Despenalización del Aborto = MÁS MUERTES MATERNAS
Despenalización del Aborto = MÁS MUERTES MATERNAS
(20 de agosto 2009)
Una de las mentiras más abominables que vociferan infundadamente las fundaciones partidarias de la despenalización del aborto es que la legalización de éste –aunque se trate de un crimen- permite brindar «servicios de aborto seguro» a quienes desean eliminar a los hijos gestados y todavía presentes en el vientre materno. Según estos organismos, la penalización del aborto hace que las mujeres de escasos recursos acudan a prácticas clandestinas e ilegales que ponen en riesgo su vida y en algunos casos termina con el fallecimiento de la mujer abortante. Según quienes “enarbolan” este argumento, la penalización del aborto no afecta a las mujeres que cuentan con recursos para pagar un aborto en clínicas privadas, donde aparentemente abortan “en forma segura”. Por eso deducen que como las mujeres pudientes violan la ley, hay que permitirles a las mujeres pobres que obren igual que las mujeres ricas, pero sólo en este caso en particular de matar a sus hijos en el vientre materno.
Quienes argumentan de este modo, pretenden hacer gala de un pensamiento «progresista». Dejemos de lado lo que hemos demostrado en reiteradas oportunidades, que esta forma de argumentar es una repetición textual de la argumentación plutocrática que ha hecho uno de los representantes paradigmáticos de la oligarquía angloamericana, monopólica, depredadora y hambreadora: John Davison Rockefeller III, al afirmar dogmáticamente que «cuando el aborto es prohibido, las mujeres recurren a abortos ilegales para prevenir nacimientos indeseados. Abortos médicamente seguros han estado siempre a disposición de las mujeres ricas, para las que pueden afrontar los elevados costos de doctores y viajes al extranjero; pero la mujer pobre se ha visto obligada a arriesgar su vida y salud con remedios caseros y practicantes con mala fama»[1]. Además de su matriz oligarca y plutocrática, es evidente que este pensamiento adolece de un grave defecto de irracionalidad jurídica y política, en cuanto sostiene que una ley es inútil o no sirve… porque los pudientes o ricos la violan e incumplen (???). Curiosa reivindicación que hacen los progresistas no sólo del “derecho” de los ricos de violar la ley y no ser castigados por ello, sino que además le conceden a los pobres el mismo “derecho”.
Esta forma de argumentar carece de todo rigor y seriedad, en cuanto pretende justificar un criterio moral, legal y jurídico en datos estadísticos: pretende hacer creer que la reiteración de este delito “obliga” –no se sabe por qué- a legalizarlo o despenalizarlo[2]. Pero además de irracional, este argumento es mentiroso en cuanto a los resultados logrados, según lo ha puesto en evidencia un artículo de International Planned Parenthood Federation/Federación Internacional de Paternidad Planificada [IPPF, por sus siglas en inglés][3], titulado South Africa: Huge surge in maternal deaths[4], que cita un informe oficial del gobierno sudafricano. En este informe se reconoce que en general «las muertes maternas se han incrementado un 20% entre 2005 y 2007, cuando se las compara con el trienio anterior [2002-2004]», y que en particular «las muertes causadas por infecciones no relacionadas con el embarazo golpean en las mujeres de 25-29 años y que este golpe se refleja en las muertes debidas a complicaciones por aborto y a sepsis relacionadas con el embarazo, a continuación de un embarazo viable»[5]. Hay que resaltar que este aumento en el número de abortos tuvo lugar en centros de salud oficiales (institucionales), no en forma clandestina.
Para decirlo en pocas palabras: mientras papagayos locales repiten hasta el hartazgo que la despenalización del aborto traería aparejado una disminución en el número de muertes “maternas”, al llevarse a cabo los abortos con “médicos” diplomados y en lugares sanitarios “seguros”, la mayor red abortista del mundo reconoce que en la práctica la despenalización del aborto ha provocado más muertes maternas, por lo menos en un país que cuenta con “condiciones sanitarias acordes” para aplicar la pena de muerte sobre inocentes e indefensos, como son los nascituros en el vientre materno. A confesión de parte, relevo de pruebas.
Insistir con la despenalización del aborto no sólo es seguir haciendo apología del delito, también es un acto de estupidez crónica, si las mismas organizaciones proabortistas reconocen que mata más mujeres que se niegan a ser madres. En otras palabras: aplicar la pena de muerte sobre inocentes e indefensos también termina matando a sus madres. Por eso, hacer apología de la despenalización del aborto es absolutamente irracional desde el punto de vista científico y político. Pero además, según palabras de la abogada Carmen Argibay, ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, «quienes piden la aplicación de la pena de muerte se convierten en asesinos»[6]. Si pedir la pena de muerte para el asesino es convertirse en asesino, ¿quienes piden la despenalización del aborto no se convierten en más asesinos todavía, según Argibay dixit?
