miércoles, julio 18, 2007

GENERAL CAMPS: SOLDADO, PATRIOTA Y UNO DE LOS JEFES DE LA VICTORIA SOBRE EL TERRORISMO COMUNISTA.

AMIGOS DE LA LIBERTAD
- No se cansen de repetir a la juventud que no lo vivió, que cuando el comunismo internacional atacó a la Argentina desde todos los frentes, con ejércitos adiestrados y pagados desde el exterior y desde los dineros que la delincuencia obtenia con los secuestros de personalidades, el gobierno constitucional de los Perones, primero recurrió a sus "escuadrones de la muerte", luego a la Policía y a las fuerzas de seguridad y cuando todo había fracasado, debió recurrir a las FUERZAS ARMADAS, que fue cuando se pudo doblegar la guerra y vencer al enemigo de la República.
- Entre 100.000 y 200.000 argentinos participaron en diferentes niveles de esos ejércitos y con diferentes rótulos: Montoneros, Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), Fuerzas Armadas Peronistas (FAP); Fuerzas Armadas de Liberación (FAL); ERP 22 de Agosto; ERP Fraccion Roja; y otras más.
- Cualquier "movilización" se integraba con 100.000 cuadros en la Capital, llegados de las diferentes columnas en que tenian dividido al país. El 11 de marzo del 74 reunieron solo en Atlanta y alrededores más de 40.000 cuadros. En las cámaras de la epoca se trataba el tema. Numerosas publicaciones se vendian en los kioscos de diarios. El diputado nacional Rodolfo Arce dirigia una publicacion que denunciaba los hechos en nombre del "Servicio de Informaciones Justicialistas para América" (Primicia Argentina).
- El ministro de Economía Ber Gelbard por decreto hacia que David Graiver, tesorero de Montoneros, asesorara al gobierno y en simultáneo manejara los capitales de los secuestros demostrando la connivencia de Estado y terrorismo. Fimenich se fotografia con Arafat en Palestina y con Quieto determinaban el destino de los fondos para mantener sus "tropas".
- Actos de guerra no son judiciables por la justicia común. Hoy más de 300 jefes militares y policiales se hallan prisioneros de la venganza de aquellos encaramados en el poder.
- La palabra "torturas" fue el escape encontrado por los guerrilleros que colaboraron con las fuerzas nacionales delatando a sus cómplices para zafar la situación y obtener de premio la libertad. Los muertos suman miles, igual que desaparecidos. Negar la guerra es absurdo y decir que hubo represión es otro absurdo. Hubo guerra y como tal se combatió de acuerdo a las normas impuestas por el enemigo y los manuales de procedimientos especiales para esos casos.
- Hoy acusar a un sacerdote capellán de la Policia de la Provincia de Buenos Aires de torturador es algo tan absurdo que nadie en su sano juicio se creerá. Sin embargo los medios y la justicia amañada desde el poder van cumpliendo su siniestro designio.
- Como una prueba más, incluímos aquí el documento escrito por el general Ramón Camps a quien le cupo la responsabilidad de comandar en nombre de las Fuerzas Armadas a la Policía de la Provincia de Buenos Aires con singular éxito, para recuperar la paz, salvaguardar la libertad y permitir a los argentinos la seguridad de que las fuerzas legales velaban sus sueños y les protegian como es debido.
- Hoy, el pueblo argentino, ¿lo entiende así? o fue vilmente engañado. Pasaron más de 30 años, los recuerdos se desdibujan, pero sin embargo hay patriotas que hurgan y claman.
- El pueblo argentino fue salvado por sus fuerzas armadas ayer y hoy el pueblo argentino debe reivindicar a sus fuerzas armadas en estricta justicia y verdad a pesar de la marea inmunda que desde el poder pretende tergivesar la verdad histórica.
- Leamos el documento del general Camps a esta "justicia" entre comillas.
- Dejemos de lado las hipocresías y las alfonsinadas de ayer o las kirchnereadas de hoy.
- Perón, así lo vió y así lo sentenció en innumerables intervenciones desoídas.
gm
NB/// No vacilemos en difundir el documento del ex Jefe de la Policia de la Provincia que es de un notable valor histórico y desnuda la realidad.
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(Publicado en los diarios de la época) El presente pertenece al diario La Prensa de Buenos Aires

No designará defensor el general Ramón J. A. Camps

El general (R) Ramón Juan Alberto Camps presentó a la Cámara Federal, en la causa incoada en virtud del decreto 280/84 del Poder Ejecutivo, un escrito en el que expresa que ha recibido la intimación de aquélla para designar, dentro del quinto día de notificado, defensor letrado. Seguidamente dice:

"Tal como lo expresara en mi anterior escrito presentado a ese Tribunal, los señores jueces que lo integran, así como el fiscal, carecen de autoridad moral para juzgarme, por lo que de ninguna manera convalidaré ni aceptaré el ejercicio de una jurisdicción que no sólo carece de base normativa, sino también adolece del más elemental fundamento ético. En dicha ocasión señalé que los Dres. Guillermo A. C. Ledesma, Andrés J. D'Alessio, Ricardo R. Gil Lavedra, León C. Arslanián, Jorge E. Torlasco, Jorge A. Valerga Aráoz y Julio César Strassera, por haber integrado los cuadros superiores del Poder Judicial durante los años 1976-1983, en el fuero penal -y no - en cualquier fuero- no podían erigirse en mis juzgadores.

