SEPRIN >> LAS “MILICIAS POPULARES” DE LOS KIRCHNER, YA EXISTEN
Realmente siento curiosidad por la sorpresa del Senador Gerardo Morales , atacado por el Movimiento Indigenista “Tupac Amaru”, quien se manifestó horrorizado por la agresión de ese grupo piquetero a su casa particular, hace algo más de semana atrás. ¿Acaso desconoce el Senador radical que Milagro Sala (actual Secretaria General de ATE), la líder del grupo barrial revolucionario, está apuntalada económicamente ~y respaldada políticamente~ por el matrimonio Kirchner? ¿No sabe Morales que los Kirchner han urdido una red imposible de desatar entre el Poder Ejecutivo, el Poder Judicial ~absolutamente complaciente~ y hasta el Congreso con tales organizaciones? ¿Acaso no participó en la aprobación del presupuesto anual 2010 que se votó por unanimidad y sin objeciones, donde se le asignó una partida de treinta millones de pesos anuales a la coya que administra, conduce, y entrena a sus milicias ~con el auxilio militar de “Quebracho”~ cuya horda ya se ha expandido a diecisiete provincias?
El chamán político de la señora es Luis D´Elía (FTV), y el “general” de sus 70.000 efectivos en armas el señor Fernando Espeche (“Quebracho”). ¿Lo ignora el Senador?
Desde aquí nada puedo hacer, más que estar expectante hasta que se generalicen las hostilidades sobre el territorio nacional. Pero Vd está en el Congreso y tiene el poder que le confirieron sus electores.
Según una criteriosa teoría, hay “estados fallidos”, “estados mafiosos” y “estados rufianes”. Me gustaría saber a qué tipo de país aspira usted servir.[1]
En esa intención, respetuosamente paso a ilustrarlo para que evite que la violencia sufrida en particular por Vd, se siga expandiendo a toda la ciudadanía. Las instituciones subterráneas del proletariado.
Las instituciones formales del Estado se degradan a la vez que emergen ejércitos proletarios que violan la ley para sobrevivir. Más allá de lo que establezca la legislación, se modifican las reglas del juego. En los márgenes de la sociedad, el mercado de militantes se transforma con el crecimiento de la desocupación. Traspasado cierto umbral, la demanda de servicios de protesta, que normalmente dio vida a los sindicatos, se caracteriza ya no por las demandas de obreros y empleados sino principalmente por las tumultuosas exigencias de desocupados sin nada que perder, dispuestos a violar las leyes frente a una cultura ciudadana que ya no tolera la represión violenta, tras el meticuloso proceso de desinformación y concientización popular contra toda noción de orden y rechazo a la disciplina, propias del militarismo que se le enseñó a la gente a repudiar.[2]
Es así como se instituyen la extorsión y la prebenda de los estratos marginales de la Argentina , mediante procesos similares al crimen organizado devenido en “ cultura popular ”, que hoy afecta a amplias regiones de América Latina y no deja de tener analogía con la “cosa nostra” siciliana.[3] Argentina sufre las consecuencias de la corrupción y el narco-terrorismo. Quienes caen en esas prácticas son más víctimas que victimarios, ejerciendo una especie de “derecho natural a la revuelta” que ha sido reconocido tanto por John Locke como por Santo Tomás de Aquino. Pero ya a esta altura, todo supura miseria, fealdad, negociados e incipiente violencia en una sociedad donde sus dirigentes persiguieron este objetivo como política de gobierno.[ 4] Nuestra clase política delictiva
