domingo, junio 01, 2008

GENERAL LUCIANO B. MENENDEZ, PRISIONERO DEL ENEMIGO COMUNISTA EN EL GOBIERNO ARGENTINO

AMIGOS DE LA LIBERTAD
- Habló el General Luciano B. Menéndez con la diáfana claridad de la verdad.
- Quienes lo ignoren, pués adviertan el engaño y conozcan la verdad.
- Quienes lo sepan, no lo olviden.
- Todos, no dejen de difundirlo.
- Y sosténganlo a brazo partido, hasta alcanzar la verdadera justicia y la libertad de los prisioneros.
- Lo contrario, o pertenece al enemigo o revela el deshonor de quien lo niegue.
gm
NB//// ..... y como el árbol podrido sólo da frutos malos, cada día que pasa va cayendo la venda de los ojos de miles de compatriotas que han sido engañados por la propaganda oficial y la maquinaria comunista que se ha colado por la ventana de esta República castigada. Los frutos del mal van apareciendo.......
---------------------------------------------------------------
Menéndez y sus palabras ejemplares
El General retirado Luciano Benjamín Menéndez, en juicio por supuestas violaciones a los derechos humanos, realizo una ejemplar exposición en su defensa. Reproducimos sus palabras.
“Me niego a declara porque estos juicios son inconstitucionales.
La Constitución Nacional señala en su artículo 18 que ningún habitante de la nación puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso ni juzgado por comisiones especiales ni sacado de los jueces que designaba la ley antes de los hechos de la causa.
La ley vigente cuando la subversión marxista inició el asalto armado a nuestra patria era la nro 14.029 del Código de Justicia Militar.
Ella designara como mi juez natural al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas.
Por lo tanto, con todo respeto, el tribunal que me citó es incompetente.
Además, esa ley cumplimos y a ella nos ajustamos las fuerzas legales para enfrentar y vencer al terrorismo marxista, sin apartarnos de lo que ella y los reglamentos en vigencia imponían y sin cometer delito alguno.
Con esa ley, dice la Constitución debe ser juzgada nuestra actividad en la guerra contra revolucionaria.
Finalmente, por esa ley, yo, como Comandante, soy el único responsable de la actuación de mis tropas.
Por eso, a mis dignos subordinados de entonces, no se les puede imputar nada y mucho menos privarlos de la libertad como injustamente se ha hecho con algunos de ellos.
Pero además de esas irregularidades, hoy se da una paradoja grotesca: Los terroristas subversivos que conducían desde el exterior asaltaron la república en la década del 60 y 70 porque no creían en nuestras instituciones democráticas y querían reemplazarlas por grises organizaciones marxistas de importación ahora aprovechan, se refugian y usan esas mismas instituciones que ellos atacaron para juzgarnos a quienes las defendimos.
No hay más que ver los nombres y los antecedentes de los que nos acusan para corroborar su filiación ideológica con el agravante que su propósito sigue siendo el mismo: usurpar el poder para cambiar nuestro estilo de vida.
Porque los terroristas derrotados en el campo militar abandonaron la lucha armada pero no la lucha política y lo que es peor, tampoco el objetivo político.
Y siguiendo el dicho de Lenin “la paz es la continuación de la guerra con otros métodos desarrollaron desde 1980 en adelante la táctica gramsciana de infiltrarse en todas las organizaciones del país, dominarlas y aprovecharlas para, amparándose en las normas democráticas, atacar la republica desde adentro y destruir nuestra democracia republicana, representativa y federal.
No quiero prestarme al juego de los terroristas que ayer ponían bombas y asesinaban a traición para transformar el país en comunista.
Y hoy pretender ser y haber sido pacíficos ciudadanos democráticos y bajo esa mascara persisten en su oscuro objetivo.
No quiero ser cómplice de ese doble crimen.
No declaro pues, como no lo he hecho ante nadie que no fuera mi juez natural a fin de ceñirme al cumplimiento de la constitución nacional hoy permanentemente violada y para no ser cómplice en facilitar a los marxistas el uso de los medios legales de la democracia.
"Es incomprensible que las instituciones de la república, para defender las cuales luchamos y que existen porque triunfamos nosotros (los militares), nos juzguen hoy”.