lunes, mayo 11, 2009

Autor: . | Fuente: Análisis Digital El discurso de Benedicto XVI sobre el preservativo es simplemente realista

Autor: . | Fuente: Análisis Digital
El discurso de Benedicto XVI sobre el preservativo es simplemente realista
Los científicos Tony Anatrella, Jokin de Irala, René Ecochard, Dany Sauvage dan la razón al Papa sobre los preservativos y el Sida
 
El discurso de Benedicto XVI sobre el preservativo es simplemente realista
El discurso de Benedicto XVI sobre el preservativo es simplemente realista


- 06/05/2009
“Unas pocas palabras pronunciadas por Benedicto XVI han llamado la atención de los medios de comunicación, en las que se dice, sobre los preservativos y el Sida que “ofrecen el riesgo de aumentar el problema”. No se trata para el Papa de examinar los eventuales fallos del profiláctico como consecuencia de rupturas, ni de evocar su resistencia o las hipótesis de sus porosidades...

El problema no se refiere a este aspecto, que debe ser objeto de los estudios de laboratorios que los fabrican y los médicos. El preservativo es, ciertamente, la tecnología más eficaz. Perono lo es la más eficaz como medida preventiva. En efecto, en numerosos países de Africa, la proporción de personas portadoras del virus es demasiado elevada para que se pueda frenar la epidemia tan solo mediante el uso del preservativo. Numerosos epidemiólogos que trabajan en la lucha contra la epidemia no han dejado de asombrarse ante la falta de información de quienes han asumido una postura contraria a la declaración del Papa. Por ejemplo, Edward Green, director de APRP (Aids prevention research project, proyecto de investigación sobre le prevención del Sida), de la Universidad de Harvard, ha declarado recientemente en Africa en el curso de una entrevista: “Teóricamente el preservativo debe funcionar y teóricamente, su utilización debería ofrecer mejores resultados que si no se utiliza. Pero esto es la teoría... Lo cierto es que no encontramos una asociación entre su uso frecuente y una reducción de la contaminación por VIH”.

No hay ningún país con una epidemia generalizado que haya conseguido bajar la proporción de la población infectada por el VIH gracias a las campañas dirigidas únicamente a la utilización del preservativo. Los casos de disminución de la transmisión del VIH, publicados en la literatura científica, están asociados a la aplicación de la abstinencia y la fidelidad, además de los preservativos, en la conocida trilogía del ABC (A por abstinencia, B por fidelidad –en inglés “be faithful” y C por condón). En otras palabras, solamente los programas que han recomendado severamente el retraso en la actividad secual de los jóvenes así como la monogamia mutua (lo que los cristianos llaman fidelidad) han sido coronados por el éxito. Es lo que ilustran los famosos estudios sobre Uganda de abril de 2004 y mayo de 2008 (("Population-Level HIV Declines and Behavioral Risk Avoidance in Uganda", Rand L. Stoneburner et Daniel Low-Beer, Science; "Reassessing HIV Prevention", M. Potts, D. Halperin et al. Science).

Los únicos países que han conseguido bajar la infección han sido los que han introducido A y B en todos los sectores de la sociedad: escuela, empresa, universidad, medios de comunicación e iglesias (("The Time Has Come for Common Ground on Preventing Sexual Transmission of HIV", D. Halperin, M.J. Steiner, M.M. Cassell, E.C. Green, N. Hearst, D. Kirby, H.D. Gayle, W. Cates, Lancet, noviembre-diciembre 2004). La Iglesia Católica ha recomendado desde siempre A y B y según los especialistas en epidemiología, la abstinencia y la fidelidad han conseguido evitar seis millones de muertes en África.

El Papa ha subrayado que “”corremos el riesgo de agravar el problema” del Sida si los programas de prevención se apoyan únicamente en los preservativos. Pues bien, en esto coincide con los conocimientos que se tienen en materia de salud pública y de epidemiología. Los programas de prevención centrados en el preservativo ofrecen un mensaje inadecuado a lña población en general ye n particular a los jóvenes que traducen el mensaje del siguiente modo: “Todo lo que hagáis con el sexo no tiene riesgo alguno si utilizáis preservativos”. Pero esto es falso. En efecto, este tipo de campañas conduce generalmente a un fenómeno de compensación de riesgos.

