jueves, septiembre 13, 2012

El caso de la ex imprenta Ciccone

La Nación

El caso de la ex imprenta Ciccone

Lunes 10 de septiembre de 2012 | Publicado en edición impresa

Operación sospechosa

Ciccone: Vandenbroele cobró $ 30 millones de una financiera encubierta

Por Hugo Alconada Mon | LA NACION


Foto: Archivo

Alejandro Vandenbroele cobró por lo menos $ 30 millones de una financiera encubierta como cooperativa vinculada al banquero Jorge Brito. Y lo hizo, como ocurrió con su supuesto asesoramiento al gobierno de Formosa, a través de la sociedad The Old Fund SA, confirmaron a lanacion fuentes con conocimiento de la ruta del dinero previo al desembarco en la ex Ciccone, que también accedió a registros del propio Macro.

Vandenbroele figura en esos registros bancarios como depositante de los fondos que entregó la Cooperativa de Crédito Marítima del Sur, que a su vez figura como ordenante de esos fondos millonarios para The Old Fund.

La operatoria ya reconoce otros episodios polémicos. El primero, el 21 de mayo de 2010, cuando la sociedad cobró $ 7,6 millones del gobierno de Formosa por su supuesto asesoramiento para reestructurar la deuda que la provincia mantenía con la Nación, cuya cabeza negociadora era Boudou como ministro de Economía.

Tres meses y medio después, el 10 de septiembre, ocurrió otro peculiar aporte. La empresa London Supply se presentó en el expediente de la justicia comercial y comunicó que había depositado $ 1,8 millones a favor de The Old Fund, con Vandenbroele como presidente.

Liderada por Eduardo Taratuty, otro de los accionistas de London Supply es Miguel Castellano, un amigo de la adolescencia de Amado y Juan Bautista Boudou en Mar del Plata, y con quienes continúa en contacto, al punto de contar en el Club Universitario de aquella ciudad sus "negocios" con el actual vicepresidente y su socio José María Núñez Carmona, según relataron dos testigos de aquella velada.

Tras el estallido del escándalo y la apertura de una investigación penal sobre Boudou y Vandenbroele, London Supply se presentó en el expediente para informarle al entonces juez a cargo, Daniel Rafecas, que su aporte sólo se extendió durante una semana, ya que lo recuperó mediante cheques, por fuera del expediente y sin jamás comunicárselo al juez de la quiebra.

El tercer y cuarto aportes singulares a la cuenta de The Old Fund llegaron de la mano del entonces número dos de Vandenbroele en la ex Ciccone, Máximo Lanusse, y de un empleado de la imprenta, Marcos Espejo Candia. El primero figura en los registros del Macro como depositante de unos $ 5,4 millones en efectivo en la cuenta de la sociedad a principios de este año; el segundo, con otros $ 2 millones.

Poco antes de la aparición de Lanusse y de Espejo Candia por la ventanilla del Macro, la Cooperativa de Crédito Marítima del Sur comenzó a engordar el fondeo de The Old Fund, con Vandenbroele como protagonista exclusivo de esos depósitos.

Con domicilio primero sobre la calle Tucumán 825 y luego en Sarmiento 559 de la ciudad de Buenos Aires, la cooperativa sólo contaba con un presidente, de la familia Maccarrone, una secretaria administrativa y una contadora como personal fijo.

La cooperativa -en la práctica una financiera encubierta, al decir de ex clientes a LA NACION- descuenta valores, con cobro de intereses incluido, a través del Macro, y sólo a través del banco de los Brito. La misma práctica que ofrecía en julio de 2011, cuando comenzó a desembolsar aquellos 30 millones en una sociedad anónima que no registraba antecedentes comerciales ni financieros más que los de obtener un crédito por poco más de $ 30.000, también en el Macro, en octubre de 2010, que canceló, y otro por $ 34.000 en junio de 2011.

Con deudas propias con los bancos Macro, Mariva, Industrial y Finansur y con la firma Servicios y Transacciones por más de $ 11,1 millones, la financiera acumuló clientes de peso. Entre otros, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), el club Independiente de Avellaneda, la cadena de supermercados Leader Price (luego vendida a la firma Eki), Georgalos y hasta el hermano de un gobernador del norte del país.

La extensión de su capacidad financiera quedó expuesta, de todos modos, de manera fortuita. Ocurrió cuando el ex titular del Banco Central (BCRA), Martín Redrado, ventiló públicamente la lista de personas y empresas que compraron y sacaron dólares del país. La cooperativa figura con más de $ 6 millones durante 2008.

Uno de los teléfonos disponibles para la cooperativa figura en la guía a nombre de otra firma: la Cooperativa de Crédito Valencia Limitada, con la que también repite el domicilio declarado ante el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes).

Como la Marítima, la cooperativa Valencia también registra clientes poderosos. Entre otros, a Coviares, la concesionaria de la autopista La Plata-Buenos Aires, a la que terminó por demandar junto a CCI Construcciones por una deuda de $ 1,1 millón. Algo lejos del espíritu cooperativista.

Ambas cooperativas aportan otras dos coincidencias. Al igual que la Marítima, Valencia también figura en la lista de Redrado, con otros $ 7,7 millones, también durante 2008. Y la firma también figura como deudora. Del Finansur. Y del Macro..