Propaganda Due, el libro que revela los secretos de la masonería italiana en Argentina
A través de más de 100 mil documentos, una investigación da a conocer la lista completa de los integrantes de la logia. Aquí, algunos de los casos más jugosos.
Juan Domingo Perón condecorando con la orden del
Libertador a Licio Gelli, gran maestre de la Logia Propaganda Due, en
1973 (AGN)
Desde los años sesenta, un misterioso
actor social tuvo influencia en la vida política argentina: la
masonería. Esa logia hundió sus raíces en el siglo XIX y desde entonces
despertó las más grandes intrigas y teorías conspirativas en todo el
mundo. Conducida por Licio Gelli, Propaganda Due (P2) fue un
desprendimiento de la masonería italiana en Argentina, y salió a la luz
por un descubrimiento casual en 1981 de un juez que se tornó bastante
conocido para Argentina durante los últimos años: Thomas Griesa.Según cuenta Carlos Manfroni, autor de “Propaganda Due” -una historia documentada para la cual revisó más de cien mil páginas de documentación recientemente desclasificada-, el escándalo hizo caer al gobierno de Italia. A partir de la investigación se descubrió una intrincada trama de bancos tejida por los miembros de la logia, que involucraban incluso al banco del Vaticano (IOR), dirigido por Paul Marcinkus. “El objetivo final para la Argentina era llevar a Massera al poder, alejar a la Argentina del mundo desarrollado (Malvinas) y convertir al país en una plataforma del crimen organizado”, explica Manfroni.
Banqueros, funcionarios, servicios secretos, militares, guerrilleros y la mafia italiana están involucrados en el libro. Como se explica, los parlamentarios de Italia creían que la logia había tenido un papel más importante en la Argentina que en Italia, pero como estaban dedicados a investigar su país, pasaron por alto estas cuestiones. A tal punto era su influencia que el líder de P2 tenía como objetivo manejar la política en la Argentina. Afortunadamente toda la documentación fue archivada, y ahora desclasificada.
“Gelli se decía a sí mismo 'El Titiritero', porque movía los hilos a un lado y otro del escenario político”, dice Manfroni. Aquí, una recopilación de las revelaciones más jugosas del libro (Sudamericana | 504 páginas | 399 pesos).
Sobre Perón, Cámpora y Aramburu. Cámpora fue candidato no porque lo decidiera Perón, sino porque lo decidió la logia. La mal llamada cláusula proscriptiva del 25 de agosto de 1972 se inventó para disimular esa decisión.
Aramburu fue asesinado justo cuando estaba dialogando con Perón, por medio de terceras personas, para promover su regreso y una apertura democrática, tras un golpe que pensaba dar contra Onganía, que quería quedarse 20 años en el poder. Después de ese asesinato, cayó Onganía; y Licio Gelli, jefe de Propaganda Due, negoció con Lanusse la apertura democrática y la candidatura de Cámpora.
Cuando Perón decidió que Cámpora se hiciera a un lado y llamar a elecciones, dos días después de los comicios en los que Perón ganó con más del 60% de los votos, Montoneros mató a Rucci para aislarlo del movimiento obrero. Después mató a Mugica para aislarlo de la juventud.
Cuando Perón estaba en Roma a punto de regresar, los únicos que se reunieron con él en el hotel Exelsior, sede de la P2, fueron los miembros de la cúpula montonera y López Rega. Los peronistas históricos, no.
Sobre Eduardo Emilio Massera. El verdadero candidato de la logia fue siempre Massera. Perón era necesario para acercar a Massera al poder. Cámpora era necesario para generar un caos que permitiera después el golpe. Los montoneros confesaron que ellos preferían el golpe por sobre el gobierno de Isabel. Querían a Massera (no la tropa, que ignoraba todo, sino la cúpula).
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Producido el golpe militar, Massera intenta desplazar a Videla matando al equipo económico. Los negocios de la logia, además, chocaban con la estructura económica de ese momento: petróleo, acero, armas, finanzas. Para eso, Massera, concertado con Montoneros, armó la Contraofensiva Montonera, en la cual los guerrilleros actuaron con zonas liberadas.
Otro negocio de la logia fue el Mundial 78, para lo cual la Marina mató al general Actis, un hombre honrado que fue su primer presidente, de manera que el almirante Lacoste pasara a manejar ese dinero (más de U$S 700 millones).
Sobre Malvinas. La guerra de las Malvinas también fue impulsada por la logia y por Montoneros, además de Massera. Inglaterra estuvo dos veces a punto de devolver las Malvinas: la primera vez con Perón, pero él murió y el canciller Vignes (P2) truncó la negociación. La segunda vez con Thatcher, pero la Cancillería, dominada por Massera, nunca contestó. Poco antes de la guerra, Thatcher había convencido al Parlamento británico, con la furia de los almirantes ingleses, para que desmantelaran la flota de superficie e hicieran crecer la flota de submarinos, como se lo pedía Estados Unidos. La guerra salvó la flota de superficie de Gran Bretaña. Thatcher probó, de la peor manera, la efectividad de uno de sus submarinos.
Sobre Thomas Griesa. El que sin querer destapó la cuestión de Propaganda Due fue el juez Thomas Griesa, en 1980, cuando enjuició al banquero Michele Sindona por la quiebra del Franklin National Bank de Nueva York. Sindona era miembro de la logia.
Sobre el Banco del Vaticano. Monseñor Paul Marcinkus, presidente del IOR (Banco del Vaticano), tenía como asesor a Michele Sindona, miembro de la logia P2, y como socio del banco en otros emprendimientos financieros a David Kennedy, dueño del Chicago Illinois Bank y secretario del Tesoro de Richard Nixon.
Sobre Juan Pablo I. Cuando, aconsejado por Sindona, Marcinkus decide vender la Banca Católica del Venetto, que daba créditos blandos para obras de la Iglesia, monseñor Albino Luciani, obispo de Venecia, protestó ante monseñor Benelli sin resultado. Tiempo después, Luciani fue el Papa Juan Pablo I y una de las primeras cosas que hizo fue pedir cuentas de las finanzas del Vaticano. A los 30 días murió.
Sobre el Banco Ambrosiano. Por medio del banco Ambrosiano, controlada por la logia y en cuyo directorio estaba Marcinkus, se vendieron armas italianas a la mafia sirio-turca. La mafia pagaba con heroína y morfina, que se introducían en Italia.
Roberto Calvi, el presidente del Banco Ambrosiano, apareció colgado de un puente en Londres. La policía de la ciudad de Londres cerró el caso como suicidio; pero el libro aporta un telegrama del FBI que desconfió desde el primer día de esa conclusión, sobre todo porque la misma noche la secretaria de Calvi cayó por una ventana en Italia.
Calvi fue asesinado por la logia por dar dinero para el sindicato Solidaridad, de Polonia, que confrontó contra el gobierno comunista de su país. El primer ministro, Giulio Andreotti, lo había amenazado de muerte por eso, según declaró la viuda de Calvi ante el Parlamento de Italia.
La logia Propaganda Due fue formada por fascistas, pero su jefe, Licio Gelli, después de haber sido fascista, trabajaba para el KGB.