El visto bueno en lápiz azul de Stalin que sentenció a 22.000 polacos en Katyn
Rusia difunde por primera vez  documentos secretos sobre la matanza en Polonia en la Segunda Guerra.  Polonia hace tiempo que exigía el acceso de sus especialistas a los  archivos rusos  Mundial
 Las tropas nazis descubrieron las fosas en su  avance hacia el Este /ARCHIVO
  Actualizado      Miércoles    , 28-04-10 a las 19   :   46
 En el marco de la normalización de relaciones entre Rusia  y Polonia, iniciada tras el trágico  accidente sufrido el pasado día 10 por el presidente polaco, Lech  Kaczynski, y casi un centenar de personas que le acompañaban, el jefe  del Kremlin, Dmitri Medvédev, ha dispuesto que los documentos sobre la matanza  de Katyn sean desclasificados.
 Así lo anunció hoy ante las cámaras del primer canal de  televisión ruso el director de la Agencia de Archivos Federal rusa  (Rosarjiv), Andréi Artízov. Según sus palabras, Medvédev “ha ordenado  que colguemos en nuestra página web  copias digitales de los  documentos procedentes de la carpeta especial número 1”, a la que sólo  tenía acceso el jefe del Estado.
 Las copias publicadas contienen siete legajos. El primero  es una solicitud del comisario encargado de Interior, el sanguinario  Lavrenti Beria, en el que pide a Stalin su consentimiento para que sean  fusilados los prisioneros polacos, a los que acusa de  “contrarrevolucionarios” y de hacer propaganda antisoviética. La nota,  fechada el 5 de marzo de 1940, aparece con el visto bueno del dictador  soviético en color azul.
 Tras la invasión de Polonia por el Ejército Rojo en 1939,  fueron hechos prisioneros más de 100.000 oficiales polacos. Unos 22.000  fueron exterminados en Katyn, bosque situado a una veintena de  kilómetros de la ciudad rusa de Smolensk, por verdugos del NKVD, la  policía estalinista.
 El terrible crimen fue ocultado por las  autoridades soviéticas hasta 1989, cuando Mijaíl Gorbachov,  reconoció por primera vez la responsabilidad de la URSS en la masacre.  Entre abril y mayo de 1940, todos los prisioneros de los campos de  concentración soviéticos de Kozielsk, Starobielsk y Ostáshkovo, en donde  había militares, médicos, profesores y sacerdotes polacos, fueron  conducidos a Katyn para ser ejecutados de un tiro en la nuca. Polonia  fue invadida en 1939 casi simultáneamente por el oeste y el este por  tropas nazis y soviéticas. 
 Dos años después, los alemanes atacaron la URSS y, en  1943, hallaron las fosas de Katyn. Stalin aprovechó para  responsabilizar a los nazis de la carnicería. En 2004, la  Fiscalía Militar de Rusia negó que lo sucedido en Katyn fuera un acto de  genocidio y cerró el caso por “ausencia de delito”. Varsovia recibió  sólo una tercera parte de los documentos relacionados con el  fusilamiento por contener, según Moscú, “secretos de Estado”.
 Kaczynski y su séquito se dirigían a Katyn el pasado día  10 para rendir homenaje a los militares polacos fusilados, pero un  terrible accidente aéreo en las inmediaciones de Smolensk frustró la  ceremonia. Días antes, habían acudido al lugar los primeros ministros  ruso y polaco, Vladímir Putin y Donald Tusk. 
  
 
 