Datos de salud de las Naciones Unidas muestran que leyes liberales del Aborto conducen a una mayor mortalidad materna
Por Aracely Ornelas (original en inglés en (en http://www.c-fam.org/
(NUEVA YORK – C-FAM) El, proveedor de aborto más grande del mundo, la Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF), ha reconocido recientemente el alarmante "aumento" de muertes maternas en Sudáfrica, desafiando el argumento pro-aborto que la liberalización de las leyes en materia de aborto disminuye la mortalidad materna. La mortalidad materna aumentó el 20% en el período 2005-2007 en Sudáfrica, un país que desde 1996 ha tenido una de las leyes más permisivas sobre aborto en el continente africano.
Mientras que la mayor parte de las muertes maternas en Sudáfrica son atribuibles al VIH/SIDA, la Federación reconoce que una parte de las muertes "se deben a complicaciones del aborto" en un país donde el procedimiento es legal y ampliamente disponible para la población.
Los países en desarrollo han sido presionados en los últimos años por diversos organismos de las Naciones Unidas y por organizaciones de la sociedad civil a favor del aborto, incluida la IPPF, para despenalizar el aborto como medida para reducir las tasas de mortalidad materna. Sin embargo, el último descubrimiento de la IPPF es el hecho más reciente de un número creciente de pruebas que muestran la coincidencia entre el aborto legal y la elevada mortalidad materna.
Para mostrarlo con un ejemplo, la nación africana con la menor tasa de mortalidad materna es la República de Mauricio, de acuerdo con un informe del 2009 de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La legislación en Mauricio se encuentra entre las legislaciones del continente que más protege a los no-nacidos. En el informe también se muestra cómo los países que han despenalizado el aborto en los últimos años en respuesta a la presión, tales como Etiopía, no han logrado reducir las dramáticas tasas de mortalidad materna. La tasa de mortalidad materna de Etiopía es 48 veces superior a la de Mauricio.
Según la OMS, el país con menor tasa de mortalidad materna en América del Sur es Chile, que en su Constitución protege la vida de los no-nacidos. El país con la tasa más elevada es Guyana, con una tasa de mortalidad materna 30 veces superior a la de Chile. Guyana ha permitido el aborto casi sin restricción alguna desde 1995. Irónicamente, una de las dos principales justificaciones utilizadas en la liberalización de la legislación de Guyana es acelerar el "logro de la maternidad sin riesgo" por la eliminación de las muertes y las complicaciones asociadas con el aborto inseguro.
Nicaragua ha estado en el punto de mira de los lobbies internacionales pro-aborto desde que modificó su ley hace tres años para asegurar la plena protección de la vida prenatal. Suecia, por ejemplo, informó de una reducción de más de $ 20 millones en ayuda extranjera. Más recientemente, Amnistía Internacional publicó un informe alegando el aumento de las tasas de mortalidad materna en Nicaragua después de entrar en vigor la ley. Pero medios de comunicación críticos han impugnado la veracidad de las reclamaciones de Amnistía, y las estadísticas del gobierno de Nicaragua muestran una disminución de la mortalidad materna desde 2006.
Del mismo modo, estadísticas de la OMS para la región de Asia sud-oriental muestran que Nepal, donde no hay ninguna restricción sobre el procedimiento, es la región que tiene la tasa de mortalidad materna más elevada. La más baja de la región es la de Sri Lanka, con una tasa catorce veces menor que la de Nepal. Según la firma de abogados pro-aborto Centro de Derechos Reproductivos, Sri Lanka tiene una de las más restrictiva leyes sobre el aborto en el mundo.
El país con menor tasa de mortalidad materna en todo el mundo es Irlanda, un país que prohíbe el aborto y cuya Constitución protege explícitamente los derechos de los no nacidos.
Traducción del original en inglés por:
José Arturo Quarracino
[1] Rockefeller Commission Report, Population and the American Future, Chapter 11: «[…] when abortion is prohibited, women resort to illegal abortions to prevent unwanted births. Medically safe abortions have always been available to the wealthy, to those who could afford the high costs of physicians and trips abroad; but the poor woman has been forced to risk her life and health with folk remedies and disreputable practitioners».
[2] Si se universalizara este criterio, habría que despenalizar el asalto brutal contra ancianos, las estafas, los asaltos a bancos, los asesinatos de policías, los actos pedófilos, matar con un auto en la vía pública, etc.
[3] Una fundación multinacional, fundada en 1952, con su sede matriz en Londres, subsidiada en un 76% con fondos estatales –entre ellos del Foreign Office británico- y gran parte del resto con fondos de otros organismos multinacionales partidarios del control de la natalidad como Ford Foundation, William & Flora Hewlett Foundation, etc.
[4] Sudáfrica: Aumento enorme en muertes maternas, publicado originalmente en inglés en la página web de esta organización el 27 de julio de este año (en http://www.ippf.org/en/News/
[5] Saving Mothers 2005-2007: Fourth Report on Confidential Enquiries into Maternal Deaths in South Africa, publicado por el National Committee on Confidential Enquiries into Maternal Deaths, pp. 6, 12, 14, 16 y 25.
[6] Perfil.com, 16 de febrero de 2009, en http://www.perfil.com/