Un acontecimiento maravilloso sucedió en Buenos Aires en la década del ´30 del siglo pasado
Una verdadera IGLESIA EN LA CALLE presidida por un Cardenal, futuro Papa Pío XII, quien afirmó:
“Pero esto es el Paraíso en la tierra”
JESÚS VIVO Y PRESENTE EN LA SAGRADA EUCARISTÍA.
Una multitud en las calles cantando al
AMOR DE LOS AMORES!
Todos de rodillas ante semejante presencia:
CONGRESO EUCARÍSTICO INTERNACIONAL (Buenos Aires, 1934)
Dijo el Papa Pío XI:
El Congreso fue presidido por el Cardenal Secretario de Estado de S.S. Pío XI, Mons. Eugenio Pacelli, futuro Papa Pío XII.
Significó, hasta entonces, la manifestación más multitudinaria y fervorosa del catolicismo en toda la historia de la Argentina. Marcado por una intensísima práctica sacramental, centenares de miles de confesiones y comuniones devolvieron a la sociedad argentina la práctica religiosa de la que se había apartado. Significó, asimismo, el comienzo de una época de esplendor del catolicismo argentino.
Fuentes oficiales de la Iglesia afirman que "en Buenos Aires en 1934 se repartieron más de 100.000 comuniones a niños, 400.000 a hombres y 700.000 a mujeres".
Por donde pasaba Mons. Pacelli (S.S, Pío XII), llevaba el mensaje del cielo como último llamado, y su estela de santidad trajo un alma santa más, por si fuera poco: Don Orione. Cuanto amor el de Dios!.
Dijo Don Orione, providencial participante:
¡Vi decenas de millares y millares de obreros, de robustos trabajadores, de
jóvenes, florecientes de vida; médicos, abogados, oficiales, profesores
universitarios, diputados, ministros, confundidos en columnas, confesarse en
las plazas, a lo largo de los caminos, de las calles de esta gran capital! ¡Más
de 200.000 hombres, como atraídos por un imán, en interminable torrente,
avanzan compactos, orando, cantando y postrándose a los pies de Cristo!;
adorar a Cristo, recibir a Cristo sobre la gran Plaza de Mayo,
frente a la casa de gobierno de esta República Argentina.
En aquella plaza los he visto fraternizar, abrazarse en Cristo, jurar su
fe, su amor a la Patria, ¡llorar de amor! ¡Fue un espectáculo único en el
mundo!
¿Qué sentían? ¡A Cristo! ¿Quién estaba? Cristo, queridos hermanos; Cristo
Nuestro Señor que resucitaba en esos corazones; estaba Jesús, estaba el Señor
pasando por esta metrópolis y descendía junto a su pueblo. El Legado Papal
exclamaba: '¡Pero esto es el Paraíso en la tierra!”.
Para Don Orione el Congreso
Eucarístico de Buenos Aires fue "el mayor triunfo que Nuestro Señor
haya recibido en el Santísimo Sacramento", y sabía que el mismo
traería muchos frutos, expresados por la gran cantidad de iniciativas, propuestas
y obras de caridad surgidas luego del mismo.
Cuánto más, cuando las almas estaban inclinadas
hacia la piedad, el bien, precisamente
por la participación en los misterios de la Eucaristía. Y Don
Orione era conciente de esto, como testimonia, el P. Dutto, quien estuvo junto
al Fundador y anotó por esos días: "La
inolvidable apoteosis del eucarístico ‘Dios con nosotros’ ha suscitado en los
corazones fermentos divinos de amor fraterno. El terreno está, pues, preparado:
es necesario sembrarlo...”.
MÁS FOTOS DEL CONGRESO:BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA
www.pueblodemaria.com