lunes, octubre 22, 2012



Actualizado 18 octubre 2012
La dictadura del odio


Dicen que el hombre tropieza siempre en la misma piedra, y por desgracia así es. Los españoles en particular somos incapaces de aprender de nuestra propia historia, por reciente que ésta sea, para impedir que se repita lo más ominoso de ella.

Ayer, sin ir más lejos, una caterva manipulada de menores de entre 15 y 17 años irrumpió por la fuerza en el colegio salesiano María Auxiliadora de Mérida al grito de “¡Dónde están los curas, que los vamos a matar!”. Tildaron a los profesores del centro de “putos fascistas”, y la emprendieron a golpes contra una maestra, hiriéndola de consideración, mientras pugnaban por retirar los crucifijos de las aulas. Si supiesen la encomiable labor del salesiano Juan Bosco con tantos millares de jóvenes tan necesitados de amor como ellos, que le mereció un puesto destacado en los altares, tal vez hubiesen actuado de otro modo… Hasta aquí los hechos luctuosos más recientes.

Recuerdo, a este propósito, la advertencia que me hacía don Gabriele Amorth, exorcista oficial del Vaticano, cuando charlábamos en Roma sobre el maligno, a propósito de mi libro Así se vence al demonio (LibrosLibres):
-José María, nunca olvides que el demonio siempre crea divisiones: quiere ver cómo nos destruimos, está detrás de las guerras, del odio, del sufrimiento, de la desolación, de las persecuciones contra los cristianos, quiere hacernos morder el polvo para desesperarnos y que seamos incapaces de dar y recibir amor…
“Todo es un juego de Amor”, le gustaba repetir al Padre Pío de Pietrelcina. Y amor es, por desgracia, lo que más falta nos hace hoy. Amor, caridad, solidaridad, respeto… y piedad. La misma que no tuvieron el 20 de julio de 1936 con el administrador apostólico de Barbastro, Florentino Asensio Barroso, a quienes los milicianos mutilaron sus genitales con un cuchillo de caza para introducírselos en la boca mientras se jactaban como fieras: “Así podrá comer cojones de obispo”.

De la Historia, como digo, deberíamos aprender todos. Especialmente hoy, que hemos renegado de las raíces cristianas de Europa en la propia Constitución y nos enfrentamos en España a profanaciones de iglesias y últimamente también de colegios religiosos. En España reina hoy, una vez más, la división; igual que hace más de 75 años. Al exacerbado independentismo catalán y vasco se suman ahora otros actores del 36, como algunos comunistas, socialistas aprovechados, anarquistas o sindicalistas, quienes, lejos de arrimar el hombro para salir de una de las situaciones más críticas de España en toda su historia reciente, se refocilan ahora jaleando el odio, la violencia y la división. Vade retro, Satanás…  
  
PD: Remito al lector al artículo El kit de supervivencia contra el demonio de este mismo blog.