jueves, noviembre 01, 2012

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Fragata sin libertad 

Que los bienes argentinos estaban en la cuerda floja era bien conocido, pero hasta ahora se habían escapado. Por ejemplo, los aviones de Aerolíneas que vuelan a distintos destinos, no pertenecen oficialmente a la empresa, sino que están a salvo en condición leasing.
Por Julia Rodríguez Larreta
Que los bienes argentinos estaban en la cuerda floja era bien conocido, pero hasta ahora se habían escapado. Por ejemplo, los aviones de Aerolíneas que vuelan a distintos destinos, no pertenecen oficialmente a la empresa, sino que están a salvo en condición leasing .
El primero que debía entender el porqué de esta desagradable situación, era el propio gobierno. Estafar a tanta gente que optó por invertir en títulos soberanos del país no es un hecho irrelevante, sino grave, que además de perjudicar a muchos, destruye la confianza en los contratos legales hechos libremente y de buena fe. Aunque desde la Casa Rosada se trata de desviar el enfoque haciendo declaraciones altisonantes contra los “fondos buitres”, catalogados como su nombre lo indica de rapaces, lo cierto es que gran parte de los damnificados fueron personas de carne y hueso. Jubilados, gente de edad, de Alemania, de Italia, de España y otros países, que no estaban en condiciones de discutir los términos confiscatorios que el gobierno peronista del momento les imponía; cambiar sus bonos por otros con un valor nominal mucho menor. O sea que todo aquel que se sintiera incapaz de reclamar, recibía solo una mínima fracción de lo que había invertido.
Sin embargo, un grupo de acreedores decidió no resignarse e insistir en recuperar el dinero que se les debía. Para lograrlo acudieron a los tribunales internacionales y han ganado más de 100 juicios en distintas cortes, incluidas la Suprema Corte Británica y en estrados federales de Estados Unidos.
A pesar de ello, como no hay mejor defensa que el ataque según la sabiduría popular, más la notoria inclinación del presente gobierno argentino hacia la confrontación, la denuncia de complots y conspiraciones, todo dentro de un marcado gusto por el histrionismo, la Presidente se ha mostrado absolutamente indignada frente al atrevimiento del juez ghanés, Adjei Frimpongal. El magistrado determinó que la fragata no podía soltar amarras, dándole curso a la demanda por 300 millones de dólares interpuesta por NML Capital Limited, subsidiaria del fondo de inversión Elliot Management, ubicado en Nueva York, que maneja inversiones de fondos de pensión, de universidades, de otros inversores institucionales y de particulares.
Apelando a los ánimos patrióticos, Cristina habló de “libertad, de dignidad y soberanía ultrajada”. Los rumores de complots desembocaron en la renuncia dos altos mandos de la Armada y tampoco faltaron las acusaciones de corrupción respecto de la justicia ghanesa.
Más allá de la frustrante y vergonzosa experiencia que ha tenido que vivir la inocente tripulación de la nave, parte de la cual sigue en el puerto de Tema y el resto voló de regreso (en vuelo charter), la resolución del magistrado africano se explica en una sentencia de 25 páginas. Allí se hace mención al hecho de que si bien la fragata Libertad aplica como “buque de guerra” y de acuerdo al artículo 29 de la Convención de la ONU sobre derecho del mar de 1982 gozaría de la inmunidad prevista en el art. 32, la Argentina hizo explícita cesión de inmunidad soberana, en 1994. Aceptó la jurisdicción de cortes extranjeras, para poder acceder a los préstamos que luego incumplió.
La triste verdad es que Argentina se ha ganado mala fama debido a sus reiterados incumplimientos. Hace poco la titular del FMI, Christine Lagarde, le exigió públicamente que mejore la certeza de sus índices y han habido duros artículos en influyentes diarios del exterior como el Financial Times y el Wall Street Journal, cuestionando su pertenencia al G20. Inclusive se ha propuesto que deje su lugar a Chile, considerado más serio.
Por otro lado, Ghana es un país que ha ganado en credibilidad y se destaca en el mundo africano por ello, a partir de que en 1992 comenzó a tomar drásticas medidas para fortalecer el orden constitucional, la pluralidad de partidos y el camino democrático. El progreso no ha sido fácil, pero se dieron cuenta de la importancia del imperio de la ley y la seriedad fiscal. Así que Ghana se juega su reputación de país con una justicia independiente. Para Argentina se abre un duro litigio .