A esta altura a nadie se le escapa que Argentina engendró una clase política delictiva, que sustituyó “democrática” y definitivamente a los gobiernos militares de otrora. Nuestro país atravesó por períodos históricos discontinuos y diametralmente opuestos que generaron el estancamiento de la Patria: Una etapa estatista, que nació en la década de 1930 y que comenzó con una ola de creación de empresas públicas, posteriormente complementada en 1940 por la nacionalización de empresas privadas de propiedad extranjera. La década de 1990 fue la etapa neoliberal ~mucho más breve~ que abarcó la época de Menem,
De la Rúa y parte de la presidencia de Duhalde, donde se rechazó el estatismo. Finalmente la etapa post-liberal que comenzó durante la débâcle del gobierno de
De la Rúa y se consolidó con el reinado de los Kirchner.[5]
Un funcionario que se define como “experto justicialista en
Defensa” ~ Luis Tibiletti ~ admitió que “la clase política argentina no posee una estrategia nacional sino que su objetivo es la perpetración de un delito”.[6]
Este personaje manifestó, además, que las políticas del gobierno kirchnerista son “claras” frente a la protesta social, respecto al empleo de la fuerza “dentro de la máxima racionalidad y procurando siempre el respeto de las garantías.[7] Tibiletti habló tras asumir el cargo público de Secretario de Seguridad Interior de la República, momento en que sostuvo que “no hay soluciones para impedir el delito”. [Sic][8]
Y posiblemente no sea descabellado su diagnóstico. El nivel supremo de corrupción en el Estado es precisado por su amigo, Carlos Escudé como “macro-delincuencia”. El autor de “El Estado Parasitario” nos proporciona tres definiciones formales: “Llamamos micro-delincuencia a los hechos de corrupción individual, incluyendo sobornos millonarios; llamamos mega-delincuencia a hechos de corrupción de gran magnitud en los que está involucrada una larga cadena de complicidades al interior del propio Estado; y llamamos macro-delincuencia a hechos de corrupción en gran escala, con efectos directos sobre las variables macroeconómicas, con incidencia sobre la distribución del ingreso o la riqueza, y también aquellos que tienen consecuencias directas sobre la gobernabilidad o el sistema político.”[9] Emergen las “instituciones subterráneas”
El dominio de una clase política delictiva y la perpetración de hechos de macro-delincuencia en reiterados ciclos de vaciamiento, producirá una disminución de la gobernabilidad , que a su vez conducirá al surgimiento de “instituciones subterráneas”. Éstas responden a una demanda social y tenderán a suplir a las instituciones formales en ámbitos en que el Estado retrocede. Este fenómeno comúnmente se produce en todos los contextos en que los organismos públicos demuestran su insuficiencia frente a las necesidades vitales de la gente. El ejemplo más concreto son las Fuerzas Armadas y de Seguridad, que ya no pueden proporcionar ni defensa nacional ni protección contra el delito debido a las barreras legales que las han restricto. Pero para toda demanda hay una oferta: esta ley de la economía funciona también en el plano de las instituciones estatales y paraestatales.
Entonces estas grupos marginales irregulares surgieron de la emergencia, ante el colapso del poder militar La implosión militar representó una acentuación del deterioro de las instituciones formales del Estado, entre las que ~lógicamente~ se encuentran las Fuerzas Armadas. Producido el colapso político, financiero y social de diciembre de 2001, con el creciente deterioro de la gobernabilidad , algunas organizaciones paraestatales adicionales fueron supliendo a otras de las maltrechas instituciones establecidas por la Constitución.
De las “manzaneras” de Duhalde y el crecimiento clientelista con la ocupación política del conurbano bonaerense, surgen así las organizaciones “piqueteras”.
Desde la izquierda el ascenso piquetero se percibió como un triunfo crescendo liberador.
