lunes, febrero 02, 2009

abc.es:::Turquía recibe a Erdogan como un héroe tras su desplante a Israel

Actualizado Viernes, 30-01-09 a las 18:58
El incidente de Davos es mucho más que un altercado diplomático. La pataleta de Tayip Ertdogan ha dejado seriamente perjudicada una de las vías de comunicación estratégica más importante de Oriente Medio.

Entre Israel y Turquía ha habido siempre unas relaciones fluidas, serias, muy importantes sobre todo para el Ejército turco, que en la actualidad eran la base del triángulo diplomático entre la Unión Europea y el grupo terrorista Hamás.

Turquía era el único país –junto a Egipto- que podía hablar a la vez con Israel y con Hamas. Y a diferencia de Egipto, el primer ministro islamista turco no temía ningún contagio de las ideas extremistas de los palestinos, como le sucede a Egipto.

Si la discusión de Davos hubiera sido algo discreto, si se hubiera quedado en un rifirrafe con Simón Peres, tal vez no hubiera pasado nada. Pero la llegada a Ankara de Erdogán, como salvador del orgullo islámico frente al sionismo, es un gesto que cierra muchas puertas. Los militares turcos necesitarán mucho tiempo antes de recuperar una comunicación que ha sido siempre el componente que les ha dado un grado más de potencia fente a cualquiera de sus vecinos árabes.

El papel de TurquíaY, sobre todo, porque el origen del incidente está en una pregunta de Peres: “¿Qué haría Turquía si cada día se despierta con una lluvia de misiles sobre Estambul?” Y porque la respuesta la conoce muy bien Erdogán: “bombardear aldeas kurdas en Anatolia oriental o en las montañas Qandil del norte de Irak", en el fondo no hay mucha diferencia con lo que hace Israel en Gaza.

Pero Erdogan no puede soportar ni la pregunta ni la respuesta. El primer ministro turco tiene una visión del mundo en la que prima el factor religioso islámico sobre cualquier otra consideración política y la capacidad de ser a la vez un aliado esencial de la OTAN sin dejar de ser un país musulmán se ha quedado entre paréntesis en cuanto se ha puesto en juego la solidaridad religiosa.