martes, noviembre 13, 2012

Los sondeos suponen un importante revés para la presidenta, aunque muestran también la desconfianza popular en quien pueda sucederla

La ilusión de una tercera elección consecutiva de Cristina Fernández de Kirchner parece desvanecerse. Diversos sondeos publicados en los últimos días registran una caída de popularidad de la presidenta sostenida pero, lo más importante, arrojan un rechazó multitudinario a la reforma de la Constitución para habilitar a la viuda de Néstor Kirchner a presentarse a las elecciones del 2015: Seis de cada diez argentinos rechaza la gestión de la Presidenta y más del 80 por ciento se opone a su reelección.
De acuerdo a una encuesta de la firma independiente Management&Fit, un 43 por ciento de los encuestados tiene una imagen negativa de «Cristina», como se conoce popularmente a la mandataria argentina. En simultáneo, un 66 por ciento rechaza una reforma de la Carta Magna y un 82,6 por ciento se opone sin fisuras un tercer periodo legislativo. Apenas un 9,9 por ciento desea un tercer mandato de Cristina Fernández. La resistencia mayor a continuar con el plan reeleccionista se localiza en los enclaves de mayor población: Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.
La respetada consultora Poliarquía difundió otro estudio donde recoge que el 52 por ciento de los argentinos rechaza las políticas del gobierno, uno de cada cuatro piensa que la jefa del Estado está perdiendo el control del Gobierno y un 20 por ciento está seguro de que ya no lo tiene.

La oposición no pinta mejor

Al cumplirse un año de la reelección de Fernández, con respaldo superior al 54 por ciento, la presidenta ya tiene suficientes indicios para convencerse de que el 2015 es la fecha límite al poder que lleva ejerciendo, primero a través de su difunto marido y luego por sí misma, desde mayo del 2003.
Pero, el principio del ocaso de su Gobierno, según diferentes sondeos, no implica el crepúsculo brillante de la oposición. Siete de cada diez encuestados desaprueban la gestión de los grupos que pueden fiscalizar y hacer frente al oficialismo.
El clima de malestar y la profunda división social en Argentina se respira en la calle. Este jueves hay convocado, desde las redes sociales, una cacerolada que aspira a superar el multitudinario del 13 de septiembre. Intentos de reforma de la Constitución para perpetuarse en el poder, control de cambio, bloqueo al acceso de divisas, inseguridad y la sensación de pérdida de derechos y libertades, son algunos de los detonantes que aglutinan a un sector importante de la ciudadanía disconforme con el Gobierno.