Desde la clase media tradicional, como una rebelión de bandas delictivas que no se reprime debido al oportunismo y a la demagogia de la clase política.[10]
Los historiadores del piqueterismo argentino coinciden en que los años claves de su formación fueron entre 1996 y 2002. Pero el fenómeno no surgió de la nada. Durante décadas el aparato remanente de las antiguas organizaciones subversivas sedujo a vecinos humildes en numerosas localidades y vecindarios, facilitando trámites difíciles, desde entierros hasta la habilitación de pequeños negocios, a la vez que ha contado con los fondos necesarios para costear movilizaciones populares. Para comprender esta rebelión desde la lógica de la acción colectiva es preciso considerar la mutación estructural que se estaba produciendo en la Argentina. A mediados de los ´90 el “mercado de militantes” experimentó una transformación decisiva. Hasta ese momento, la gran mayoría de la gente tenía trabajo, y los dirigentes de las organizaciones sindicales y de protesta tenían más que ganar ofreciendo sus servicios a empleados que a desocupados. Pero el cambio empezó a insinuarse a principios de la década. Las privatizaciones dejaron a muchos en la calle y la CGT había sido cooptada por el gobierno menemista, lo que generó las condiciones propicias para que emergiese la contestataria Central de los Trabajadores Argentinos (CTA), fundada en 1992 y conducida por Víctor de Gennaro , con afiliación y elecciones directas.[11]
En noviembre de 1996 se formalizó la ruptura entre la CGT oficial y la CGT “disidente”. Por su parte, la CTA fue reconocida oficialmente en 1997 como “organización de tercer grado”. Para calificar como tal, interrumpió la práctica del voto directo de sus afiliados. Tres años antes había aparecido marginalmente la Corriente Clasista y Combativa (CCC) vinculada con el Partido Comunista Revolucionario, que lideraba Carlos “El Perro” Santillán, en Jujuy, en el gremio del Sindicato de Empleados y Obreros Municipales (SEOM). Pero en 1998 Juan Carlos Alderete instituyó su rama de “trabajadores desocupados”, mayoritaria hoy en día. Como se ve, el desempleo fue el caldo de cultivo propicio para el brote de estas organizaciones. La reconversión llegó incluso a los trotskistas. Opuesto ideológicamente al asistencialismo oficial, el Partido Obrero se negó a participar del piqueterismo durante algunos años, pero en su Congreso de diciembre de 2000 optó por plegarse a la lucha por los planes sociales a partir de una “valoración táctica”, creando el Polo Obrero (PO) para trabajar sistemáticamente en torno a los desempleados a fin de cooptarlos. Esta organización, cuyo referente máximo es Néstor Pitrola, sería protagonista del lanzamiento del “Bloque Piquetero Nacional” el 5 de diciembre de 2001, coordinado con el Movimiento (guevarista) Teresa Rodríguez (MTR) y la Coordinadora de Unidad Barrial, de orientación leninista.
A estas organizaciones fueron sumándose otras, como el Movimiento Independiente de Jubilados y
Desocupados (MIJD), que lidera Raúl Castells y todas tienen su origen en una exitosa reacción frente al sindicalismo tradicional. También aparecieron la Federación de Tierra y Vivienda (FTV) de Luis D´Elia, quien, del barrio marginal avanzó a un circuito intersuburbano de dimensiones electorales importantísimas, y el sofisticado “Movimiento Revolucionario Quebracho” ~de organización militar ~ con sus cuatro «frentes»: 1) Antirrepresivo; 2) Estudiantil; 3) Trabajadores y 4) Territorial, que lidera Fernando Espeche. Luego confluyeron “Libres del Sur”, de Humberto Tumini y Jorge Ceballos , así como el “Movimiento de Trabajadores
Desocupados Evita” (MTD Evita) del cofundador de “Quebracho” Emilio Pérsico, entre otros. Su retoño piquetero en el alejado interior es la “Organización Barrial Tupac Amaru”, de la jujeña indigenista Milagro Sala.
De un germen similar es la importantísima “vertiente villera”, que está constituida principalmente por organizaciones nacidas de los procesos de ocupación de tierras fiscales y privadas. Emergió con los ya viejos asentamientos ilegales, tolerados por lo menos desde la presidencia de Raúl Alfonsín, debido al apoyo de las estructuras del peronismo clientelista y algunos segmentos del clero tercermundista.[12]
A grandes rasgos, pues éste fue el manantial de donde brotó una gran organización que, hacia 1995, precedió a los piqueteros en su papel de adjudicadores de los planes sociales del Estado.
Durante el gobierno de
De la Rúa estas organizaciones se convirtieron en ONG´s y accedieron al derecho de ser ellas mismas las administradoras de los paquetes de planes sociales conquistados, convirtiéndose así en auténticas instituciones que forman parte de la red de poder del Estado… Y se cavó la fosa ya que el problema se agudizó. A partir de la decisión del gobierno de la Alianza de convertir a estas organizaciones en ONG´s la táctica del Justicialismo bonaerense fue aliarse a ellas en los cortes de ruta para debilitar a
De la Rúa y hacerle un exitoso golpe de estado civil.
Muy pronto se pondría de manifiesto el potencial destructivo de las nuevas organizaciones, que comenzaron a entrenar en el terreno con movimientos de práctica y coordinación ~en simultáneo~ a partir del 28 de junio del 2000, cuando 500 militantes de la CCC, la FTV y el MIJD, entre otras muchas agrupaciones, cortaron la ruta 3 en Isidro Casanova aislando a La Matanza y bloqueando los caminos de entrada y salida a la Capital. Así obtuvieron los entonces denominados ATN (Aportes del Tesoro Nacional) a cambio de la liberación de las autopistas, método que hasta el día de hoy se sigue practicando, pero con la bendición del gobierno kirchnerista.
