Escrachan a Garré en la Escuela de la Policía Federal
Escrachan a Garré en la Escuela de la Policía Federal
El viernes pasado, la Ministro de Seguridad Nilda Garré concurrió a la Escuela de Cadetes de la Policía Federal ubicada en Lugano para inaugurar el año lectivo. Estuvo acompañada por las secretarias de Seguridad Operativa, Cristina Caamaño, y de Políticas de Prevención y Relaciones con la Comunidad, Ileana Arduino, y el subsecretario de Gestión y Bienestar del Personal de las Fuerzas Policiales y de Seguridad, Gustavo Palmieri. El discurso de Garré, como es habitual, fue crítico de la conducta policial, apuntando contra un supuesto autogobierno de la institución. Pero el discurso fue interrumpido reiteradamente por abucheos e insultos provenientes de un nutrido grupo de familiares y amigos de los cadetes. La virulencia del escrache hizo que Garré se retirara rápidamente del lugar sin ocultar su furia.
La contrainteligencia en acción
Inmediatamente, comenzaron las repercusiones en la institución. Uno de los “plumas” (agentes de inteligencia) infiltrados en los pabellones de cadetes, insultó ante testigos a un oficial principal, acusándolo a él y al director de la escuela de ser los impulsores del escrache. Es sabido que en cada curso de la institución hay cuando menos un “pluma” infiltrado que informa a la superioridad acerca de cualquier conducta “sospechosa” de los cadetes. Al parecer, este sistema estalinista de control habría sido desbordado por el grupo organizador del escrache. Según una fuente policial, el oficial principal acusado de instigar al escrache, antes de la llegada de Garré habría arengado a un numeroso grupo de cadetes diciéndoles que la gestión de aquélla se propone desmantelar la institución. Otra fuente subraya que el escrache se extendió por contagio, es decir, que muchos de los presentes se solidarizaron de inmediato con el grupo que gritaba.
Inmediatamente, comenzaron las repercusiones en la institución. Uno de los “plumas” (agentes de inteligencia) infiltrados en los pabellones de cadetes, insultó ante testigos a un oficial principal, acusándolo a él y al director de la escuela de ser los impulsores del escrache. Es sabido que en cada curso de la institución hay cuando menos un “pluma” infiltrado que informa a la superioridad acerca de cualquier conducta “sospechosa” de los cadetes. Al parecer, este sistema estalinista de control habría sido desbordado por el grupo organizador del escrache. Según una fuente policial, el oficial principal acusado de instigar al escrache, antes de la llegada de Garré habría arengado a un numeroso grupo de cadetes diciéndoles que la gestión de aquélla se propone desmantelar la institución. Otra fuente subraya que el escrache se extendió por contagio, es decir, que muchos de los presentes se solidarizaron de inmediato con el grupo que gritaba.
El episodio sirvió también para que trascendiera que la ministro dispuso que en cada comisaría haya por turno cuando menos un comisario político, es decir, un pluma, a los efectos de que informe acerca de cualquier situación que pueda afectar al gobierno. La existencia de esta red de delatores y de los abusos que la misma genera estaría tensando cada vez más los ánimos en la fuerza. Días atrás, en un exceso de optimismo, Garré le habría asegurado a CFK que la policía no representará ningún riesgo para la estrategia electoral del gobierno y que los grupos más rebeldes están neutralizados.
El episodio del viernes prueba que las cosas no son así. Apenas terminada la conflictiva ceremonia en la escuela, un grupo perteneciente al área de inteligencia empezó a revisar los archivos de la institución, recorriendo también los terrenos linderos. Entre los temores del círculo íntimo de Garré estaría que un hecho como el del viernes se repita, pero en presencia de la presidente.