domingo, mayo 01, 2016

Denuncian que Máximo Kirchner recibía dinero de Milagro Sala

Una diputada imputada por el desvío de fondos declaró que la Tupac entregaba valijas al hijo de Cristina, en Olivos
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Lucrecia BullrichLA NACION
Sábado 23 de abril de 2016
Mabel Balconte apuntó a Sala y a Máximo
Mabel Balconte apuntó a Sala y a Máximo. Foto: Archivo
La denuncia de una supuesta "ruta del dinero" que incluiría a Máximo Kirchner recibiendo retornos recalentó ayer el escándalo por el reparto de fondos públicos en Jujuy, por el que la dirigente Milagro Sala está presa hace más de tres meses.
La diputada provincial Mabel Balconte, ex integrante de la Tupac Amaru -la organización Social que lidera Sala-, denunció que durante 2014 y 2015 la dirigente se reunió todos los meses con Máximo Kirchner en la quinta de Olivos para entregarle parte del dinero que la Tupac recibía del gobierno nacional de Cristina Kirchner para construir viviendas en Jujuy.
La denuncia forzó a Máximo Kirchner a salir a hablar del tema. En diálogo con radio Del Plata vinculó la acusación al discurso que dio su madre la semana pasada ante los tribunales. "Es un vuelto a las palabras de Cristina", sostuvo. Y después agregó: "Así está Jujuy, van a buscar donde más le duela a la compañera (Sala), pero uno está para bancar y ayudar".
Balconte, integró la Tupac Amaru desde 2007 hasta hace pocos días y está imputada en la causa por la que Sala está presa por supuesta asociación ilícita, fraude a la administración pública y extorsión.
Según pudo reconstruir LA NACION, Balconte denunció ante el juez Gastón Mercau, quien la indagó ayer, que una vez que los cooperativistas de la Tupac cobraban en el Banco Nación de San Salvador los cheques enviados por el Ministerio de Planificación, entonces a cargo de Julio De Vido, Sala retenía el dinero y lo trasladaba en bolsos a Buenos Aires, a veces en avión y otras por tierra, dependiendo de la cantidad.
Una vez en la ciudad, acompañada por una decena de cooperativistas de la Tupac Amaru, entre los que al menos una vez estuvo la propia Balconte, Sala llevaba los bolsos a la habitación de un hotel en Lima 265, en el barrio de Monserrat, volvía a contar los billetes y luego se reunía a solas con Máximo y con Andrés "El Cuervo" Larroque en Olivos. Los encuentros los organizaba el dirigente de la Tupac "Coco" Garfarini. El miércoles, antes de ser indagada por Mercau, Balconte presentó una denuncia contra Sala en la que dio detalles de la maniobra y sumó protagonistas a la trama.
Según la denuncia, a la que accedió LA NACION, después de ver a Máximo -a quien según Balconte Sala se refería como "el principito"-, la dirigente se reunía con De Vido en Planificación para entregarle los "comprobantes de obra" a cargo de la Tupac. Siempre según la denuncia, también era recibida por el entonces secretario de Obras Públicas, José López, y el subsecretario de Vivienda, Julián Nivello.
Según expuso ante el fiscal Darío Osinaga, Balconte no denunció antes a Sala por temor. Afirmó haber sido "amenazada y extorsionada" por la líder del movimiento en "reiteradas oportunidades". Detalló que Sala le decía "hija de puta, cajetuda de mierda" y que hasta la amenazó de muerte. Añadió que, en otras oportunidades, la jefa de la Tupac Amaru "mostraba un revólver chiquito, lo ponía sobre la mesa" y les decía " Pintemos fierros. ¿O qué? ¿Les tiembla la pera?".
La abogada de Sala, Elizabeth Gómez Alcorta, aseguró ayer que Balconte declaró contra Sala después de haber sido amenazada el martes pasado por su abogado, Guillermo Puertas, y por otras personas que no identificó.
"Luego de ese hecho, Balconte cumplió con el guión a rajatabla: denunció que se llevaban valijas de dinero de Jujuy a Olivos, en consonancia con la estrategia nacional de implicar al gobierno saliente en el uso indebido de fondos", ahondó Gómez Alcorta. Puertas rechazó la acusación. "La diputada me buscó voluntariamente para que la asesorara", dijo a LA NACION. También Balconte negó haber sido amenazada por su abogado y aseguró que denunció a Sala recién ahora porque el nuevo gobierno provincial, del radical Gerardo Morales, le permitió "volver a creer en la Justicia".