Luego de que el poder de fuego demostrado por estos grupos evidenció que podían derribar un gobierno, el Justicialismo se hizo cargo de la manipulación de la rebelión piquetera.
El aumento del poder piquetero es hoy más que poderoso. El Estado les paga a las formaciones porque piquetean, lo que es equivalente a decir que les paga para piquetear, y los aspirantes a la prebenda deben mostrar su disposición para el piquete ante el caudillo que distribuya la canonjía. Ergo, los piqueteros son la principal empresa del Estado.[13]
Nacidas como grupos contestatarios ad hoc, adquirieron legitimidad frente al público y se convirtieron en depositarios de “derechos adquiridos”. Normativamente, puede suponerse que la usurpación de tierras por parte de los pobres es menos grave que la confiscación de los depósitos por parte del Estado. No obstante, el hecho representa un paso adicional en el proceso de erosión institucional de largo plazo que se está registrando, por el agravamiento de la inseguridad.
El poder real de estas milicias pertenece a una coalición de cabecillas: “señores de la guerra ” que mandan sobre grandes bandas con jurisdicción territorial, y que mantiene vínculos complejos e informales con jueces, políticos y traficantes ~tanto de drogas como de armamento~ y goza del beneplácito del Poder Ejecutivo Nacional como mejor salvoconducto. Entonces, los viejos aparatos partidarios se entretejen con las nuevas agrupaciones piqueteras, casi totalmente dependientes de las asignaciones económicas del Estado Nacional que le permiten manipularlas. La ficción de legalidad sirve para consolidar este orden extralegal. La justicia se blande para castigar los desafíos a esta ilegalidad informalmente sustituida.
Después de un acto en la gobernación bonaerense, el Arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, sostuvo, “Si un juez de la Corte dice que podemos cultivar marihuana en el balcón, entonces todo es posible”. Conclusión incompleta
Mientras sigue alimentando en voz baja su sueño de la candidatura propia, Hugo Moyano comenzó a entender que la construcción de su espacio político requiere mucho más que el poder de fuego y la fortaleza de la estructura que consolidó al frente del Sindicato de Camioneros y de la CGT. El conflicto en Kraft que irrumpió con cortes y manifestaciones parece haberlo convencido que, más allá del apoyo del grupo de gremios que responden a su conducción, sus planes requieren de una alianza estratégica con organizaciones sociales y movimientos piqueteros que le garanticen un mayor control de la protesta callejera.
En ese objetivo, los esfuerzos de Moyano y sus hombres de confianza se concentraron en articular un entendimiento con el líder del Movimiento Evita y hasta ayer subsecretario del ministerio de
Desarrollo Social, Emilio Miguel Ángel Pérsico, quien renunció a su función oficial en medio del escándalo generado por la detención de su hijo cuando transportaba droga en un auto oficial. En tal sentido, es menester señalar que lo secuestrado en el operativo policial no fueron “cinco plantitas de marihuana”, como se hizo trascender a la prensa para minimizar el episodio, sino 308 kilos de ese estupefaciente. Algo peor aún: no es la primera vez que esto ocurre, sólo se trata de la única ocasión en que la maniobra pudo ser detectada, ya que se rastrearon -desde principios de 2009- muchos otros envíos de droga, no sólo marihuana, sino también cocaína y pasta base desde el Ministerio de
Desarrollo Social. El modus operandi siempre ha sido el mismo: el uso de camionetas oficiales sin identificación.[14]
A la fecha hay media docena de denuncias hechas contra el “dealer”, que no es otro que David Yane -concuñado de Pablo Pérsico y propietario del lugar donde se secuestró la marihuana. Yane sería la cara visible de un negocio de narcotráfico que tiene a los Pérsico ~padre e hijo~ como cabeza ejecutora.[15]
La Secretaría de Inteligencia (ex SIDE) le había dado a Alicia Kirchner una carpeta con información acerca de las actividades de Pablo Pérsico, protegido por su papá merced a su cargo como subsecretario de Comercialización de la Economía Social del Ministerio de
Desarrollo Social de la Nación. El cargo del cual finalmente debió dimitir, con una remuneración que asciende a $16.361,71.[16] Sin embargo las denuncias y los informes de la S.I. fueron ignorados, ya que el kirchnerismo le dio cobertura integral al líder del “ Movimiento Evita ”, a cambio de las “operaciones especiales de ejecución” encomendadas al ex terrorista, que tienen que ver con las “desapariciones” de Julio López y Luis Gerez, acerca de las cuales el oficialismo todavía no da explicaciones.
