La ruta secreta de Gaudí en Barcelona
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La ruta secreta de Gaudí en Barcelona
Día 17/12/2012 - 23.46h
La capital catalana explota sus atractivos y lanza la «cara B» de la clásica ruta modernista
Con siete millones de visitantes al año, Barcelona sigue
instalada en lo más alto de las ciudades con mayor tirón turístico del
mundo. Gran parte de su atractivo debe atribuirse a su arquitectura, y
de manera particular al modernismo y a Antono Gaudí, el genial arquitecto cuya obra sigue siendo un imán.
En menos de 20 años, los que median entre la celebración de los Juegos Olímpicos de 1992 y este 2012 de penurias económicas (el sector turístico es el único que se salva), la capital catalana se ha lanzado a explotar sus atractivos.
Las colas perennes alrededor de la Sagrada Familia y de La Pedrera, por citar los dos edificios más conocidos del arquitecto nacido en Reus, son una muestra de este éxito. No obstante, y a medida que el conocimiento de la obra de Gaudí se extiende, surgen también otras iniciativas que tratan de atraer a un visitante que, ya iniciado en la obra de Gaudí, o con ganas de una experiencia diferente, busca algo así como la «cara B» de la clásica ruta modernista, una especie de Gaudí alternativo o secreto. Aquí van unas cuantas propuestas.
En menos de 20 años, los que median entre la celebración de los Juegos Olímpicos de 1992 y este 2012 de penurias económicas (el sector turístico es el único que se salva), la capital catalana se ha lanzado a explotar sus atractivos.
Las colas perennes alrededor de la Sagrada Familia y de La Pedrera, por citar los dos edificios más conocidos del arquitecto nacido en Reus, son una muestra de este éxito. No obstante, y a medida que el conocimiento de la obra de Gaudí se extiende, surgen también otras iniciativas que tratan de atraer a un visitante que, ya iniciado en la obra de Gaudí, o con ganas de una experiencia diferente, busca algo así como la «cara B» de la clásica ruta modernista, una especie de Gaudí alternativo o secreto. Aquí van unas cuantas propuestas.
Sagrada Familia en la intimidad
El templo expiatorio, basílica desde que
el Papa Benedicto XVI la consagró como tal en noviembre de 2010, es un
edificio deslumbrante, aunque su éxito y atractivo hacen que el
recorrido por el interior tenga que hacerse siempre en compañía de
numerosos visitantes. Aunque lo imponente del edificio y el recogimiento
con el que la mayoría de ellos se comporta evitan que la visita sea
agobiante, hay quien prefiere una experiencia más íntima. Para darles
satisfacción, el patronato ofrece la posibilidad de
acceder al interior del templo fuera de los horarios de visita, en grupo
de un mínimo de 40 personas y con visita guiada de una hora de
duración. 4.500 metros cuadrados de espacio para disfrutar, casi, en solitario.
El precio, 35 euros por persona. Reservas en protocol@sagradafamilia.org.
El precio, 35 euros por persona. Reservas en protocol@sagradafamilia.org.
Echarse un cantecito en el templo
Además de lugar de culto, la Sagrada Familia
es también un recinto excepcional para la música, dotado de una
acústica reconocida por quienes han tocado o actuado en su interior, o
por quienes han asistido a algún concierto. Así, el Patronato ha ideado
también un tipo de visita pensado en exclusiva para grupos corales,
que incluye una pequeña visita guiada y la posibilidad de realizar una
intervención musical de entre 25 y 30 minutos. Algo así como si a un
equipo de fútbol de tercera regional le permitiesen echar un partidillo
en el Camp Nou o el Bernabéu. Antes de poder cantar en la Sagrada
Familia es necesario enviar previamente el currículum de la coral y el
repertorio a interpretar.
Grupo de 130 personas como máximo. Reservas en protocol@sagradafamilia.org
Grupo de 130 personas como máximo. Reservas en protocol@sagradafamilia.org
Gaudí entre copas
Si Barcelona es conocida por el modernismo y por Gaudí, también lo es por su oferta gastronómica y de ocio,
y los turistas que llegan a la ciudad, obviamente, no quieren renunciar
ni a lo uno ni a lo otro. Una buena manera de comenzar la ruta es
cenando en Casa Calvet ,
restaurante ubicado en la espléndida casa del mismo nombre, obra de
Gaudí y galardonada como mejor edificio de la ciudad en 1900. Tras una
buena cena lo suyo es dejarse caer por la Plaza Real. A locales de copas
y baile ya clásicos como el Glaciar, el Sidecar, el Karma o el Jamboree, se suman otros nuevos como el Ocaña.
