El Imperio habsburgo contra todo el planeta: las épicas guerras de Carlos V, en un juego de mesa
«Here I Stand» basa su mapa y personajes en
los conflictos militares, políticos y religiosos en la Europa del siglo
XVI al desencadenarse la Reforma Protestante, desde 1517 a 1555
Decía León Tolstoi en un fragmento de «Guerra y Paz»
que «las grandes personalidades son las etiquetas que dan la
denominación al acontecimiento histórico», pero son meras etiquetas. Los
líderes y los estadistas de nuestra historia maniobran en aguas
acotadas, aunque en verdad sean ellos los que parezcan decidirlo todo.
El juego de mesa «Here I Stand» (Aquí estoy yo) juega
con la idea de las etiquetas históricas para poner a los jugadores en la
piel de los líderes políticos de las principales potencias del siglo
XVI, esto es, el Imperio Otomano, los Habsburgo, Inglaterra, Francia, el Papado y el Protestante. ABC Historia recomienda esta semana el juego por su alto detallado y su fidelidad histórica.
Aquí Estoy Yo es un juego para tres a seis jugadores, basado en los conflictos militares, políticos y religiosos en Europa al desencadenarse la Reforma Protestante, desde 1517 a 1555. Cada jugador controla una o más potencias de las que dominaban en Europa y debe enfrentarse a unas circunstancias muy distintas. Así, para los Habsburgo o los Otomanos el reto es conservar sus anchas tierras, mientras que para el Papado y la Reforma protestante el combate será de carácter religiosos. Los debates teológicos, las seis esposas de Enrique VIII y los primeros pasos en la exploración del Nuevo Mundo tienen también hueco en este juego de mesa.
La situación inicial de una de las dos campañas jugables sitúan a los jugadores en el periodo posterior al nombramiento de Carlos V como Emperador del sacro imperio Romano. Concretamente, la partida se inicia con las 95 tesis de Lutero (evento obligatorio), que extienden el protestantismo por varios electorados del imperio de Carlos V. En paralelo a ello, Francisco I Rey de Francia se encuentra en guerra con el Papa y los Habsburgo. Además, el imperio Otomano está en guerra con Hungría.
En este sentido, lo más interesante a nivel histórico es que se incluyen personajes jugables con bastante fidelidad en sus características. De modo que el Gran Duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo, es el mejor general a disposición de los Habsburgo y Andrea Doria su mejor almirante. Los principales monarcas europeos aparecen representados, en detalle:
-Francisco I de Francia.Un Rey seductor, mujeriego, imponente físicamente (medía casi dos metros), mecenas del arte y valiente guerrero, tanto como para exponerse varias veces a la primera línea del combate, quedó reducido por el augusto Carlos I y la superioridad de los ejércitos hispánicos a un gobernante aplastado en Europa y humillado a nivel personal. Tras la batalla de Pavía en 1525, Francisco I fue llevado preso a Madrid, donde permaneció un año en la Torre de los Lujanes y en el Alcázar, después, hasta que accedió a firmar el ignominioso Tratado de Madrid y jurar su cumplimiento ante los Evangelios. Nada más pisar Francia dio la razón a su fama de ser «un hombre sin honor» y donde dijo digo dijo ahora Diego.-Carlos V de Alemania y I de EspañaTan guerrero como Francisco, pero mucho más meditado en sus decisiones. Su capacidad de aprender idiomas le permitió moverse con solvencia por su gigantesco imperio, empezando por una España que desconfió a su llegada de aquel joven inexpresivo y tímido pero terminó ofreciéndole su última morada en un pueblecito de Extremadura. Si bien salió triunfante de sus enfrentamiento con Francisco I en la mayoría de casos, así como en su lucha contra los protestantes; no se puede decir lo mismo del pulso con el Imperio otomano y los esbirros de éste en el Mediterráneo, los corsarios. Allí tuvo algunos tropiezos de entidad como la Jornada de Argel o la Batalla de Préveza. El hombre invicto no lo era tanto en el Mediterráneo.-Enrique VIII de InglaterraEl Tudor jerció de cerrajero y árbitros en las contiendas entre Francisco I y Carlos V en Europa. El inglés, casado con la tía de Carlos, Catalina de Aragón, fue un valioso aliado del Imperio español hasta que sus líos de faldas echaron al traste la alianza. A esto se sumaba que el monarca inglés y el francés en sus escasos encuentros no terminaron de congeniar a nivel personal. Se cuenta como anécdota que el inglés agarró al francés del cuello y le pidió que lucharan juntos en su primer encuentro. Tras dos intentos de tirar a tierra al corpulento francés, los consejeros de Enrique le disuadieron de que siguiera con el juego. Solo el divorcio y posterior muerte de Catalina agrietaron la alianza e incluso acercaron a Enrique a Francia.