sábado, marzo 28, 2009

Para llorar

EDITORIAL
Ejército

El pasado martes, una columna de encapuchados, supuestamente defensora de los derechos humanos y crítica del golpe militar de 1976, se desprendió de la manifestación principal que recorría la ciudad y cargó contra el edificio de la Sexta Brigada de Infantería de Neuquén.
No fue, por cierto, un ataque improvisado. Con bombas molotov incendiaron parte del frente y, de no haber mediado la acción de la policía, es probable que los daños hubiesen sido mucho mayores.
No hubo un solo oficial, subalterno o superior, que defendiese el honor de la unidad. Si su ausencia fue por una razón de cordura o de cobardía es difícil saberlo. Quizás haya sido una mezcla de las dos.
Pero lo más sorprendente es que ese mismo día, el Ejército argentino, siguiendo las instrucciones de su jefe de estado mayor, se solidarizó con los manifestantes a través de un spot televisivo en el cual calificó el 24 de marzo de 1976 como un día "luctuoso".
El año que viene los activistas de izquierda que asaltaron la Brigada y los mandos superiores del Ejército deberían hacer las paces y reconocer que, después de todo, piensan bastante parecido. Al fin y al cabo, si para el Ejército aquel 24 fue nefasto, los guerrilleros que entonces asesinaban a sus camaradas no podían ser tan malos.