¿Usted vio el programa de Jorge Lanata del último domingo?
mayo 15, 2012
By Ricardo Jorge Pareja
No importa. De todas maneras le voy a decir qué es lo que yo vi, y por sobre todo, sentí.
Vi a un grupo de periodistas notables, haciendo causa común con el mencionado, circunstancia que “lo califica” hasta por más. Periodistas de primerísimo nivel, que fueron hasta uno de los estudios de Canal 13, para solidarizarse de alguna manera, con quien presenta más descarnadamente el hoy de esta Argentina decadente, apenas sostenida por los alfileres de la corrupción criminal. Es evidentemente el señor Jorge Lanata, una suerte de “abanderado” de todos aquellos que enaltecen tan sagrada profesión. Y no lo digo yo, sus pares se han encargado de decírnoslo.
Algunos se limitaron a “recitar al aire” la pregunta que le querrían formular a la Señora Presidente de la Nación. Otros simplemente hicieron acto de presencia. Le puedo asegurar que no es nada fácil llevar a la práctica semejante convocatoria. Imagine si los políticos de la denominada “oposición de mierda”, hicieran lo mismo. ¡Exactamente!; otro sería el cantar, como vulgarmente se dice. Amo algunas vulgaridades. Detesto otras.
Lo que le voy a contar a continuación, le va a saber a “verso”. A mí me sabría a verso si Ud. me lo contara a mí. De todos modos, voy a correr el riesgo de convertirme en un “mentiroso”, no sin dejar de aclararle que se trató de un simple ejercicio con final preanunciado.
Luego de ver y escuchar la recreación que el periodista hiciera respecto de la marcha de las investigaciones, y el estado en el que se encuentran los trenes y vías del Ferrocarril Sarmiento… ¡sí, el de la masacre!, me abrigué bien y salí a la calle. Durante ese trámite, y mientras bajaba los once pisos por ascensor, soñaba con que, al ganar la calle, me iba a encontrar con cientos de miles de ciudadanos argentinos, también ávidos de ponerle fin a esta “historia de mierda” -si prefiere llámele gestión-, marchando hacia la todavía Histórica Plaza de Mayo. ¡Por supuesto que en la calle no había nadie! ¡Por supuesto que, pasados unos minutos, volví a entrar, y sólo atiné a sentarme frente a mi notebook para escribir en el Word el editorial que en este momento le estoy ofreciendo!
Le digo a qué conclusión llegué. Si tomo en cuenta la superficie territorial de esta Argentina desfalleciente, concluyo, sin lugar a dudas, en que 40 y tantos millones de habitantes somos pocos. Si tomo conciencia de esta suerte de “desprecio por la vida” que evidente nos anima, concluyo en que somos una “manga de idiotas” para la que 40 y tantos millones de almas se convierten en un número que, obscena y groseramente, supera el permiso “de error” que se debe haber tomado Dios, al momento de la creación.
Ricardo Jorge Pareja