lunes, febrero 05, 2007

LIBERTAS 2da.parte León XIII.

LIBERTAS.

DE S. S. LEÓN XIII.

( Continuación ).

[3].Tratamos aquí directamente de la libertad moral , ya se considere en los individuos o en colectividad. Diremos, sin embargo, antes dos palabras acerca de la libertad natural , que aunque muy distinta de la libertad moral, es no obstante la fuente y principio de donde espontáneamente se deriva todo género de libertad.

A) LA LIBERTAD ES PROPIA DE LOS SERES RACIONALES.

[4] . La opinión universal y el sentido común , que son excelentes intérpretes de la naturaleza, solamente reconocen esta libertad natural en los seres que tienen uso de razón o entendimiento, y en ella se funda el considerar al hombre como autor de los actos que ejecuta. Y no sin razón : pues mientras que los demás animales solamente se guían por los sentidos, y por el solo impulso de la naturaleza buscan lo que les conviene y huyen de lo que les conviene y huyen de los que les es contrario, sólo el hombre, en todos sus actos de su vida, tiene por guía la razón. Mas la razón, de todos los bienes que hay en el mundo, juzga que todos y cada uno pueden igualmente ser o no ser, y por esto , determinando que ninguno de ellos tiene que ser necesariamente querido, deja en libertad a la voluntad para que elija el que más le plazca

Pero el hombre puede juzgar sobre la llamada contingencia.de estos bienes, es porque tiene un alma, simple es su esencia, espiritual y capaz de pensar, la cual precisamente por ser tal, no tiene origen en la materia, ni depende de ella para mantenerse en su ser ; sino que es creada directamente por Dios y, excediendo en mucho la común condición de los cuerpos, tiene su propio modo de vivir y de obrar; de ahí resulta que, comprendiendo en su inteligencia las razones inmutables y necesarias de lo bueno y verdadero, ve esos bienes particulares no son de ninguna manera bienes necesarios. Así , al establecer que el alma humana no radica en ningún complejo material y que está dotada de inteligencia, se asienta al mismo tiempo a la libertad natural sobre su más sólido fundamento.

B ) LA IGLESIA Y LA LIBERTAD.

[5]. Así como nadie ha proclamado más alto la simplicidad , la espiritualidad y la inmortalidad del alma humana que la Iglesia Católica , así también nadie ha defendido con más tesón y constancia que ella la libertad, que en todo tiempo la propugnó y que la Iglesia fue quien tomó la defensa de la libertad , contra los herejes que navegaban y contra los fautores de las nuevas doctrinas , salvando así de la ruina esa excelsa prerrogativa del hombre. A este respecto, los monumentos históricos dan testimonio de la energía con que la Iglesia rechazó los esfuerzos, entre ellos, de los maniqueos ; y en tiempos más recientes , nadie ignora con que celo y con que resolución, tanto en el CONCILIO DE TRENTO como más tarde en contra de los secuaces de JANSENIO, combatió por la libertad humana, impidiendo el FATALISMO llegase en algún tiempo o lugar a sentar el pie.

C) NATURALEZA DE LIBERTAD.

[6]. La libertad , pues , como hemos dicho, es propia de los seres dotados de razón, y no es otra cosa, si consideramos su naturaleza, que la facultad de elegir entre los medios que nos conducen a un fin determinado , en el sentido de que aquél es dueño de sus actos, que puede elegir una cosa entra varias. Ahora bien, puesto que aquello que se elige como medio para conseguir algo, se nos presenta como medio para conseguir algo, se nos presenta como un bien útil, y el bien, por su naturaleza, mueve previamente al apetito, síguese que el LIBRE ALBEDRÍO es propio de la voluntad, o mejor dicho, es la voluntad misma en cuanto que puede elegir al obrar. Pero la voluntad no puede ser movida si no la precede, como una antorcha, el conocimiento de la mente; es decir : el bien abrazado por la voluntad, es necesariamente el bien en cuanto que es conocido por la razón ; tanto más , cuanto que en toda volición, la elección es siempre precedida por el JUICIO sobre la verdad de los bienes y sobre la preferencia que debemos aprobar a uno sobre los otros ; nadie duda , que el juicio es operación del Entendimiento, no de la voluntad. Sí, pues, la libertad reside en la voluntad, que naturalmente es apetito racional, síguese que ella también, lo mismo que la voluntad, debe tener por objeto un bien conforme a la razón,

D) PERFECCIÓN E IMPERFECCIÓN DE LA LIBERTAD.

[7]- Sin embargo, como ambas facultades distan de ser perfectas, puede suceder, , y de hecho sucede muchas veces, que la mente proponga a la voluntad lo que en sí no es realmente un bien, sino que tiene la apariencia de bien, y que la voluntad llegue a abrazarlo. Pero así como errar con el entendimiento es un indicio que arguye en él imperfección, así abrazar con la voluntad un bien falso o fingido, por más que sea una señal del Libre Albedrío, como la enfermedad es de la vida, sin embargo es un defecto de la libertad. Paralelamente, la voluntad, por el mismo de depender de la Razón, cuando desea algo que esté en pugna con la Razón, inficiona radicalmente la libertad y hace de ella un uso debido.