Si las gentes se sienten seguras en un ciento por ciento mientras utilicen preservativos, tendrán tendencia a asumir cada vez más riesgos. Por ejemplo, los jóvenes que no han tenido relaciones sexuales, empiezan a tenerlas mientras que quienes ya las han iniciado, buscan más medios de tenerlas, justo lo que necesita el Sida para propagarse. Este fenómeno de compensación de los riesgos han sido ampliamente descrito en la literatura científica, como resdultado de los estudios llevados a cabo con muestras representativas de jóvenes en Filipinas, Salvador e incluso en España. En cada uno de estos casos, los jóvenes que creen que los preservativos son eficaces en un ciento por ciento, han empezado a tener relaciones sexuales más pronto: este el fenómeno clásico de compensación de los riesgos.

El discurso del Papa es realista y justo. Nos interroga sobre una visión de la prevención limitadas unicamente al preservativo y adopta un punto de vista antropológico y moral comprensible para todos al criticar una orientación únicamente tecnológica que, por si sola, no puede yugular la pandemia, como ya comprobó en su día la ONU. En los últimos 25 años, lñas campañas basadas en el preservativo no han conseguido reducir el Sida. El discurso exclusivamente tecnológico viene a rechazar la abstinencia y la fidelidad. Sin embargo, debe proponerse otra orientación que tenga más en cuenta una llamada al sentido de la consciencia humana y de la resposabilidad. En realidad se trata de una medida pedagógia relativa a los comportamientos sexuales. Pero esta perspectiva, como se desprende, es dificilmente aceptada en el discurso social unida a un pensamiento pragmático. El preservativo se ha convertido en una especie de tabú que no se puede criticar, un fetiche que, curiosamente, debería formar parte de la definición de la sexualidad... ¿No estamos ante una forma cínica de enmascarar los interrogantes? ¿Hay que admitir la idea de que el preservativo protege de todo, incluso del pensamiento?

Reflaxionar sobre los comportamientos sexuales se hace a tal punto doloroso que provoca la ira de numerosos militantes e ideólogos en la materia que tratamos. En este sentido, las palabras del Papa no son “regresivas” sino, al contrario, nos sacan de la regresión y nos invitan a afrontar los hechos y lo que está en juego. El Papa habla de hombres y de su vida. Lo que los medios de comunicaciones europeos callan lo han entendido los africanos durante su viaje al continente.

Los africanos denuncian la parcialidad de los medios occidentales afirmando que, una vez más, se les roba su historia, sus rcursos y su vida, invadiéndolos con una ideología de comportamiento que destruye sus culturas. Son estas las actitudes morales que humanizan la expresión sexual. El preservativo como medio de prevención en la lucha contra el Sida, no es un principio de vida, ni una forma de personalizar y humanizar la sexualidad, ni siquiera cumple su finalidad de prevención porque no ofrece ninguna iniciativa de educación en la responsabilidad sexual, vivida en el respeto al otro y en el compromiso de la fidelidad. Si el exceso de desregulación financiera nos ha conducido ya a un callejón sin salida, ¿qué pasará con el abandono de las referencias morales de la sexualidad?

Firman:

Tony Anatrella, psicoanalista, especialista en psiquiatria social y consultor del Coinsejo Prontificio par la Salud.

Michele Barbato, ginecólogo-obstreta de Milán, presidente del Instituto Europeo de Educación Familiar.

Jokin de Irala, médico epidemiólogo, doctor de la Universidad de Massachussetts, coator del libro “"Avoiding Risk, Affirming Life", de próxima aparición en Estados Unidos; director adjunto del Departamento de Medicina preventiva y de Salud Pública de la Universidad de Navarra.

René Ecochard, pofesor de Medicina, epidemiólogo, jefe del Servicio de Bioestadistica de la Universidad de Lyon

Dany Sauvage, presidente de la Federación africana de Acción Familiar.