-Solimán I del Imperio otomano.Desesperado por sus derrotas, Francia inició tras la batalla de Pavía un acercamiento diplomático hacia el Imperio otomano que tenía al Imperio español como su enemigo principal. Tras destruir al país que más problemas le había causado en la zona balcánica, Hungría, la furia de Solimán estuvo cerca de conquistar Viena, en 1529, tras una fulgurante ofensiva a cargo de 120.000 hombres. Solo tres años después, el sultán volvió a marchar sobre Viena, aunque esta vez el propio Carlos V acudió al frente de un ejército levantado a contrarreloj, en parte con el dinero del rescate de los hijos de Francisco. Solimán se retiró antes de la llegada de las fuerzas imperiales, privando al mundo de lo que hubiera sido el combate del siglo: los dos emperadores del planeta, frente a frente.-León X.Este Papa procedente de la familia Médici mantuvo una dura batalla para evitar la invasión francesa de Italia, de la que a largo plazo salió triunfante gracias a la ayuda de Carlos V. No obstante, este pontífice, hedonista y amante de los placeres de la música, de la literatura, de la pintura, es recordado porque durante su papado se alzó la voz de Lutero. La construcción de la Basílica de San Pedro emprendida por León X derivó en la venta de indulgencias. Esta cuestión fue el principal detonante para que Martín Lutero iniciara en 1517 una reforma eclesiástica que habría de escindir la comunidad cristiana. León X condenó las tesis luteranas en 1520 mediante la bula Exsurge Domine y, al no retractarse, el Papa pronunció la excomunión de Lutero y la de sus partidarios en 1521.-Martín Lutero.Nacido en la ciudad burguesa de Mansfeld (Alemania), Lutero dejó sus estudios universitarios para ingresar en un monasterio agustino de Erfurt cuando, en 1505, un rayo estuvo a punto de alcanzarle de camino a la casa de sus padres. Aterrado, el joven gritó: «¡Ayuda Santa Ana! ¡Me haré monje!». Lutero entró así en el clero empujado «por el terror y la angustia de una muerte repentina, y a través de esta obsesión moral dio lugar a unos escritos donde exhortaba, entre otras cuestiones, a reestructurar la Iglesia y a regresar a las enseñanzas originales de la Biblia. En las 95 tesis, un texto clavado en las puertas de la Iglesia del Palacio de Wittenberg en 1517, el agustino cargó contra la doctrina papal. León X contestó excomulgando al fraile e instando a Carlos a tomar medidas. En Worms, el popular fraile y el imberbe Emperador tuvieron su primera confrontación teológica.* Cabe advertir que «Here I Stand» no es un juego para principiantes en el género, ya que hay que dedicar bastantes horas a estudiar el reglamento, y no se encuentra traducido al castellano. En la versión a la que hemos tenido acceso en ABC Historia, comprada en Atlántica Juegos (Calle de la Luna, 6, 28004 Madrid), contábamos con fotocopias de las cartas y un libro del juego traducidos al castellano. Hay que asegurarse de que la tienda donde se compre incluya estas facilidades.
El juego, no obstante, cuenta con una segunda parte, «Virgin Queen», que se ambienta en la siguiente generación de líderes europeos, tomando en esta ocasión el enfrentamiento entre Felipe II e Isabel Tudor como el epicentro de la acción.
Aquí Estoy Yo es un juego para tres a seis jugadores, basado en los conflictos militares, políticos y religiosos en Europa al desencadenarse la Reforma Protestante, desde 1517 a 1555. Cada jugador controla una o más potencias de las que dominaban en Europa y debe enfrentarse a unas circunstancias muy distintas. Así, para los Habsburgo o los Otomanos el reto es conservar sus anchas tierras, mientras que para el Papado y la Reforma protestante el combate será de carácter religiosos. Los debates teológicos, las seis esposas de Enrique VIII y los primeros pasos en la exploración del Nuevo Mundo tienen también hueco en este juego de mesa.
La situación inicial de una de las dos campañas jugables sitúan a los jugadores en el periodo posterior al nombramiento de Carlos V como Emperador del sacro imperio Romano. Concretamente, la partida se inicia con las 95 tesis de Lutero (evento obligatorio), que extienden el protestantismo por varios electorados del imperio de Carlos V. En paralelo a ello, Francisco I Rey de Francia se encuentra en guerra con el Papa y los Habsburgo. Además, el imperio Otomano está en guerra con Hungría.