La renuncia de Pérsico fue ahora inmediatamente aceptada por la ministra de
Desarrollo Social, Alicia Kirchner. Pero, aunque desató de inmediato una fuerte reacción y críticas de la oposición, no alteró los planes del jefe de la CGT de sumarlo a su nueva corriente política sindical. Tanto desde el moyanismo como en el entorno del dirigente piquetero confirmaron la existencia de conversaciones iniciadas un par de meses atrás y señalaron que mantienen sus aspiraciones de avanzar en una construcción política conjunta.
La intención de Moyano de sumar a Pérsico partió de una sugerencia del presidente Néstor Kirchner apenas el camionero comenzó a dar forma a la creación de su espacio político. Cerca del líder cegetista rechazaron esas especulaciones y afirmaron que la participación del titular del Movimiento Evita en el lanzamiento oficial de la corriente político-sindical de su jefe en Mar del Plata surgió de la convicción del sector de sumar aliados de otras organizaciones. “ El objetivo de este espacio no es meramente sindical , la apuesta es construir un espacio con múltiples actores sociales y políticos. No somos sectarios” dice Moyano, quien deslizó que también existen negociaciones para sumar a agrupaciones universitarias a la corriente.
En el caso de Pérsico, el entendimiento ya estaba hecho de antemano, como sucediera con la ex ministra de Economía Felisa Micelli, que cuando se fue de la función pública, automáticamente pasó a revistar en “ Madres de Plaza de Mayo”, otra ONG con gran capacidad de movilización y convocatoria.
Emilio Pérsico, ya confirmó que estará presente con sus hombres en el próximo encuentro que Moyano organiza para mediados de noviembre en la provincia de Córdoba. Pese a las polémicas públicas en torno del transporte de drogas de Pablo Pérsico[17], el respetado líder montonero que fundara “Quebracho” y pergeñara el auto-secuestro de Luis Gerez (siendo vicejefe de gabinete del gobernador Felipe Solá ) no abandona su alto perfil político.
Más allá de los argumentos públicos que esbozan desde el moyanismo en favor de la apuesta de construcción de un espacio multisectorial, la idea de una alianza con Pérsico sedujo al jefe de la CGT sobre todo por la poderosa estructura que el “ Movimiento Evita ” logró consolidar en los últimos años en los principales distritos del conurbano bonaerense. La capacidad de movilización de la agrupación fue palpable para el camionero en diversas convocatorias promovidas desde el kirchnerismo.
Hugo Moyano ahora sumará el poder de las organizaciones sociales y piqueteras a sus propias estructuras sindicales, en un intento de contraponer la multiplicación de protestas articuladas por agrupaciones de izquierda y sectores sociales enfrentados al Gobierno, que fortalecieron a la comisión interna en Kraft en medio del conflicto por los despidos y mostraron los límites de la CGT para contener la protesta social.[18]
Desde hace tiempo se conoce el ingreso ilegal de armas ~proporcionadas por Hugo Chávez~ desde la frontera boliviana o directamente vía aérea, sacadas en ambulancias del aeropuerto de Ezeiza. Fusiles AK 101, AK 102-2 y AK 103 (este último calibre 5.56 y lanzagranadas) fabricados en Rusia. Esa denuncia se tramitó por ante la Jueza en lo Criminal y Correccional de San Isidro Dra Sandra Arroyo Salgado, a quien se le proporcionó la nómina de piqueteros K, a quienes se les otorgó la portación de esas armas automáticas. A aquella denuncia y a los informes de las fuerzas de seguridad se adiciona que en el Juzgado en lo Criminal y Correccional Federal Nº 1, a cargo de la Dra María Romilda Servini de Cubria, Secretaria Nro 2, se acaba de presentar una denuncia penal documentada, que advierte que al menos 500 “Jefes y Jefas de Hogar” ~que figuran en el padrón de piqueteros beneficiados por el ministerio de Trabajo~ han recibido estos últimos días más credenciales de tenencia y portación de armas de guerra por parte del RENAR.[19] Apostillas y acotaciones finales
Milagro Sala desplazó violentamente de su liderazgo al malogrado “Perro” Santillán por una cuestión interna de poder económico, rebautizando al grupo contestatario de aquél como Movimiento Barrial “Tupac Amaru”.[20] Cualquier dirigente que tiene 100 bolsones tiene 500 personas a su mando, el que tiene planes sociales tiene mil personas a su mando, y el que tiene viviendas para repartir mueve 10 mil personas, asegura el derrotado Santillán. “Es el caso de Milagro Sala y de muchas organizaciones que están inmersos de un sistema clientelista”. Sala se vanagloria de haber derrocado cinco gobernadores. “Sin la bendición del gobierno nacional y su logística no movía a nadie”, dice “el Perro”, que definió a la agrupación “Tupac Amarú” como “una milicia del Estado”.
