El valor
de ser Gendarme
Con la medida de fuerza llevada a cabo por el personal de
Gendarmería Nacional, no solo se han desnudado graves falencias de la
conducción política, sino que se han roto las virtudes que, por
excelencia, caracterizaron siempre a la Institución: la disciplina y la
subordinación.
Estas aptitudes propias del Gendarme,
fueron sostenidas aún en circunstancias de crisis
y amotinamiento de otras Fuerzas donde, sin dudarlo, se encolumnó
tras la autoridad democráticamente constituida.
Sin embargo, esta honorable aptitud no fue políticamente
reconocida. Y allí estaba el Gendarme, desarraigado y traído de los
confines del País, para cubrir funciones de seguridad, donde esta
flaqueaba. Teniendo que cuidar piquetes y manifestaciones gremiales, donde
se exigían reivindicaciones para otros y a las que
jamás ellos accedían … como acotaba el Martín Fierro:
“figuraba en todos los entreveros … pero en las listas
no”!!!.
Y llegó la gota que desbordó: ya no solo le negaban un aumento de
sueldo, sino que le recortaban lo poco que venía ganando … este desprecio
y desconocimiento fue la chispa que encendió la mecha del descontento. Es
así como los políticos de turno lograron, en un santiamén, vulnerar el
bien más caro a las tradiciones de la Gendarmería Nacional Argentina y que
diera origen al emblemático: “Subordinación y Valor … para defender a la
Patria”.