lunes, agosto 27, 2012

Aparición de la Virgen en Akita, con mensajes de consuelo y advertencias también

Envío número: 508 - 18 de agosto de 2012   
 
Aparición de la Virgen en Akita - Japón
Signos y milagros que envuelven un mensaje de consuelo y advertencia
 
Akita tiende un puente entre dos apariciones fundamentales del siglo XX. La primera es Fátima, largamente conocida y difundida. En Akita se repite la esencia del mensaje de Fátima sobre la necesidad del mundo de arrepentirse, hacer oración de reparación, y la inminencia de un castigo de Dios a esta humanidad alejada. La segunda referencia es hacia una aparición poco difundida, pero central por su contenido: Nuestra Señora de Todos los Pueblos, en Amsterdam, Holanda, producida desde el año 1945. Allí María introduce su pedido referido a la necesaria aprobación por parte de la  Iglesia, del quinto y último dogma de Fe Mariano: María como Corredentora, Abogada y Mediadora.
 
La Religiosa Sor Agnes Sasagawa recibe en 1973 la visita de nuestra Amadísima Madre Celestial, con mensajes relacionados con la importancia del Jesús Eucarístico, el rol de María como Corredentora, Abogada y Mediadora, y la inminencia de difíciles épocas para la humanidad.
 
Sor Agnes recibe los estigmas de Jesús, mientras una imagen de madera de la Virgen María sangra desde llagas aparecidas en una de sus manos, y también emana sudor con una fragancia celestial, que inunda la Capilla del Convento de la Orden de las Hermanas Custodiadoras de la Eucaristía.
 
La misma imagen llora por 101 veces consecutivas, teniendo esta cifra un significado revelado en una aparición de su Ángel Custodio a la hermana Sasagawa. El obispo del lugar envía a analizar las muestras de sangre, sudor y lágrimas, que se extrajeron de la imagen frente a una gran cantidad de testigos (con evidencias fotográficas y televisivas). Los análisis dictaminaron que se trataba de muestras de origen humano. Finalmente, la Iglesia aprueba la aparición y autoriza la devoción respectiva, bajo la advocación de Nuestra Señora de Akita.
 
San Luís Grignon de Monfort en el siglo XVIII escribió sobre María en estos términos, pero en Amsterdam y Akita María en persona reafirma la importancia de completar los cinco dogmas de Fe Marianos, dándole a la Pastora de los tiempos finales el rol en la tierra que Jesús le asignó, y que estaba ya escrito desde el libro del Génesis, 3:15.