miércoles, julio 02, 2008

Acerca de la comunión de rodillas y en la boca

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Acerca de la comunión de rodillas y en la boca

Ciudad del Vaticano
AICA

Comulgar de rodillas
Comulgar de rodillas
 
 
En una entrevista concedida a la edición italiana del 26 de junio de “L’Osservatore Romano”, monseñor Guido Marini, maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, fue preguntado acerca de si el Papa mantendrá la práctica de distribuir la comunión a los fieles de rodillas y en la boca, como se vio en su reciente viaje a las localidades italianas de Santa María de Leuca y Brindisi.

     “Creo realmente que sí  -respondió el prelado-. En este sentido, no hay que olvidar que la distribución de la comunión en la mano sigue siendo, desde el punto de vista jurídico, un indulto a la ley universal, concedido por la Santa Sede a las conferencias episcopales que lo pidieron”.

     “La modalidad adoptada por Benedicto XVI tiende a subrayar la vigencia de la norma válida para toda la Iglesia”, explicó.

     “Este modo de distribución del sacramento  -dijo-,  sin quitar nada a la otra forma, subraya mejor la verdad de la presencia real en la Eucaristía, ayuda a la devoción de los fieles, introduce con más facilidad en el sentido del misterio. Aspecto que en nuestro tiempo, pastoralmente hablando, es urgente subrayar y recuperar”, aclaró.

     Aludiendo a quienes acusan a Benedicto XVI de querer imponer modelos preconciliares, el maestro de las celebraciones litúrgicas explicó que “términos como ‘preconciliar’ y ‘postconciliar’ me parece que pertenecen a un lenguaje que ya fue superado y, si se utilizan con el objetivo de indicar una discontinuidad en el camino de la Iglesia, considero que son equivocados y típicos de visiones ideológicas muy reductivas”.

     “Hay cosas antiguas y cosas nuevas que pertenecen al tesoro de la Iglesia de siempre y como tales deben ser consideradas. Quien es sabio sabe encontrar en su tesoro tanto unas como otras, sin tener otros criterios que no sean evangélicos y eclesiales”.

     “No todo lo que es nuevo es verdadero, como tampoco lo es todo lo antiguo. La verdad atraviesa lo antiguo y lo nuevo y a ella debemos tender sin prejuicios”.

     La Iglesia vive según esa ley de la continuidad, en virtud de la cual, conoce un desarrollo arraigado en la tradición. Lo importante es que todo esté orientado a una celebración litúrgica que sea verdaderamente la celebración del misterio sagrado, del Señor crucificado y resucitado, que se hace presente en su Iglesia, reactualizando el misterio de la salvación y llamándonos, según la lógica de una auténtica y activa participación, a compartir hasta sus últimas consecuencias su misma vida, que es vida de don de amor al Padre y a los hermanos, vida de santidad”.+

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