Es por este motivo, que Dios infinitamente perfecto, que por ser la primera SABIDURÍA Y LA BONDAD por esencia es también INFINITAMENTE LIBRE , no puede querer de ninguna manera alguna el MAL MORAL., lo mismo que los bienaventurados, a causa de que conocen el supremo bien. Sabiamente advertía, entre ellos, San Agustín, con los pelagianos, que si fuese conforme a la naturaleza y perfección de la libertad el poder abrazar el mal, entonces DIOS, JESUCRISTO ,los ángeles y los bienaventurados, que no pueden abrazarlo, o no serían libres, o al menos no tan perfectamente como lo es el hombre en estado de prueba y de imperfección.

El Doctor Angélico se ocupa largamente, en diversos pasajes, de esta cuestión. De su doctrina se deduce que la facultad de pecar más que libertad es una esclavitud. Muy aguda es su argumentación sobre estas palabras de Jesucristo : Quien comete el pecado, es hijo del pecado (1):” Cada ser es lo que su naturaleza exige que sea. Por lo tanto, cuando se mueve por un agente exterior, no obra por lo que en sí, sino por la impresión venida de fuera, lo0 cual es cierto género de servidumbre. Ahora bien , el hombre es, por su naturaleza, un ser racional ;por consiguiente, cuando obra conforme a la razón , procede por sí y conforme a su naturaleza :he aquí la libertad ;pero cuando peca, obra contra la razón, procede por sí y conforme a su naturaleza ; he aquí la libertad ; pero cuando peca , obra contra la razón, y como impulsado por un extraño, o prisionero en redes ajenas ; por eso quien comete el pecado, es siervo del pecado. “

Bien claramente había comprendido esto la filosofía de los antiguos, singularmente los que enseñaban que únicamente es libre el hombre sabio ; y cosa averiguada que llaman sabio a aquél que vivía conforme a la naturaleza, es decir honrada y virtuosamente.

E) APOYOS DE LA LIBERTAD.

[8]. Siendo tal la condición de la libertad humana, preciso era que fuese munida con defensas y ayudas convenientes , a fin de que sus movimientos fuesen desviados del mal y orientados hacia el bien ; de lo contrario el Libre Albedrío sería gravemente perjudicial para el hombre.

La Ley

[9]. Y en primer lugar necesitaba una ley, es decir, una norma sobre lo que debe hacerse y lo que se debe evitar, la cual no puede en manera alguna darse a los animales, puesto que éstos obran por necesidad, y no pueden determinarse a la acción sino es por el impulso de la naturaleza. Pero los seres dotados de libertad, tienen la facultad de querer o no querer , de obrar de este modo o del otro, ya que el objeto de la voluntad no es admitido sino después de haber merecido el juicio de la razón de que antes hemos hablado. Este juicio nos advierte no solamente lo que es bueno y lo que es malo, sino también lo que es bueno y debe evitarse. La razón, en efecto, prescribe a la voluntad que debe apetecer y qué debe apartarse, para que el hombre pueda algún día lograr su último fin, a cuya consecución todo debe ordenarse. Pues bien, esta ordenación de la razón- ordinarior rartionis- es lo que denomina ley.

Por consiguiente, la razón y la causa de que el hombre necesite de la ley, se ha de buscar en el mismo hecho de ser libre, a fin de que su voluntad no discrepe con la sana razón. Y no hay nada tan perverso ni más falto de verdad, que al afirmar que el hombre, por el derecho de ser libre, debe estar exento de la ley, porque si así fuese, el ser libre implicaría el no conformarse con la razón, cuando es precisamente lo contrario : que tiene que estar sometido a la ley, por el hecho de ser, por naturaleza, libre. Así , pues es la ley la conductora del hombre en la ejecución de sus actos actos, y ella misma ,la que proponiéndole premios y castigos , lo estimula a obrar bien y apartarse del pecado.

Tal es, la primera de todas , la ley natural, que está escrita y grabada en el alma de cada uno, porque no es otra cosa que la razón que nos ordena obrar el bien y evitar el mal.. Pero esta ordenación de la razón humana no puede tener fuerza de ley sino cuanto que es la voz e intérprete de una razón superior, a la cual nuestro entendimiento y nuestra voluntad debe someterse.. Porque como la fuerza de la ley consiste en imponer deberes y otorgar derechos, toda ella se debe se debe basar en la autoridad, es decir, en una legítima potestad de fijar esos deberes y establecer derechos, además de sancionar lo mandado con penas y recompensas; todo lo cual consta que en el hombre que en el hombre no puede darse, si él tuviera que señalarse a sí mismo la norma de sus acciones como supremo legislador. De aquí resulta que la ley natural no es otra que la ley eterna, impresa en los seres racionales, que los inclina al acto y al fin que les conviene , y ella es la misma razón eterna del Creador y Dios que gobierna el universo.

( Continuaremos con: 3ra.parte. “ La gracia “. El Director )