“Milagrito”, como se la conoce a la dirigente de ATE, es famosa por haber ocupado violentamente la sede del Banco Social de Jujuy para defender a un delegado de su gremio acusado de manejos irregulares. Las compañías de asalto de Sala también atacaron seis meses atrás a Lucas Arias y Juan Maidana , dos dirigentes de la Corriente Clasista y Combativa de Juan Alderete ~a quien le soltó la mano Néstor Kirchner ~ fracturándole el cráneo al primero.
La Ministra de
Desarrollo Social, Alicia Kirchner, recibe frecuentemente a Sala y le asignó a Tupac Amaru 25.000 planes sociales, aparte del manejo en Jujuy de la mayor parte de las nuevas cooperativas de trabajo para la construcción de viviendas del Plan Argentina Trabaja. El año pasado, esta terrorista, que también es Secretaria de Acción Social de la CTA, hizo que sus huestes en el Chaco tomaran una fábrica textil en concurso preventivo y finalmente se la apropiaran como “empresa recuperada por el pueblo ”. La planta fue reinaugurada como “fábrica de la Organización Barrial Tupac Amaru”. La agrupación sostiene que ya construyó sólo en Jujuy 1.500 viviendas, generando 4.000 puestos de trabajo, y que sus plantas textiles producen 30.000 guardapolvos por mes. Más que muchas empresas de primera línea.
Si bien es oneroso para el Estado sostenerla, el vertiginoso desarrollo de Tupac Amaru en 17 provincias tiene que ver con una característica original: es la única organización social que capta políticamente a las comunidades indígenas. Milagro Sala ~que ordenó cerrar capillas en su jurisdicción para consagrar templos a la “pacha mama”~ lidera los reclamos de tres comunidades, los guaraníes, los coyas y los mapuches, siendo los dos últimos los más activos. Pese a ser una dirigente promocionada por la Casa Rosada, su terminal política no es Kirchner sino Evo Morales. En la ceremonia del Tiwanako del año pasado, Sala se sentó a pocos metros del mandatario boliviano para festejar “el renacimiento de los pueblos originarios”.
En Jujuy y Salta funcionan campos de entrenamiento de “Tupac Amaru”. El más activo se encontraría a pocos kilómetros de la ciudad de Jujuy. Un contingente de 500 a 600 piqueteros de Tupac Amaru, seleccionados por Milagro Sala, se adiestran regularmente en el propio Tiro Federal de Jujuy con la complicidad de algunos mandos policiales que responden a las órdenes de la “gobernadora”.
Que se entienda entonces que “Tupac Amaru” forma parte del proyecto de “Constituyente Social” en el que convergen cientos de grupos de izquierda de todo el país y que se define confusamente como una especie de “refundación revolucionaria de la Argentina ”. En un reciente reportaje declaró: “antes que ser argentina soy americana” y “antes que reconciliarnos con los blancos ellos nos tienen que devolver todo lo que nos robaron”.[21]
Acá no se agota el tema ni mucho menos, ya que este informe tan sólo una apretada síntesis de la historia del ejército piquetero del régimen[22]. Su etiología histórica, organización actual por unidades, despliegue territorial, logística, instrucción militar, educación ideológica y armamento tal vez se lo proporcionará ~expeditivamente~ la señora Ministra de
Defensa, que debería estar informada. La desaparición de las FFAA como fuerza operativa, evidentemente tuvo el propósito encubierto de ceder el espacio correspondiente a la
Defensa Nacional a este conjunto de “señores de la guerra ” que están anarquizando al país hasta extremos todavía insondables.
