Mensaje de la Iglesia: "No hemos acompañado de la mejor manera a las mujeres que han abortado"
20 de abril de 2018
La Conferencia Episcopal Argentina realizó por primera vez una
autocrítica sobre el rol que ha mantenido con respecto a las mujeres que
realizaron abortos en condiciones inseguras.
En el punto 5 de un documento en el que se vuelve a rechazar el
proyecto de despenalización que se discute en el Congreso, los obispos
de todo el país reconocieron que "tanto la Iglesia como
la sociedad no hemos acompañado de la mejor manera a las mujeres que han
abortado en medio de sufrimientos y límites, y padecen en soledad las
consecuencias de esta decisión".
En un video difundido por el Episcopado, el arzobispo de Buenos Aires,
Mario Poli, explicó que este "mea culpa" surge en virtud de palabras del
papa Francisco: "Queremos decir que hemos
hecho poco por la protección de la mujer que atraviesa esta situación,
somos conscientes de que podemos hacer mucho más".
El mensaje, difundido este viernes en la Asamblea Plenaria que se realiza en Pilar, tomó además las recientes palabras del Pontífice en su última exhortación apostólica, donde aseguró que "la defensa del inocente que no ha nacido debe ser clara, firme y apasionada".
Los obispos convocaron además a los legisladores a proponer "leyes
innovadoras que tutelen tanto la vida y los derechos de la madre como la
vida y la dignidad del hijo". "Nos duele que algo tan grande y esencial
como defender la vida nos haga enfrentar o dividir todavía más",
resaltaron.
1. Los Obispos reunidos en la 115 Asamblea Plenaria del Episcopado
Argentino, hacemos nuestra la Declaración de la Comisión Ejecutiva
"Respetuosos de la Vida", del 23 de febrero pasado.
2. En esta preocupación nos unimos a todos los argentinos, sean o no
creyentes, que defienden la vida humana desde la concepción. Agradecemos
de corazón a tantas ciudadanas y ciudadanos que con sus testimonios,
argumentos y acciones se han destacado en estas últimas semanas como
apasionados defensores de toda vida humana. Ellos son los grandes
protagonistas.
3. Una Nación democrática, moderna y progresista, debe tener la
capacidad, el ingenio y la creatividad, de buscar soluciones nuevas que
resuelvan los problemas, sin necesidad de matar o "interrumpir" vidas de seres humanos.
4.
¡Ojalá podamos defender hasta tal punto los derechos humanos, que no se
los neguemos a los más débiles y vulnerables! Vale toda vida. Aún hay
mucho por hacer para acompañar y ayudar a las mujeres que viven un
embarazo inesperado, en malas condiciones (desnutrición, diabetes, otras
dificultades obstétricas no controladas debidamente, situaciones de
violencia, etc.). Muchas de estas realidades tienen que ver con la
pobreza no resuelta.
5. Esperamos
que este debate nos permita dirigir la mirada de manera amplia a
diversas situaciones que no deberíamos separar: la defensa del niño por
nacer, el respeto a la mujer y el cuidado de su vida, el inmenso valor
de la familia y la vida amenazada de tantos argentinos que se debaten en
la pobreza y la miseria. Tanto la Iglesia como la sociedad no
hemos hecho lo suficiente al respecto. Tampoco hemos acompañado de la
mejor manera a las mujeres que han abortado en medio de sufrimientos y
límites, y padecen en soledad las consecuencias de esta decisión.
6. Es indispensable recordar la síntesis que nos propone el Papa
Francisco, quien nos invita a mirar a todos desde los más pequeños: "La
defensa del inocente que no ha nacido, por ejemplo, debe ser clara,
firme y apasionada, porque allí está en juego la dignidad de la vida
humana, siempre sagrada, y lo exige el amor a cada persona más allá de
su desarrollo. Pero igualmente sagrada es la vida de los pobres que ya
han nacido, que se debaten en la miseria, el abandono, la postergación,
la trata de personas, la eutanasia encubierta en los enfermos y ancianos
privados de atención, las nuevas formas de esclavitud, y en toda forma
de descarte. No podemos plantearnos un ideal de santidad que ignore la
injusticia de este mundo, donde unos festejan, gastan alegremente y
reducen su vida a las novedades del consumo, al mismo tiempo que otros
solo miran desde afuera mientras su vida pasa y se acaba
miserablemente." (Gaudete et Exsultate 101)