Tras las copas y el baile, o antes, quien busque a Gaudí, o lo requiera como excusa cultural, lo encontrará a pie de plaza, ya que las farolas que la iluminan son un diseño suyo.
Tras las copas y el baile, o antes, quien busque a Gaudí, o lo requiera como excusa cultural, lo encontrará a pie de plaza, ya que las farolas que la iluminan son un diseño suyo.
Interior burgués
A menos de 100 metros de la plaza Real está la calle Nou de
la Rambla, en cuyo número tres se ubica el Palacio Güell (1888), el
primer edificio diseñado y dirigido por completo por Gaudí, y que fue la
casa familiar que el gran mecenas del arquitecto le ordenó construir.
En pleno barrio del Raval (lo que antaño se conocía
como Barrio Chino), el Palacio Güell está fuera de la ruta turística
habitual, aunque por las limitaciones de espacio (fue diseñada como casa
familiar no como museo) el número de visitantes a la hora es limitado,
con lo que las colas son inevitables. Esta magnífica
construcción fue reabierta al público después de una profunda
restauración en abril de 2011, y permite deslumbrarse ante las
soluciones arquitectónicas ideadas por Gaudí para dar confort a una de
las grandes familias burguesas de la ciudad. (www.palauguell.cat)
Ese maldito tranvía
Otra excelente manera de profundizar en Gaudí es participar
en un "tour" guiado a cargo de una empresa especializada. Es lo que
ofrece Icono,
dedicada a idear propuestas de recorridos culturales tomando como
pretexto "La sombra del viento" de Ruiz Zafón, la "Barcelona flamenca" o
la "Barcelona de cine", que recorre localizaciones de películas
filmadas en la capital, entre otras interesantes sugerencias.
En el caso de la ruta Gaudí, el inicio tiene su su morbo, ya que parte de la cercanía de la Gran Vía con plaza Tetuán, en el mismo lugar donde el arquitecto fue atropellado en 1926 por el tranvía que le causaría la muerte. Desde allí, y en cuatro pasos, uno se planta en el cruce de Gran Vía con Paseo de Gracia, donde apreciar, es un decir, dos obras de Gaudí desaparecidas, el antiguo café Torino y la farmacia Gibert, el mejor recuerdo, borrado por la piqueta, de cuando en Barcelona el modernismo se despreciaba. La ruta prosigue por el resto de «highlights» gaudinianos, incluida La Pedrera, que este año celebra su centenario con interesantes exposiciones.
En el caso de la ruta Gaudí, el inicio tiene su su morbo, ya que parte de la cercanía de la Gran Vía con plaza Tetuán, en el mismo lugar donde el arquitecto fue atropellado en 1926 por el tranvía que le causaría la muerte. Desde allí, y en cuatro pasos, uno se planta en el cruce de Gran Vía con Paseo de Gracia, donde apreciar, es un decir, dos obras de Gaudí desaparecidas, el antiguo café Torino y la farmacia Gibert, el mejor recuerdo, borrado por la piqueta, de cuando en Barcelona el modernismo se despreciaba. La ruta prosigue por el resto de «highlights» gaudinianos, incluida La Pedrera, que este año celebra su centenario con interesantes exposiciones.
Modernismo en 4 Dimensiones
Otra de las novedades del recorrido Gaudí en Barcelona se encuentra a tres minutos del Parque Güell, otra de sus obras más celebradas y por la que a partir de octubre de 2013 habrá que pagar para acceder al recinto. «Gaudí Experience»
es una nueva manera de conocer su obra a partir de muros interactivos a
modo de grandes «tablets», maquetas y un audiovisual 4D. Una de las
maquetas que se exhibe es la del Hotel Attraction, una monumental
construcción para Manhattan en Nueva York que finalmente no llegó a
realizarse.