Y los piqueteros superan y suplen también a los elementos de seguridad interior, que ya fueron sobrepasados por leyes que los han neutralizado para que el monopolio de la violencia ya no sea más órbita del Estado ~a fin de impedir que opere para la protección de sus ciudadanos o de la Constitución~ sino que la inseguridad anárquica aproveche a los sórdidos intereses ocultos, subyacentes en esta Nación en disolución, más cercana a Somalia que a la cultura del Occidente Cristiano.
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REFERENCIAS:
[1] Escudé, Carlos: “El Estado Parasitario”. Editorial Lumiére. Buenos Aires, 2005, página 133.
[2] Sobre los límites de la “aproximación directa”, véase C. Fijnaut, “Investigación de la delincuencia organizada”, en R. Morgan (ed.), Policía de la delincuencia organizada y Prevención del
Delito, Por la Bristol y Bath Centro para la Justicia Penal , Bristol, 1990, y, vía del ejemplo, D. Gambetta,
De la mafia siciliana: el negocio de la protección privada de, Harvard University Press, Cambridge, 1993, pág. 3.
[3] Véase, por ejemplo, P.A. Lupsha, “Red de redes contra”, en G.P. Waldo Editores.
[4] Oviedo, Jorge: “O´Neill, Stiglitz y la corrupción”. Publicado en LA NACIÓN , el 3 de agosto de 2002.
[5] Joseph Siglitz: “The Roaring Nineties”, W.W. Norton & Company, forthcoming in October 2003.
[6] Citado por Carlos Escudé en “El Estado Parasitario”. Editorial Lumière. Buenos Aires, 2005, Página 39.
[7] http://www.clarin.com/diario/2005/07/27/elpais/p-01001.htm
[8] Hijo de un Oficial Superior de la Revolución Argentina de Onganía, Luis Tibiletti era Oficial Subalterno del Ejército Argentino, donde pasó quince años tras haber egresado del Colegio Militar de la Nación y 1º de su promoción. Si bien el kirchnerismo le ha dado fuste de “especialista en temas de defensa y seguridad”, pocos saben que era ~como tantos otros~ un infiltrado de la Organización Político Militar “Montoneros”, y operaba con el nombre de guerra “Carlos” , subordinado a Roberto Quieto y a Horacio Verbitzky, terroristas con quienes mantiene todavía subordinación y contacto.
Otro infiltrado de “montoneros”, también egresado del Colegio Militar , y que trabaja activamente en el gobierno actual es Ricardo F. Colombo Roqué (a) “El Leche”. En 1975 ambas situaciones fueron descubiertas por el Teniente Coronel Santiago Hoya, razón por la cual ambos conjurados serían expulsados del Ejército Argentino. Tibiletti se licenciaría en Relaciones del Trabajo en la UBA, trabajando en su nueva profesión un tiempo, como gerente de personal de Resero. Nadie lo molestó, aún sabiéndolo militante y enemigo de las FFAA, debido a la influencia de su padre.
Después volvió a la política como director de Fronteras de 1985 a 1990, y, desde ese año, subdirector de Seguridad Interior.
Desde allí, junto a un equipo de expertos, participó de la redacción de la Ley de Seguridad Interior. Propició siempre la no injerencia militar en asuntos internos, lo que, indudablemente, facilitó el trabajo de las ONG´s piqueteras. Al Teniente General Roberto Fernando Bendini, ex Jefe del Estado Mayor General del Ejército, también se lo vincula con ese grupo de renegados ~que dependían de Carlos Kunkel~ así como al actual Secretario General del Ejército, el General de Brigada Hugo Bruera (a) “Tranguito”. Este “general K” es muy cercano a Emilio Pérsico por ser pariente en segundo grado de Hugo Bruera , intendente de La Plata, socio del terrorista montonero hoy devenido en líder piquetero.
Fuente: Juan Bautista Yofre