! ¡Todo! No se puede medir el amor de Dios: ¡es sin medida! Y entonces llegamos a ser capaces de amar incluso a los que no nos aman, y esto no es fácil, ¿eh? Amar a quienes no nos ama... ¡No es fácil! Porque si sabemos que una persona no nos quiere, también tenemos nosotros el deseo de no quererla. Pues no. ¡Hemos de amar incluso a los que no nos aman! Oponernos al mal con el bien, a perdonar, a compartir, a acoger a los demás. Gracias a Jesús y su Espíritu, también nuestra vida se convierte en "pan partido" para nuestros hermanos. ¡Y viviendo así, descubrimos la verdadera alegría! La alegría de convertirse en don, de devolver el gran don que recibimos por primera vez, sin nuestro mérito.
Es hermoso esto: ¡nuestra vida se convierte en don! Esto es imitar a Jesús. Yo quisiera recordar estas dos cosas. En primer lugar, la medida del amor de Dios es amar sin medida. ¿Está claro esto? Y nuestra vida, con el amor de Jesús, recibiendo la Eucaristía, se hace don. Tal como fue la vida de Jesús. No olviden estas dos cosas: la medida del amor de Dios es amar sin medida. Y siguiendo a Jesús, nosotros -con la Eucaristía- hacemos de nuestra vida un don.
Jesús, el Pan de vida eterna, bajó del cielo y se hizo carne gracias a la fe de María Santísima. Después de haberlo llevado con Ella, con amor inefable, lo siguió fielmente hasta la Cruz y la Resurrección. Pidamos a la Virgen que nos ayude a redescubrir la belleza de la Eucaristía, para que sea el centro de nuestra vida, especialmente en la Misa dominical y en la adoración.
Después del rezo Marianao del Ángelus el Santo Padre dedicó saludos a fieles de diferentes partes del mundo e hizo un llamamiento
Queridos hermanos y hermanas:
El 26 de junio próximo se celebrará el Día de las Naciones Unidas por las Víctimas de la Tortura. En esta circunstancia reitero la firme condena de cada forma de tortura e invito a los cristianos a comprometerse para cooperar a su abolición y apoyar a las víctimas y sus familias. ¡Torturar a las personas es un pecado mortal! ¡Un pecado muy grave!
Extiendo mi saludo a todos ustedes, ¡romanos y peregrinos!
En particular, saludo a los estudiantes de la Escuela Oratorio de Londres, a los fieles de la diócesis de Como y las de Ormea (Cuneo), el "Coro de la Alegría" de Matera, la asociación "El Arca" de Borgomanero y los niños de Massafra. Saludo también a los chicos de la Escuela "Canova" de Treviso, el grupo de ciclismo de San Pedro en Gu, de Padua, y la iniciativa "Vivir como un campeón", que inspirándose en San Juan Pablo II dirigió por Italia un mensaje de solidaridad.
Les deseo a todos un buen domingo y una buen almuerzo. Recen por mí, recen y ¡hasta la vista!