martes, enero 07, 2014

Bonhams subastará en Londres una escultura de un elefante de Dalí

 

Bonhams subastará en Londres una escultura de un elefante de Dalí

Día 07/01/2014 - 13.06h

Valorada en 360.000 euros, es la cuarta de una serie de ocho piezas que el artista empezó a concebir a mediados de los 70 y que fue forjada en 1984

Una escultura surrealista de tres metros de alto que Salvador Dalí diseñó en 1975, que representa un elefante estilizado, saldrá a subasta el próximo 4 de febrero en la casa Bonhams de Londres.
La pieza, llamada «Elephant du Triomphe», está valorada entre 250.000 y 300.000 libras (300.000 y 360.000 euros) y se compone de un elefante de color verde esmeralda, sobre el que un ángel dorado toca la trompeta.
Los elefantes fueron utilizados por Dalí (1903-1989) como símbolo del futuro y este animal, que el artista catalán representa en la pieza subastada con largas y finas piernas, se repite en muchas de sus obras artísticas y se conoce como «elefante daliniano». El máximo representante español del surrealismo definió en un libro al elefante como «distorsión del espacio con sus agudas patas contrastando la idea de ingravidez».
Por su parte, el ángel de la guarda recubierto de oro ubicado en la parte superior de la escultura anuncia el amanecer de una nueva era y la trompeta que toca representa el anuncio de buenas noticias, según Bonhams.
En la década de los años 70, Dalí se convirtió en un apasionado por la ciencia y la religión, lo que le llevó a introducir elementos científicos y futuristas en sus obras de esa época.
«Elephant du Triomphe», que lleva grabada la inscripción «4/8», es la cuarta de una serie de ocho esculturas que el artista catalán empezó a concebir a mediados de los 70 y que fue forjada en 1984.
La obra de Dalí será una de las piezas que la casa de subastas Bonhams venderá en Londres junto con otras 35 que forman parte de una colección de arte moderno e impresionista.

El día del gran golpe de Luis de Córdova a la Armada inglesa

El día del gran golpe de Luis de Córdova a la Armada inglesa

Día 06/01/2014 - 16.27h

El 9 de agosto de 1780, con 27 navíos a su mando, apresó un convoy doble de 57 fragatas cargadas para el ejército inglés en Norteamérica y la India

La madrugada del 9 de agosto de 1780, Luis de Córdova, director general de la Armada española, estaba a punto de hacer historia con 27 navíos y algunas fragatas, en un golpe logístico que ha quedado como el mayor sufrido en toda la historia por la Royal Navy: capturó uno de los más grandes y ricos convoyes que partió jamás de Portsmouth con astucia y audacia sumadas a las dotes de gran navegante.
A su dominio de la navegación añadió una añagaza: dejó un farol en lo alto del trinquete, el palo de proa, del “Santísima Trinidad”, que confundió a los del convoy hasta el punto de dirigirlos directamente a la trampa tendida. [Lee la historia completa en el blog Espejo de Navegantes]

jueves, enero 02, 2014

[Red de Catequistas] «No pasemos de largo ante el Niño de Belén»: primer mensaje «Urbi et Orbi» navideño de Francisco

