El desaire de Hillary al Papa
Además, con la elección de otro competidor por el Despacho Oval, el candidato de 2004 John Kerry, como sucesor de la ex primera dama, Obama puede alardear de la unidad de su partido ante la división de los republicanos.
Hillary la radical
Precisamente por esa buena integración que ha habido entre la responsable de la política exterior y el presidente (al menos hacia fuera: entre bambalinas las relaciones no siempre han estado tan engrasadas) hay una singularidad en el mandato de Hillary Clinton que refleja muy bien la marcada hostilidad de Obama a la Iglesia católica.
(Hostilidad tan marcada que su "mandato abortista" puede acabar, literalmente, con obispos en la cárcel, algo a lo que ya han declarado estar dispuestos. El último, el flamante arzobispo de Portland, Alexander Sample: "Tenemos que luchar por nuestra libertad religiosa y llegaremos tan lejos como podamos . Estoy dispuesto a ir a la cárcel por ello", dijo.)
Tras cuatro años en el cargo, Hillary ha sido la primera secretaria de Estado de los Estados Unidos que no ha visitado el Vaticano desde William Rogers, el primero de los que tuvo Richard Nixon: exactamente cuarenta años. Así se desprende de los propios datos de su Departamento , que detallan esos desplazamientos.
Lo hicieron Henry Kissinger, Cyrus Vance, Edmund Muskie, Alexander Haig, George Schultz, James Baker, Warren Christopher (aunque no figura en el histórico oficial ), Madelaine Albright, Colin Powell y Condoleezza Rice.
A pesar de que su marido, el ex presidente Bill Clinton, mantuvo una buena relación con Juan Pablo II, Hillary -la parte más radical de la pareja- no encontró un momento para ser recibida por Benedicto XVI (Obama, al menos, sí) o encontrarse al menos con su par, el cardenal Tarsicio Bertone. Se da la circunstancia, como agravante, de que Clinton ha batido récords de viajes y países visitados, incluyendo Roma.
¿Cambiarán las cosas con Kerry? Si bien ante en todos los temas sometidos a debate, aborto incluido, ha adoptado una posición contraria a la de la Iglesia, el nuevo secretario de Estado es católico. Veremos si eso le anima a conocer al Papa o prefiere ahondar la herida.