martes, marzo 10, 2009

Un heredero degenerado

Señor Bartolomé Mitre

José Claudio Escribano

Jefe de Redacción

Responsables del Diario La Nación

De mi consideración:

La que suscribe, Angélica Inés Fornés, se dirige a Uds. con la
finalidad de expresarles mis sentimientos de sorpresa y repugnancia
ante un hecho suscitado con el diario al que pertenecen.

Como lo he venido haciendo en cada lustro del criminal ataque a los
cuarteles de La Tablada, en el día de la fecha y con motivo de
cumplirse el Vigésimo Aniversario de la acción terrorista, vanamente
intenté publicar, en la Sección Participaciones Sociales, un aviso de
agradecimiento, tanto a quienes cayeron en cumplimiento del deber,
como a todos aquellos que contribuyeron a salvarle la vida a mi
marido, el Teniente Coronel (R) Veterano de Guerra, Emilio Guillermo
Nani.

El texto del aviso era el siguiente: “1989 – La Tablada -  2009:
Honor a los caídos en defensa de la Patria; repudio para quienes la
atacaron y el eterno agradecimiento a los integrantes de los
Hospitales Churruca y Militar y a todos aquellos a quienes les debemos
la vida”.


 A partir del momento en que me expresé --creyendo que libremente--
ante dos encantadoras empleadas, Aldana y Paz, que --cumpliendo con
las directivas existentes en el diario-- intentaron convencerme de
modificar el texto del artículo por el que iba a abonar la nada
despreciable suma de casi cuatrocientos pesos, comenzaron las trabas y
las excusas tendientes a impedir que pudiera publicar libremente mis
ideas por la prensa, sin censura previa (Artículo 14 de la
Constitución Nacional).- Que “repudio”, no; que “enjuiciamiento”,
tampoco; que “juicio”, menos; que “justicia”, imposible; que “debe
someterse a la aprobación de Redacción”, etc., etc..



 Ante la imposibilidad de evitar que se vulneraran mis derechos,
llamé al sector, pomposamente llamado, “Atención al Lector”, con la
intención de comunicarme con el Jefe de Redacción, siendo atendida por
Heber quien me negó el acceso manifestándome que “era política de la
empresa no publicar términos ofensivos o agraviantes”.- Ante ello les
pregunto: ¿qué agravio u ofensa encierran los términos “ ‘repudio’,
‘justicia’, ‘enjuiciamiento’, ‘juicio y castigo’, o ´cárcel’
(sucesivas modificaciones hechas al artículo sometidas a la arbitraria
decisión del inaccesible Jefe de Redacción que sistemáticamente
rechazó) a quienes atacaron a la Patria”.

Entonces me pregunto y les pregunto, si es esa la línea editorial que
el diario ha bajado a sus empleados respecto del concepto de “libertad
de expresión” o de “expresar libremente sus ideas por la prensa, sin
censura previa” para que decidan antojadizamente qué ideas o
expresiones se publican y cuáles no.

De allí mi sorpresa y repugnancia.- Sorpresa por haber sido nada
menos que el diario del General Bartolomé Mitre, el que me impidiera
expresarme libremente, aún pagando un precio exorbitante.

Repugnancia por el hecho que hayan sido nada menos que integrantes de
un medio de comunicación, los que apelaran a la aborrecible
metodología de la censura previa para cercenar mis derechos.

¡Qué tristeza me da comprobar en lo que se ha convertido el diario
que leo desde hace casi cincuenta años!.

En estos últimos años cualquier terrorista, filoterrorista amparado
en supuestas organizaciones que dicen defender los derechos humanos,
miembros de la impresentable corporación política que viene
destruyendo futuros o, lo que es más triste aún, los propios
periodistas del diario, publican libremente sus ideas y se expresan
refiriéndose a quienes tuvieron la responsabilidad de combatir al
terrorismo subversivo que asoló a nuestra Patria, a costa de sus vidas
o su sangre (como es el caso de mi marido), en cumplimiento de claras
órdenes emanadas de gobiernos constitucionales, como asesinos,
delincuentes, criminales, violadores, apropiadores, genocidas y, hasta
peyorativamente, como represores sin que exista ningún prurito por
parte de las autoridades del diario, que no consideran como
“ofensivos” o “agraviantes” dichos términos cuando son dirigidos a los
miembros de las Fuerzas Armadas, de Seguridad, Policiales o
Penitenciarias.

Por otro lado, cuando los mismos periodistas hacen referencia a
criminales terroristas como Horacio Verbitsky, Enrique Haroldo
Gorriarán Merlo, Roberto Fellicetti, Marcelo Vensentini, Juan Gelman,
Miguel Bonasso, Carlos Bettini, Mario Montoto, Jorge Taiana, Juan
Gasparini, Eduardo Anguita, Nilda Garré, Julio César Urien, Carlos
Kunkel, Eduardo Luis Duhalde, Rodolfo Matarollo, Dante Gullo, Arnlold
Kremer (Luis Mattini), Esteban Justo Antonio Righi, Emilio Pérsico,
Humberto Tumini, Osvaldo Lovey, Rafael Follonier, Rodolfo Tojo” Ojea
Quintana, Carlos Zanini, Gerardo Ferreyra y tantos otros de similar
calaña, hablan del “periodista”, el “poeta”, el “escritor”, el
“funcionario”, el “empresario”, el “diputado”, el “embajador”, el
“luchador social”, la/el “ministro”, etc., etc..

¡Cuánto cinismo y cuánta hipocresía encierran los términos “libertad
de prensa” y “libertad de expresión” y “El Manual de Estilo y Ética
Periodística” del diario La Nación.!.

Como Uds. me han impedido expresarme, violando mi derecho
constitucional de hacerlo, me reservo el derecho de difundir el
contenido de esta carta.

Sin otro particular los saludo muy atentamente,

Angélica Inés Fornés
DNI: 5.806.638
Bulnes 1786 – 3ro “F”
(1425) - CABA