En este sentido, lo más interesante a nivel histórico es que se incluyen personajes jugables con bastante fidelidad en sus características. De modo que el Gran Duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo, es el mejor general a disposición de los Habsburgo y Andrea Doria su mejor almirante. Los principales monarcas europeos aparecen representados, en detalle:
-Francisco I de Francia.Un Rey seductor, mujeriego, imponente físicamente (medía casi dos metros), mecenas del arte y valiente guerrero, tanto como para exponerse varias veces a la primera línea del combate, quedó reducido por el augusto Carlos I y la superioridad de los ejércitos hispánicos a un gobernante aplastado en Europa y humillado a nivel personal. Tras la batalla de Pavía en 1525, Francisco I fue llevado preso a Madrid, donde permaneció un año en la Torre de los Lujanes y en el Alcázar, después, hasta que accedió a firmar el ignominioso Tratado de Madrid y jurar su cumplimiento ante los Evangelios. Nada más pisar Francia dio la razón a su fama de ser «un hombre sin honor» y donde dijo digo dijo ahora Diego.-Carlos V de Alemania y I de EspañaTan guerrero como Francisco, pero mucho más meditado en sus decisiones. Su capacidad de aprender idiomas le permitió moverse con solvencia por su gigantesco imperio, empezando por una España que desconfió a su llegada de aquel joven inexpresivo y tímido pero terminó ofreciéndole su última morada en un pueblecito de Extremadura. Si bien salió triunfante de sus enfrentamiento con Francisco I en la mayoría de casos, así como en su lucha contra los protestantes; no se puede decir lo mismo del pulso con el Imperio otomano y los esbirros de éste en el Mediterráneo, los corsarios. Allí tuvo algunos tropiezos de entidad como la Jornada de Argel o la Batalla de Préveza. El hombre invicto no lo era tanto en el Mediterráneo.-Enrique VIII de InglaterraEl Tudor jerció de cerrajero y árbitros en las contiendas entre Francisco I y Carlos V en Europa. El inglés, casado con la tía de Carlos, Catalina de Aragón, fue un valioso aliado del Imperio español hasta que sus líos de faldas echaron al traste la alianza. A esto se sumaba que el monarca inglés y el francés en sus escasos encuentros no terminaron de congeniar a nivel personal. Se cuenta como anécdota que el inglés agarró al francés del cuello y le pidió que lucharan juntos en su primer encuentro. Tras dos intentos de tirar a tierra al corpulento francés, los consejeros de Enrique le disuadieron de que siguiera con el juego. Solo el divorcio y posterior muerte de Catalina agrietaron la alianza e incluso acercaron a Enrique a Francia.-Solimán I del Imperio otomano.Desesperado por sus derrotas, Francia inició tras la batalla de Pavía un acercamiento diplomático hacia el Imperio otomano que tenía al Imperio español como su enemigo principal. Tras destruir al país que más problemas le había causado en la zona balcánica, Hungría, la furia de Solimán estuvo cerca de conquistar Viena, en 1529, tras una fulgurante ofensiva a cargo de 120.000 hombres. Solo tres años después, el sultán volvió a marchar sobre Viena, aunque esta vez el propio Carlos V acudió al frente de un ejército levantado a contrarreloj, en parte con el dinero del rescate de los hijos de Francisco. Solimán se retiró antes de la llegada de las fuerzas imperiales, privando al mundo de lo que hubiera sido el combate del siglo: los dos emperadores del planeta, frente a frente.-León X.Este Papa procedente de la familia Médici mantuvo una dura batalla para evitar la invasión francesa de Italia, de la que a largo plazo salió triunfante gracias a la ayuda de Carlos V. No obstante, este pontífice, hedonista y amante de los placeres de la música, de la literatura, de la pintura, es recordado porque durante su papado se alzó la voz de Lutero. La construcción de la Basílica de San Pedro emprendida por León X derivó en la venta de indulgencias. Esta cuestión fue el principal detonante para que Martín Lutero iniciara en 1517 una reforma eclesiástica que habría de escindir la comunidad cristiana. León X condenó las tesis luteranas en 1520 mediante la bula Exsurge Domine y, al no retractarse, el Papa pronunció la excomunión de Lutero y la de sus partidarios en 1521.-Martín Lutero.Nacido en la ciudad burguesa de Mansfeld (Alemania), Lutero dejó sus estudios universitarios para ingresar en un monasterio agustino de Erfurt cuando, en 1505, un rayo estuvo a punto de alcanzarle de camino a la casa de sus padres. Aterrado, el joven gritó: «¡Ayuda Santa Ana! ¡Me haré monje!». Lutero entró así en el clero empujado «por el terror y la angustia de una muerte repentina, y a través de esta obsesión moral dio lugar a unos escritos donde exhortaba, entre otras cuestiones, a reestructurar la Iglesia y a regresar a las enseñanzas originales de la Biblia. En las 95 tesis, un texto clavado en las puertas de la Iglesia del Palacio de Wittenberg en 1517, el agustino cargó contra la doctrina papal. León X contestó excomulgando al fraile e instando a Carlos a tomar medidas. En Worms, el popular fraile y el imberbe Emperador tuvieron su primera confrontación teológica.* Cabe advertir que «Here I Stand» no es un juego para principiantes en el género, ya que hay que dedicar bastantes horas a estudiar el reglamento, y no se encuentra traducido al castellano. En la versión a la que hemos tenido acceso en ABC Historia, comprada en Atlántica Juegos (Calle de la Luna, 6, 28004 Madrid), contábamos con fotocopias de las cartas y un libro del juego traducidos al castellano. Hay que asegurarse de que la tienda donde se compre incluya estas facilidades.
El juego, no obstante, cuenta con una segunda parte, «Virgin Queen», que se ambienta en la siguiente generación de líderes europeos, tomando en esta ocasión el enfrentamiento entre Felipe II e Isabel Tudor como el epicentro de la acción.