Todo es normal hasta que se corre un poco la alfombra
Que una desaparición todavía pueda ser provocada por las fuerzas de seguridad y que además puedan, frente a una investigación, cerrarse en un secreto de omertá dispara una pregunta. ¿No aprendieron todavía los militares de la democracia el costo de apañar desapariciones? ¿Debo volver a pensar –como lo pensamos durante décadas- que si declararon 40 gendarmes los 40 son cómplices por acción u omisión? ¿A Maldonado lo hizo desaparecer un grupo de gendarmes o fue la Gendarmería?
¿Los gendarmes allanaron la zona “en venganza” por agresiones que compañeros suyos habían sufrido días atrás?
Entiendo la defensa política del Gobierno sobre la fuerza, pero es incomprensible que demorara tanto una acción propositiva sobre la causa.
También en estos días nos preocupó un atentado mapuche que incendió un galpón. Pero no por el atentado en sí –cuando sucedió ni siquiera salió en los diarios- sino por una mancha de sangre y un ADN que no fue positivo. Hubo más de 300 de esos atentados realizados por el RAM.
También vinimos a enterarnos que el Estado argentino tiene límites imprevistos: las fuerzas de seguridad no pueden pisar “territorio sagrado”. A pesar del artículo 2 de la Constitución –sostiene que la República sostendrá el culto, pero no lo vuelve inviolable-, Argentina se debe ahora -al menos en una región- al taiñ feyentun respetando lo que corresponda al mapu o al ankawenu y seprohíbeviolar el wenu mapu.
La misma lógica permitió que dos testigos que se autodenominaran “protegidos” terminaran declarando encapuchados y sin documentos ante la Procuvin (un invento judicial de Gils Carbó). Por supuesto la declaración no fue tomada en cuenta, pero aquel hecho marca el inicio del tironeo político alrededor de Maldonado, fogoneado por la prensa K que comenzó a hacer circular rumores sobre testigos clave que no habían sido tomados en cuenta. Uno de ellos, se supo luego, era la mujer de Maldonado y el otro –que volvió a declarar en estos días pero se acordó de llevar el documento- es uno de lo voceros del RAM. Su primera declaración “informal” para llamarla de algún modo no cerraba: la Justicia hizo pruebas geolocalizándolo y desde donde decía que había estado nunca pudo haber visto que se llevaban a Maldonado. Ahora en su segunda declaración su recuerdo mejoró. Estaba sobre un caballo y con binoculares. Pero al día siguiente dijo que ese elemento vital para observar mejor se le había perdido.
También descubrimos en estos días la utilización miserable del caso Maldonado. Cristina en misa; operaciones de inteligencia con logo de la Policía; campaña de difusión en el exterior; marcha con incidentes, casi todos los detenidos liberados y los grupos encapuchados de Anarquistas y Resistencia Popular, entre otros, que participaron de los disturbios, bien gracias. ¿Sería un delirio pensar que estos grupos al calor del setentismo kirchnerista pueden llegar a ser adultos?
Esto que descubrimos ahora ya estaba entre nosotros. Deberíamos aprender a ver mejor.