Carta de la ciudadana
Carta de la ciudadana Virginia E. Pugliese Sra. Presidenta: Cansada de escucharla repetir frases partidistas perimidas, impostando un tono de voz pseudo emocionado y recitando cada oración creyendo que nos muestra una verdad revelada, me siento a escribir estas líneas porque así como usted encuentra su desahogo en la verborrea desde preparados escenarios, yo lo intentaré desde la escritura, ya que no tengo los medios económicos para reunir un auditorio de tamaña magnitud. Quiero desahogar en primer lugar la desazón que me produce cuando usted hace uso y abuso de su condición de mujer, con lo que se auto discrimina y se victimiza. Señora: estamos en el año 2008, hace casi una década que hemos comenzado el nuevo milenio, ya ninguna mujer occidental, profesional y dirigente se siente discriminada por ser mujer. No nos pasa por la cabeza ni sentimos en la piel esa sensación. Las mujeres gobernamos todo tipo de países, desde súper potencias hasta emergentes, dirigimos mega empresas, somos científicas, ejecutivas, eminencias en cada disciplina. Es una postura obsoleta titularse discriminada por ser mujer, hasta me atrevo a decir que es infantil y caprichosa pues la mujer occidental ya no se ampara en este prejuicio. Como mujer me da rechazo que usted utilice este argumento para conmover sensibilidades que no lograría de otra forma. También quiero desahogar el pensamiento que tuve cuando la escuché decir que usted es la primera mujer Presidenta elegida por el pueblo en la Argentina. Todos recordamos que Isabelita también lo fue, Vice por supuesto, pero luego llegó (muy parecido a como llegó usted). También tuvimos a Evita, quien no llegó pero que por momentos usted recrea en el timbre de voz y en la cadencia de su discurso. No nos engaña...es un viejo símbolo del peronismo ortodoxo "la mujer peronista" al lado de su pueblo y de su hombre que le posibilita la vanidad del poder. Desahogo también el fastidio de escucharla decir "esta Argentina es otra, esta es la plaza de la transformación". Esta es la misma vieja Argentina de las arengas, de las divisiones entre clases. La escucho hablar del "color de piel", "de los oligarcas", de "los dueños del país", al igual que el peronismo del 45 hablaba de "los descamisados", "de los oligarcas" y de "los dueños del país". Nos advierte a los que la miramos por TV que hemos padecido un lock out patronal como el del 76. ¡ Por favor ! Se me cruza por la mente la cara y las pocas pulgas del paisano Alfredo De Angeli, parado en una ruta entrerriana durante 20 días. El representa a todo el otro pueblo que usted niega. Ya no hay lugar para golpistas Presidenta, por suerte aprendimos esa lección, pero lamentablemente aún hay lugar para aparatos peronistas, gremialistas con panzas y bolsillos gordos, fuerzas parapoliciales como sus seguidores a sueldo. No existen los intentos de golpe de Estado que usted nos cuenta envuelta en alta costura, adornada con su Rolex de oro y brillantes. Evita era amada a pesar de sus visones. He dudado en escribir este último párrafo porque no quiero discriminarla a usted por millonaria...pero nobleza obliga... Usted discrimina a todo un sector de gente de campo laburadora tildándolos de "ricos golpistas que viven en la abundancia." Yo no puedo menos que bajar a su nivel y tildarla a usted de tilinga y vanidosa ...entre otras cosas. También desde el mismo escenario de la histórica Plaza, hoy tan peronista como entonces, porque nada ha cambiado, nos indica que debemos terminar con 200 años de desencuentro y fracaso. Presidenta: usted no nada de historia, pues hace 100 años la Argentina era pujante, emprendedora, trabajadora. Inmigrantes escapados de la pobreza de sus países poblaron esta tierra donde pudieron progresar, produjeron, trabajaron, abrieron caminos, ferrocarriles, fabricas, en fin... fuimos una Nación ¡ y sin su partido !!.. Después vinieron los últimos 100 años de historia donde se mezclaron gobiernos militares y casi 50 años de peronismo. Sumemos: Perón, Perón, Cámpora, Perón, Isabelita, Luder, Menem, Menem, Duhalde, Kichner, Kichner..., de manera que todos estos años de desencuentros y fracasos ¿a quien se los debemos? Pues a nuestros emergentes: los dirigentes....USTED en este caso. Y esta situación de retroceso, de estancamiento y enfrentamiento con el campo argentino es el claro ejemplo de los fracasos del pasado: Campo vs Pueblo. Campo y pueblo son lo mismo, o campo también es pueblo, mal que le pese a su partido y a usted que ha recogido su bandera más ortodoxa y destructiva. Este antagonismo que usted declama desde el escenario, esta diferencia que deliberadamente pretende instalar en el colectivo de los ciudadanos referida a "colores de piel", "rubios contra negros", es una perimida utilización de la más vieja y burda política: instalar el resentimiento, declararse del lado de los pobres y arriarlos como rebaño detrás de la zanahoria. Pero los tiempos y la gente común la superan altamente Presidenta; ya nadie suscribe esas antinomias, ya nadie se obnubila con esos antiguos enunciados, la verdad pasa por otro lado , por el lado de los que trabajan y los que no, de los que quieren justicia y los que no, los que roban y los que no. Ya todos sabemos muy bien que los gremialistas son los dueños del país, que los políticos y funcionarios son, al finalizar sus mandatos, los nuevos ricos de turno Todos sabemos muy bien que el campo y la industria no son antagónicos sino complementarios y motores indispensables para el desarrollo. Y todos sabemos muy bien que, como simple pueblo sin banderías, contamos con una sola herramienta para corregir fracasos y desencuentros: el voto... Ya le tocará su turno Señora porque como decía Perón: el pueblo hará sonar el escarmiento. No nos subestime señora, nosotros -los argentinos comunes- sabemos muy bien que aquí no hay intención de golpe, que este reclamo del campo es económico y nada tiene que ver con "voltear un gobierno", no necesitamos mezclar esto con el tema de los "derechos humanos". El aparato que usted mueve es el pasado y la mentira, el reclamo del campo es pedir políticas de Estado con proyección de desarrollo federal y esto es genuino. Si no hay alimento en las mesas de los argentinos es su culpa y responsabilidad y de nadie más. De un lado hay un sector que le esta reclamando que no confisque sus ingresos, y del otro, un gobierno que por soberbia, incapacidad y debilidad en vez de comprender y corregir errores sumerge a todo el país en un nuevo desencuentro. Basta, ya me siento más desahogada y sobre el final, me doy cuenta que usted no me falló. Usted es como yo esperaba: una persona incapaz frente a tanta responsabilidad, una persona aferrada a la vieja política que se empeña en destruir nuestro futuro, una persona ambiciosa de poder y nada más. Aquí termino, no quiero cansar con este texto como usted me cansa con su discurso. Se ha corrido un telón en Argentina, ahora todos los actores están en el escenario y precisamente usted no está desempeñando el mejor papel. Virginia E. Pugliese