LA INFLACIÓN
LA INFLACIÓN
El país pasa por una gran cantidad de problemas acuciantes y es por ello, que entendemos como prioritario, dedicarnos al que afecta al 95% de la población: la inflación.
Vamos a efectuar un breve introito, sobre elementos que tienen con ella relación, para tratar de hacer entendible la explicación. Mas allá de sufrirla en carne propia, es imprescindible comenzar con dos temas que la personifican, pero antes, no por sabido expresaremos que la inflación es el permanente aumento de los precios de bienes y servicios.
El dinero, elemento vital en la vida económica moderna, se define como medio de pago y común denominador de los valores. El mas usual es el papel moneda que tiene un valor escrito o nominal. Cuándo con una misma cantidad de dinero, en forma permanente se compran menos bienes y servicios, significa que se está depreciando y es cuando aparece la inflación.
El nivel de precios, es el otro concepto que se debe explicar ya que se denomina así al nivel promedio de precios monetarios. Y no es otra cosa que el precio de bienes y servicios, promediados dentro de la infinita cantidad de elementos que se transan en la economía medidos en dinero para pagarlos. Dicho todo lo anterior, trataremos con ejemplos de entrar dentro del concepto de inflación.
Supongamos que en el mercado sólo existe para comprar un pocillo y el único circulante es un billete de $ 2. No hay ninguna duda que el precio del pocillo será ese billete. De inmediato el Banco Central emite otro billete igual; el precio del pocillo, repetimos único bien transable existente, será de $ 4. Primera conclusión: si se emite y no aumentan los bienes, el precio será mayor para los existentes.
Otro supuesto complementario: si hay en el mercado una cantidad de bienes y la circulación monetaria no aumenta, y los receptores de dinero cada vez que lo perciben compran cosas y los mismo hace el que se las vende, aumenta la velocidad de circulación del dinero, que produce los mismos efectos que emitir moneda y los precios aumentan
Con el sencillo ejemplo dado podemos definir la inflación como el desequilibrio entre la cantidad de dinero y su velocidad de circulación y su relacion con el conjunto de bienes disponibles para adquirirlos. Si aumenta la cantidad de moneda y su velocidad de circulación y la cantidad de bienes permanece estable, aumentan los precios promedio de los bienes y estamos en presencia de la inflación. Esta forma de definirla de raíz monetarista, simplifica entender el fenómeno, no obstante que puedan existir otras causas.
La inflación causa daños a la economía, porque castiga a los ingresos fijos que no crecen al compás de los precios, a los ahorristas, jubilados, acreedores y tantos más. Existe un erróneo concepto, el cuál a cada aumento de precios se deben aumentar los sueldos. Hecho esto, los precios vuelven a aumentar y los sueldos también, formándose una espiral diabólica que termina con la hiperinflación que tantas veces soportamos.
No es la inflación un fenómeno moderno. Cuándo no existía el papel moneda, los reyes emitían monedas en metálico acuñadas, que tenían el valor del metal que las conformaba, mas un plus por el sello del soberano. Las primeras inflaciones comenzaron, cuándo los reyes le quitaban una parte del metal precioso, mezclandolo con otro no tan valioso. Allí nace el emisionismo que hoy padecemos con el papel moneda.
El Banco Central, está con una emisión altísima, mucho mayor que en años anteriores y ocupa todos los fondos a que puede acceder para una cantidad enorme de gastos improductivos. Quienes reciben esos fondos, su inmensa mayoría no produce bienes; el valor del dinero merma y por ello los precios aumentan. Carne, lácteos, remedios, indumentaria, todo día a día se aleja de las posibilidades del común de la gente. El mayor sufrimiento, lo padecen jubilados, cuentapropistas, trabajadores informales. Se calcula que a fin de año, la inflación que ya está instalada, llegará al 30%. A este fenómeno destructor de bienes, se lo debe dominar poniendo en juego todo el bagaje de herramientas que tiene la economía. Simplificando: basta de aspirinas y al quirófano.
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