clip_image002 Una oración que repasa los países que más sufren
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El Papa Francisco bendijo a las naciones del mundo y a la ciudad de Roma en el día de Navidad
Actualizado 25 diciembre 2013
Puntualmente al mediodía del miércoles 25 de diciembre, Día de Navidad,  el obispo de Roma se asomó al balcón central de la Basílica de San Pedro (conocido como balcón de las bendiciones) para saludar e impartir su bendición a todo el mundo.
Hoy ha nacido el Salvador, Cristo el Señor”, proclamó Francisco.
"No pasemos de largo ante el Niño de Belén. Dejemos que nuestro corazón se conmueva, se enardezca con la ternura de Dios; necesitamos sus caricias. El amor de Dios es grande; a Él la gloria por los siglos".
Recordándonos los actuales conflictos en diversas partes del planeta, el Papa insistió en que Dios es nuestra paz: "pidámosle que nos ayude a construirla cada día, en nuestra vida, en nuestras familias, en nuestras ciudades y naciones, en el mundo entero. Dejémonos conmover por la bondad de Dios".
Deseando a todos una feliz Navidad, el Santo Padre pidió que Jesús, que vino a este mundo por nosotros, consuele a los que pasan por la prueba de la enfermedad y el sufrimiento y sostenga a los que se dedican al servicio de los hermanos más necesitados.
Texto completo del Mensaje Urbi et Orbi
«Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres que Dios ama » (Lc 2,14).
Queridos hermanos y hermanas de Roma y del mundo entero, ¡feliz Navidad!
Hago mías las palabras del cántico de los ángeles, que se aparecieron a los pastores de Belén la noche de la Navidad. Un cántico que une cielo y tierra, elevando al cielo la alabanza y la gloria y saludando a la tierra de los hombres con el deseo de la paz.
Les invito a todos a hacer suyo este cántico, que es el de cada hombre y mujer que vigila en la noche, que espera un mundo mejor, que se preocupa de los otros, intentado hacer humildemente su proprio deber.
Gloria a Dios: A esto nos invita la Navidad en primer lugar: a dar gloria a Dios, porque es bueno, fiel, misericordioso. En este día mi deseo es que todos puedan conocer el verdadero rostro de Dios, el Padre que nos ha dado a Jesús. Me gustaría que todos pudieran sentir a Dios cerca, sentirse en su presencia, que lo amen, que lo adoren.
Y que todos nosotros demos gloria a Dios, sobre todo, con la vida, con una vida entregada por amor a Él y a los hermanos.
Paz a los hombres: La verdadera paz no es un equilibrio de fuerzas opuestas. No es pura “fachada”, que esconde luchas y divisiones. La paz es un compromiso cotidiano, que se logra contando con el don de Dios, con la gracia que nos ha dado en Jesucristo.
Viendo al Niño en el Belén, pensemos en los niños que son las víctimas más vulnerables de las guerras, pero pensemos también en los ancianos, en las mujeres maltratadas, en los enfermos… ¡Las guerras destrozan tantas vidas y causan tanto sufrimiento!
Demasiadas vidas ha destrozado en los últimos tiempos el conflicto de Siria, generando odios y venganzas. Sigamos rezando al Señor para que el amado pueblo sirio se vea libre de más sufrimientos y las partes en conflicto pongan fin a la violencia y garanticen el acceso a la ayuda humanitaria. Hemos podido comprobar la fuerza de la oración.
Y me alegra que hoy se unan a nuestra oración por la paz en Siria creyentes de diversas confesiones religiosas. No perdamos nunca la fuerza de la oración. La fuerza para decir a Dios: Señor, concede tu paz a Siria y al mundo entero.
Concede la paz a la República Centroafricana, a menudo olvidada por los hombres. Pero tú, Señor, no te olvidas de nadie. Y quieres que reine la paz también en aquella tierra, atormentada por una espiral de violencia y de miseria, donde muchas personas carecen de techo, agua y alimento, sin lo mínimo indispensable para vivir.
Que se afiance la concordia en Sudán del Sur, donde las tensiones actuales ya han provocado víctimas y amenazan la pacífica convivencia de este joven Estado.
Tú, Príncipe de la paz, convierte el corazón de los violentos, allá donde se encuentren, para que depongan las armas y emprendan el camino del diálogo.
Vela por Nigeria, lacerada por continuas violencias que no respetan ni a los inocentes e indefensos.
Bendice la tierra que elegiste para venir al mundo y haz que lleguen a feliz término las negociaciones de paz entre israelitas y palestinos. Sana las llagas de la querida tierra de Iraq, azotada todavía por frecuentes atentados.
Tú, Señor de la vida, protege a cuantos sufren persecución a causa de tu nombre.
Alienta y conforta a los desplazados y refugiados, especialmente en el Cuerno de África y en el este de la República Democrática del Congo.
Haz que los emigrantes, que buscan una vida digna, encuentren acogida y ayuda. Que no asistamos de nuevo a tragedias como las que hemos visto este año, con los numerosos muertos en Lampedusa.
Niño de Belén, toca el corazón de cuantos están involucrados en la trata de seres humanos, para que se den cuenta de la gravedad de este delito contra la humanidad.
Dirige tu mirada sobre los niños secuestrados, heridos y asesinados en los conflictos armados, y sobre los que se ven obligados a convertirse en soldados, robándoles su infancia.
Señor, del cielo y de la tierra, mira a nuestro planeta, que a menudo la codicia y el egoísmo de los hombres explota indiscriminadamente.
Asiste y protege a cuantos son víctimas de los desastres naturales, sobre todo al querido pueblo filipino, gravemente afectado por el reciente tifón.
Queridos hermanos y hermanas, en este mundo, en esta humanidad hoy ha nacido el Salvador, Cristo el Señor.
No pasemos de largo ante el Niño de Belén. Dejemos que nuestro corazón se conmueva, se enardezca con la ternura de Dios; necesitamos sus caricias.
El amor de Dios es grande; a Él la gloria por los siglos. Dios es nuestra paz: pidámosle que nos ayude a construirla cada día, en nuestra vida, en nuestras familias, en nuestras ciudades y naciones, en el mundo entero. Dejémonos conmover por la bondad de Dios.
Saludo navideño del Papa Francisco
A todos ustedes, queridos hermanos y hermanas, venidos de todas partes del mundo a esta Plaza, y a cuantos desde distintos países se unen a nosotros a través de los medios de comunicación social, les deseo Feliz Navidad.
En este día, iluminado por la esperanza evangélica que proviene de la humilde gruta de Belén, pido para todos ustedes el don navideño de la alegría y de la paz: para los niños y los ancianos, para los jóvenes y las familias, para los pobres y marginados. Que Jesús, que vino a este mundo por nosotros, consuele a los que pasan por la prueba de la enfermedad y el sufrimiento y sostenga a los que se dedican al servicio de los hermanos más necesitados. ¡Feliz Navidad!