Ello porque se encontraban interesados en hacer olvidar que mientras en la capital federal se rechazaron en aquellos años más de 4.000 'hábeas corpus', permanecían muy cómodos en sus cargos haciéndose los desentendidos de lo que se reclamaba en sus propios juzgados o en los que se encontraban a pocos metros de sus sitiales.

'No hay peor astilla que la del mismo palo', dice el refrán, y Uds. lo ratifican. ¿O me dirán que nunca lo pensaron cuando el presidente, luego de decidir - que las Fuerzas Armadas fueran juzgadas por la Cámara Federal, los designó?

¡Qué coincidencia', pudiendo optar entre miles de abogados. Alfonsín elige a siete 'ex Proceso'. ¡Con qué verguenza habrán tenido que descolgar de sus despachos los diplomas firmados por el Tte. Gral. Videla!

Posiblemente la misma que los llevó a rechazar mi anterior presentación con la conocida argucia leguleya '. . .no existiendo petición concreta, devuélvase', "Ahora soy yo quien los intimo a que en cinco días hagan saber a la opinión pública (a mí no porque me consta) si fueron o no magistrados o funcionarios del Proceso, "No he de prestarme tampoco a convalidar con mi presencia activa en este 'juicio', la segunda etapa del espectáculo montado por el Poder Ejecutivo en sede judicial para desprestigiar a las Fuerzas Armadas de la Nación, intentando así dar sustento jurídico a los denuestos que periódicamente, a través de canales de Tv. radios. diarios o. revistas controlados por el gobierno, se vuelcan contra los hombres de uniforme.

"Sé que estoy de antemano condenado,

Sé que. al Igual que se hizo con los ex comandantes en jefe esta Cámara va a cumplir al pie de la letra la orden impartida desde la Casa Rosada (por otra parte considero un honor, como general de la Nación, el ser condenado por el enemigo al que combatí y derroté en el campo militar, o por quienes lo sirven).

Es por ello que no quiero mover ni un dedo para defenderme o evantarme contra esta campaña de odio desatada por Alfonsín y sus adláteres.

El odio no se combate con odio.

He soportado con entereza el año pasado las calumnias e injurias que desde el Ministerio del Interior se volcaron contra dos de mis hijos, al pretender envolverlos en la ya hoy famosa patraña electoral del 'complot'. Con la misma actitud estoy dispuesto a afrontar este nuevo embate contra mi persona, y con mayor razón ahora que en mí se va a intentar simbolizar -a los efectos de la acción psicológica que se lleva a cabo- a los hombres de las Fuerzas Armadas y Fuerzas Policiales que combatieron y derrotaron en el campo militar al terrorismo marxista.

"Conozco de antemano lo que vendrá de ahora en más. Lo ocurrido el año anterior sirvió de experiencia: Veremos nuevamente desfilar por los estrados de ese Tribunal a los sospechosamente 'memoriosos' testigos convenientemente adiestrados por Strassera y su equipo.

Veremos a la Cámara impedir sistemáticamente a los defensores demostrar que son simples terroristas con piel de cordero, cuyas conciencias, tintas con la sangre de nuestros mártires, no les impiden por supuesto prestarse a esta farsa judicial (y a los que la Cámara tendrá también como testigos plenamente hábiles pese a comprenderles las generales de la ley). Veremos también sin duda actuar a la 'claque' que, organizada por la Coordinadora radical y Franja Morada, aplaudiera a Strassera y su ínclito ayudante e insultara a los hombres de armas en 1985. Asistiremos a una profusa campaña de prensa dirigida a completar los fines de propaganda que el gobierno se impusiera; veremos como se la utiliza para desviar la atención del pueblo, emplazándola como cortina de humo frente a las penurias económicas que afectan a los argentinos.

"Es por todo ello que no designaré defensor ante esa Cámara, ni ofreceré en lo que a mí respecta prueba alguna, ni participaré en cuanto de mí dependa de diligencias procesales que se intenten cumplir ante el Tribunal.

"Asumo la total responsabilidad de las acciones militares llevadas a cabo por la abnegada y valiente Policía de la Provincia de Buenos Aires en la lucha contra la subversión, cuando actuó a mis órdenes. Me enorgullezco de haberla comandado, y dejo bien en claro que su accionar respondió siempre a expresas órdenes, impartidas de conformidad con las normas entonces vigentes. Cuando ello no ocurrió, con la misma energía fue corregido".