viernes, julio 28, 2006

Como aquel program de la TV ... ¡¡¡Grande Pa!!!

LA TRAMPA

Los casos del Obispo Baseotto, de los Sacerdotes Von Wernich y Grassi es una clara demostración de la persecución de católicos en la Argentina.

No solo está en peligro la libertad de expresión, los medios o periodistas.

La degradación de los casos mencionados no es idea de cuatro improvisados, es la fase inicial de una operación de la inteligencia montonera para probar, debilitar y socavar, también nuestra libertad religiosa.

Tanto el Obispo Baseotto, como los Sacerdotes mencionados están siendo perseguidos por vivir y predicar el Evangelio. Uno encarcelado, como el Padre Von Wernich, por cumplir con su deber de Pastor; el Padre Grassi procesado con una causa inventada y el Obispo Baseotto encerrado en una sacristía, condenado e impedido de ejercer su labor pastoral.

¿No se ha preguntado qué está ocultando el gobierno?

El poeta Arturo Caflish escribía: “aunque ocultes lo podrido, un día u otro se sentirá el hedor”. Lo lamentable de los católicos es que sufrimos el hedor, pero no reaccionamos.

El Santo Padre Benedicto XVI , en aquel entonces Cardenal Ratzinger en “Informe sobre la Fe” se refería duramente a algunas Conferencias Episcopales :“Conozco Obispos que confiesan en privado que si hubieran tenido que decidir ellos solos, lo hubieran hecho en forma distinta de cómo lo hicieron en la Conferencia. Al aceptar la ley del grupo se evitaron el malestar de pasar por “aguafiestas”, “por atrasados” o “por poco abiertos”.

Resulta muy bonito decidir siempre conjuntamente. Sin embargo, de este modo se corre el riesgo de que se pierda el “escándalo” y la “locura” del Evangelio, aquella “sal” y “aquella levadura” que, hoy mas que nunca, son indispensables para un cristiano ante la gravedad de la crisis, y más aún para un obispo, investido de responsabilidades muy concretas respecto de los fieles”.:

¿Cuántas marchas de católicos hubo en defensa de estos hermanos nuestros, Obispo y curas, perseguidos, discriminados, relegados, llevados injustamente a la justicia o encarcelados?

Otro simple ejemplo de la persecución de los católicos. Todo católico militar que asista a cualquier celebración de su Obispo Castrense, Monseñor Baseotto, designado por el Vice Cristo en la tierra, el Santo Padre, es sancionado o pierde su trabajo.

Mientras haya un solo Obispo, sacerdote o laico (sin distinción de profesiones) perseguidos, maltratados, difamados o degradados por vivir y predicar el Evangelio, los católicos no podemos quedarnos de brazos cruzados o en silente cobardía.

Vicente Pando