viernes, marzo 15, 2013

Bergoglio: el Papa en 10 frases

 

Durante su etapa como arzobispo de Buenos Aires , el nuevo Papa Francisco I habló en sus discursos de los graves problemas que aquejan al mundo, desde la corrupción, a la pobreza, pasando por la prostitución, la violencia o las drogas. Y no evitó otros temas polémicos como el matrimonio entre personas del mismo sexo. Una ventana perfecta para asomarse a la personalidad del nuevo Pontífice.

Esclavitud

Septiembre de 2011: «La esclavitud no está abolida. En esta ciudad (de Buenos Aires) está a la orden del día. Aquí se explota a trabajadores en talleres clandestinos, y si son emigrantes se les priva de la posibilidad de salir de ahí. En esta ciudad hay chicos en situación de calle, desde hace años. Hay muchos y esta ciudad fracasó y sigue fracasando en librarnos de esa esclavitud estructural que es la situación de calle. Se somete a mujeres y a chicas al uso y al abuso de su cuerpo".

Desigualdad

Agosto de 2012: «Hay que indignarse contra la injusticia de que el pan y el trabajo no lleguen a todos [...] Qué triste es cuando uno ve que podría alcanzar perfectamente para todos y resulta que no [...] En la vida hay muchos que tiran cada uno para su lado, como si uno pudiera tener una bendición para él solo o para un grupo. Eso no es una bendición, sino una maldición. Y fíjense qué curioso, el que tira para su lado y no para el bien común suele ser una persona que maldice: que maldice a los otros y que maldice las cosas. Las dice mal, miente, inventa, dice la mitad»

Crisis y neoliberalismo

«La crisis económico-social y el consiguiente aumento de la pobreza tiene sus causas en políticas inspiradas en formas de neoliberalismo que consideran las ganancias y las leyes de mercado como parámetros absolutos en detrimento de la dignidad de las personas y de los pueblos»

Derechos humanos

Septiembre de 2009: «Los derechos humanos se violan no solo por el terrorismo, la represión, los asesinatos... sino también por la existencia de condiciones de extrema pobreza y estructuras económicas injustas que originan las grandes desigualdades».

Matrimonio gay

Julio de 2010: «Les escribo estas líneas a cada una de ustedes que están en los cuatro monasterios de Buenos Aires. El pueblo argentino deberá afrontar, en las próximas semanas, una situación cuyo resultado puede herir gravemente a la familia. Se trata del proyecto de ley sobre matrimonio de personas del mismo sexo [...] Está en juego la identidad y la supervivencia de la familia: papá, mamá e hijos. Está en juego la vida de tantos niños que serán discriminados de antemano privándolos de la maduración humana que Dios quiso se diera con un padre y una madre. Está en juego un rechazo frontal a la ley de Dios, grabada además en nuestros corazones»

Hipocresía respecto al bautismo

Septiembre de 2012: «En nuestra región eclesiástica hay presbí­teros que no bautizan a los chicos de las madres solteras, porque no fueron concebidos en la santidad del matrimonio [...] Estos son los hipócritas de hoy. Los que clericalizaron a la Iglesia. Los que apartan al pueblo de Dios de la salvación»

Aborto

Septiembre de 2012: «El aborto nunca es una solución. Debemos escuchar, acompañar y comprender desde nuestro lugar a fin de salvar las dos vidas [...] Se percibe una vez más que se avanza deliberadamente en limitar y eliminar el valor supremo de la vida e ignorar los derechos de los niños por nacer».

Violencia

Agosto de 2010: «Ya sabemos que el que sale a la calle necesita protección. Pedimos protección ante la inseguridad que produce tanta violencia desatada en nuestra sociedad».

Drogas

«El atajo fácil, el alcohol, la doga... eso es tiniebla [...] No tenemos idea de lo grave que es esta propuesta tenebrosa, esta corrupción que llega incluso a repartirse en las esquinas de las escuelas [...] Tenemos que defender la cría y a veces este mundo de las tinieblas nos hace olvidar de ese instinto de defender la cría».

Deuda social

Septiembre de 2009: «La deuda social es una violación al derecho de desarrollar una vida plena, activa y digna en un contexto de libertad, igualdad de oportunidades y progreso social. Es la violación de un derecho. Y el fundamento ético a partir del cual se ha de juzgar la deuda social como inmoral, injusta e ilegítima radica en el reconocimiento social que se tiene acerca del grave daño que sus consecuencias generan sobre la vida y, por lo tanto, sobre la dignidad humana. Su mayor inmoralidad, dicen los obispos argentinos, reside en el hecho de que esto ocurre en una nación que tiene condiciones objetivas para evitar o corregir tales daños, pero que lamentablemente pareciera optar por agravar aún más las desigualdades. Esta deuda queda entablada entre quienes tienen la responsabilidad moral o política de tutelar y promover la dignidad de las personas y sus derechos y aquelas partes de la sociedad que ven vulnerados sus derechos».