Ni Kirchner era Perón, ni Cristina es Isabelita
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Internacional
Ni Kirchner era Perón, ni Cristina es Isabelita
Argentina recuerda cómo la muerte de Perón hace 36 años acabó en tragedia: su viuda asumió la presidencia, provocando la fractura del peronismo y el golpe militar
Los paralelismos son inevitables. Al conocerse la muerte de Néstor Kirchner, un escalofrío recorrió ayer Argentina, tierra de excesos patriotas rendida a uno de los movimientos políticos más peculiares del planeta: el peronismo. Ese escalofrío recordaba el fallecimiento hace 36 años de Juan Domingo Perón, que desapareció de un paro cardiaco en 1974, dejando a los argentinos huérfanos y a una viuda, Isabelita, convertida en la primera mujer presidenta (del país y de Occidente). Ahora es otra viuda, la primera jefa de Estado electa en Argentina, la que se queda sola tras conseguir el cargo junto a su esposo.
Aquella muerte de hace 36 años terminó en tragedia: la asunción de Isabelita provocó la fractura entre los peronistas de izquierda (Montoneros) y los de derecha (Triple A), siendo finalmente derrocada por el golpe militar de marzo de 1976.
Cuando murió Perón, fundador del Partido Justicialista y tres veces mandatario de Argentina, el país se asomó al abismo. Su tercera esposa, María Estela Martínez (Isabelita), con cero trayectoria política, fue incapaz de gobernar. Pero era la vicepresidenta y asumió el poder en 1974, comenzando un capítulo de enfrentamientos políticos y decadencia económica y social que alimentó el clima para el golpe de Jorge Rafael Videla.
Hoy, aunque la coyuntura es muy distinta, los fantasmas del pasado sobrevuelan la política argentina. Los analistas coinciden en que Cristina Fernández deberá enfrentarse a un gran reto con la desaparición de su marido. No en vano el mensaje de Néstor Kirchner entre empresarios nacionales y extranjeros siempre era el mismo: "El presidente soy yo".
A Cristina le quedan 14 meses de mandato (hasta diciembre de 2011). Y de momento nadie sabe si se presentará a la reelección el año que viene.
Una inepta y un paranoico
Pero las consecuencias de la muerte de Kirchner no se sentirán seguramente en el plano institucional: la tranquilidad del proceso democrático parece asegurada. Medios y analistas coinciden en que "Cristina no es Isabelita". Ni Argentina es la de 1974. Ni Kirchner era Perón.
El temblor, el vacío, la incertibumbre , se espera en el plano político. Ha muerto la cabeza del peronismo, el armador, el que lo controlaba todo. Y lo ha hecho a un año de las presidenciales (se celebrarán el 23 de octubre de 2011) y a 10 meses de las internas donde los partidos elegirán a sus candidatos.
"Néstor Kirchner no era Perón. Perón dejó como sucesores a una presidenta inepta y a un criminal paranoico", escribió ayer el filósofo José Pablo Feinmann en Página 12, en referencia a Isabelita y a José López Rega (alias "El Brujo", hombre fuerte de su gobierno, organizador del grupo paramilitar de ultraderecha Alianza Anticomunista Argentina (AAA), conocido como Triple A, acusado de secuestros y asesinatos en la década de los 70).
Así que los líderes cercanos al matrimonio Kirchner, como el poderoso sindicalista Hugo Moyano, desprecian a Isabelita y recuerdan a Evita. "Después de Perón y Evita, nadie le dio tanto a los trabajadores como Néstor Kirchner", sentencia Moyano. Ahí es nada.
En Madrid desde 1981
Isabelita vive en Madrid desde 1981, dicen que con Alzheimer, enfermedad que le ha podido salvar de la extradición a Argentina tras los procesos judiciales por asesinatos políticos durante su gobierno.
Bailarina de cabaret convertida en presidenta, María Estela Martínez de Perón tiene 79 años y un caso abierto por su relación con la Triple A. El 11 de enero de 2007 el juez argentino Héctor Acosta pidió a Interpol su captura internacional por la desaparición de un estudiante en febrero de 1976, antes del golpe de estado. Horas después fue arrestada en su domicilio de Villanueva de la Cañada y trasladada a la Audiencia Nacional.
El 28 de abril de 2008, la Audiencia Nacional consideró que sus crímenes no son de lesa humanidad y han prescrito. La Justicia española rechazó finalmente la extradición de la viuda del mito Perón, que acaba sus días en España, a muchos kilómetros del país donde ordenó las primeras violaciones de los derechos humanos contra la izquierda.