sábado, diciembre 16, 2006

LA MUERTE DE ROSAS.

( A Lola Pereyra Rosas ).

Por Th. Dr. LEONARDO CASTELLANI.


Don Juan Manuel llevó La Pampa en una Nación

Cuyo nombre no se puede pronunciar

Una cosa así como San Antón o Sud Sansón

Que traduce Boloña sobre el mar.



Plantó una tranquera y dos teros

Un caballo y quizás, un chajá

El madrugar y el tranco lento de los estancieros

En la línea del Salado, allá



Los últimos años del Restaurador

25 años callados y pacientes

son las claves de las naciones independientes

Del siglo pasado, de la Argentina y de su honor.



Con la vista clavada en la empañada ventana

Por encima de Manuelita y el cura irlandés

Veía el gran viejo la vida humana

El mapa de la ignominia y la honradez



El porta Ventura Vega no se acordaba

Del país en que nació por casualidad

Y allí frente suyo sonriente estaba

“ La Muerte de César “,poesía y realidad.



Las colinas de Hamshire tan verdes en primavera

Y la escarcha que cruje fría

El cielo azul pálido como la bandera

El grito de dos teros en la tranquera

Y una lenta y honrosa agonía



Su fama en el Plata en mano de brasileros

Privilegio del rico es poder dejarse robar

Rosas calla y sonríe los días enteros:

“ Por no dar explicaciones Cristo se dejó matar “.



Su obra estaba hecha, su rescate pagado

Terminado su arreo crudo

Había hecho lo que estaba mandado

Notado, sino lo que pudo.



1829, el año sobrehumano

El que sabe mandar que aprende a gobernar

De estanciero ladino a “ Gran Americano “

Al que sabe nadar lo obligan a cruzar el mar.



“ Llevo todas las de perder, pero le heid jugar al Destino

No sé gobernar pero heid gobernar

A causa de la galera sangrienta en el camino

Y ese sapo que no heid tragar “



Dorrego Facundo Pago Largo Las Heras

Los dados en el 29 echados contra el Fatum

La batahola y los entreveros de las montoneras

Ahora versos de un breve poema : “ Cosummatum “.



Medio siglo en destierro el hijo de la tierra

Cuarto siglo fuera del país

Al cual sacrificó su vida en paz y en guerra

Siempre solo como una raíz.



La gloria de la hija mayor que llega

Su nieto mayor descuelga el cinto y el trabuco

Y él mira lo que es la gloria: un niño juega

Con el sable de Chacabuco



Y después el hecho de todos los mortales

La debilidad sin languidez

Y un resbalar lento del alma a los portales

Que se pasan sólo una vez.



El extraño panorama de su vida toda delante

Dolores corporales que avientan lo trivial

Rosas sintió en un campo todo el tiempo de ante

Galopando un negro bagual.



Sintiese en una ventolera de la pampa infinita

Hollando en un potro la gramilla helada

Oyó como una voz de lejos : “ Cómo ánda, tatita ? “

Y se oyó a sí mismo muy lejos: NIÑA, NO ES NADA.