miércoles, junio 19, 2013

Católicos ignorantes

de Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo de San Cristóbal de las Casas

SITUACIONES
No; no quiero ofender a mis hermanos que profesan la misma fe que un servidor. No me estoy uniendo al coro de quienes consideran la religión como un catálogo de dogmatismos sin sentido, fruto de la ignorancia y del fanatismo. Sólo quiero resaltar un hecho innegable: que muchos católicos desconocen los fundamentos de su fe; pocos estudian y profundizan la Sagrada Escritura, aunque cada día son más quienes están superando esta carencia. Algunos aducen que no cambian su religión católica sólo porque es la que recibieron de sus padres, no porque estén plenamente convencidos de la coherencia y de la plenitud de verdad que posee internamente nuestra fe.
Muchos católicos dejan su catolicismo sólo porque no lo conocen bien. Por ejemplo, no saben por qué bautizamos a los niños, siendo que Jesús fue bautizado en torno a los treinta años. No conocen los textos bíblicos para interpretar adecuadamente la prohibición de Exodo 20,4-5 de no hacer imágenes ni darles culto, y se dejan convencer cuando con ésta y otras citas bíblicas les hacer creer que somos idólatras y que estamos desobedeciendo el mandato divino. No toman en cuenta Ex 25,18 cuando Dios ordena a Moisés hacer imágenes de querubines, y Números 21,8 donde le ordena hacer la imagen de una serpiente. Tan no está prohibido hacer imágenes, que Dios mismo nos hizo “a su imagen y semejanza” (Gén 1,26-27). No hay contradicción en las órdenes de Dios, pero hay que saber interpretar la Biblia; de lo contrario, cada interpretación genera una nueva religión, y es cuento de nunca acabar. De estos y otros temas, muchos son incapaces de dar razón; les siembran dudas y luego se hacen indiferentes, o se refugian en sus costumbres religiosas.
ILUMINACIÓN
Hablando a un grupo de obispos franceses, el Papa Benedicto XVI les dijo: “Uno de los problemas más serios de nuestra época es el de la ignorancia práctica religiosa en la que viven muchos hombres y mujeres, incluso algunos fieles católicos. Por este motivo, la nueva evangelización se presenta con una urgencia particular. Ella pide a todos los cristianos que den razón de su esperanza (cf 1 Pedr 3,15), consciente de que uno de los obstáculos más temibles de nuestra misión pastoral es la ignorancia del contenido de la fe. Se trata en realidad de una doble ignorancia: un desconocimiento de la persona de Jesucristo y una ignorancia de la sublimidad de sus enseñanzas, de su valor universal y permanente en la búsqueda del sentido de la vida y de la felicidad. Esta ignorancia provoca además en las nuevas generaciones la incapacidad de comprender la historia y de sentirse herederos de esta tradición que ha modelado la vida, la sociedad, el arte, la cultura” (30-XI-2012).
Esto lo dijo a obispos que atienden pastoralmente a franceses, que se consideran muy cultos, muy preparados y modernos, tanto que nos desprecian a los de otros países. Pues si entre ellos hay ignorancia de la fe católica, ¡qué no decir de nuestros ambientes!
Ante esta realidad, ¿qué ofrecemos? Dice el Papa: “La Buena Nueva que tenemos la tarea de anunciar a los hombres de todos los tiempos, de todas las lenguas y de todas las culturas, se puede resumir en pocas palabras: Dios, creador del hombre, en su Hijo Jesús nos da a conocer su amor por la humanidad: ‘Dios es amor’ y quiere la felicidad de sus criaturas, de todos sus hijos. La constitución pastoral Gaudium et spes (No. 10) afrontó las cuestiones clave de la existencia humana, sobre el sentido de la vida y de la muerte, del mal, de la enfermedad y del sufrimiento, tan presentes en nuestro mundo. Recordó que, en su bondad paterna, Dios ha querido dar respuestas a todos estos interrogantes y que Cristo fundó su Iglesia para que todos los hombres pudieran conocerle”.
COMPROMISOS
Este Año de la Fe debería ser ocasión propicia para generar creativamente muchas iniciativas que nos ayuden a consolidar la fe. Cada creyente debería sentirse motivado a profundizar más su conocimiento de la Biblia, del Concilio Vaticano II y del Catecismo de la Iglesia Católica. Cada agente de pastoral debería ofrecer a su comunidad más alternativas en este sentido.
+ Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo de San Cristóbal de las Casas