Bergoglio: el Papa en 10 frases
Durante su etapa como
arzobispo de Buenos Aires , el
nuevo Papa Francisco I
habló en sus discursos de los graves problemas que aquejan al mundo,
desde la corrupción, a la pobreza, pasando por la prostitución, la
violencia o las drogas. Y no evitó otros temas polémicos como el
matrimonio entre personas del mismo sexo. Una ventana perfecta para
asomarse a la personalidad del nuevo Pontífice.
Esclavitud
Septiembre de 2011: «La esclavitud no está abolida. En esta ciudad
(de Buenos Aires) está a la orden del día. Aquí se explota a
trabajadores en talleres clandestinos, y si son emigrantes se les priva
de la posibilidad de salir de ahí. En esta ciudad hay chicos en
situación de calle, desde hace años. Hay muchos y esta ciudad fracasó y
sigue fracasando en librarnos de esa esclavitud estructural que es la
situación de calle. Se somete a mujeres y a chicas al uso y al abuso de
su cuerpo".
Desigualdad
Agosto de 2012: «Hay que indignarse contra la injusticia de que el
pan y el trabajo no lleguen a todos [...] Qué triste es cuando uno ve
que podría alcanzar perfectamente para todos y resulta que no [...] En
la vida hay muchos que tiran cada uno para su lado, como si uno pudiera
tener una bendición para él solo o para un grupo. Eso no es una
bendición, sino una maldición. Y fíjense qué curioso, el que tira para
su lado y no para el bien común suele ser una persona que maldice: que
maldice a los otros y que maldice las cosas. Las dice mal, miente,
inventa, dice la mitad»
Crisis y neoliberalismo
«La crisis económico-social y el consiguiente aumento de la pobreza
tiene sus causas en políticas inspiradas en formas de neoliberalismo que
consideran las ganancias y las leyes de mercado como parámetros
absolutos en detrimento de la dignidad de las personas y de los pueblos»
Derechos humanos
Septiembre de 2009: «Los derechos humanos se violan no solo por el
terrorismo, la represión, los asesinatos... sino también por la
existencia de condiciones de extrema pobreza y estructuras económicas
injustas que originan las grandes desigualdades».
Matrimonio gay
Julio de 2010: «Les escribo estas líneas a cada una de ustedes que
están en los cuatro monasterios de Buenos Aires. El pueblo argentino
deberá afrontar, en las próximas semanas, una situación cuyo resultado
puede herir gravemente a la familia. Se trata del proyecto de ley sobre
matrimonio de personas del mismo sexo [...] Está en juego la identidad y
la supervivencia de la familia: papá, mamá e hijos. Está en juego la
vida de tantos niños que serán discriminados de antemano privándolos de
la maduración humana que Dios quiso se diera con un padre y una madre.
Está en juego un rechazo frontal a la ley de Dios, grabada además en
nuestros corazones»
Hipocresía respecto al bautismo
Septiembre de 2012: «En nuestra región eclesiástica hay presbíteros
que no bautizan a los chicos de las madres solteras, porque no fueron
concebidos en la santidad del matrimonio [...] Estos son los hipócritas
de hoy. Los que clericalizaron a la Iglesia. Los que apartan al pueblo
de Dios de la salvación»
Aborto
Septiembre de 2012: «El aborto nunca es una solución. Debemos
escuchar, acompañar y comprender desde nuestro lugar a fin de salvar las
dos vidas [...] Se percibe una vez más que se avanza deliberadamente en
limitar y eliminar el valor supremo de la vida e ignorar los derechos
de los niños por nacer».
Violencia
Agosto de 2010: «Ya sabemos que el que sale a la calle necesita
protección. Pedimos protección ante la inseguridad que produce tanta
violencia desatada en nuestra sociedad».
Drogas
«El atajo fácil, el alcohol, la doga... eso es tiniebla [...] No
tenemos idea de lo grave que es esta propuesta tenebrosa, esta
corrupción que llega incluso a repartirse en las esquinas de las
escuelas [...] Tenemos que defender la cría y a veces este mundo de las
tinieblas nos hace olvidar de ese instinto de defender la cría».
Deuda social
Septiembre de 2009: «La deuda social es una violación al derecho de
desarrollar una vida plena, activa y digna en un contexto de libertad,
igualdad de oportunidades y progreso social. Es la violación de un
derecho. Y el fundamento ético a partir del cual se ha de juzgar la
deuda social como inmoral, injusta e ilegítima radica en el
reconocimiento social que se tiene acerca del grave daño que sus
consecuencias generan sobre la vida y, por lo tanto, sobre la dignidad
humana. Su mayor inmoralidad, dicen los obispos argentinos, reside en el
hecho de que esto ocurre en una nación que tiene condiciones objetivas
para evitar o corregir tales daños, pero que lamentablemente pareciera
optar por agravar aún más las desigualdades. Esta deuda queda entablada
entre quienes tienen la responsabilidad moral o política de tutelar y
promover la dignidad de las personas y sus derechos y aquelas partes de
la sociedad que ven vulnerados sus derechos».