domingo, agosto 16, 2009

ENTRE TIRANOS Y COBARDES SE MUERE LA PATRIA



Buenos Aires

13 de Agosto del año 2009 - 919



ENTRE TIRANOS Y COBARDES SE MUERE LA PATRIA



INTRODUCCIÓN: La situación del Gral. Verplaetsen que describe esta carta del Dr. Carlos Bosch es de partir el corazón. No es una simple queja, es una increpación a los mil veces malditos tiranos que lo mantienen secuestrado, a vista y paciencia de los cobardes argentinos (que somos todos los que tenemos cierta cultura y alguna posibilidad de actuar pero que nos quedamos blandamente arrellenados en nuestras poltronas).

La Jueza Larrandart no debe ser una mujer normal porque no tiene ni una gota de los buenos sentimientos que tienen las madres. No puedo creer que por el voto de ella se mantenga en una mazmorra infecta a un anciano enfermo y sufriente y eso con la siniestra ironía de alegar que "está mejor atendido en la prisión que en su casa".  Algún día, cuando Dios le pida cuentas como Juez inicuo, tendrá oportunidad de saber si en el infierno se está mejor que en la casa de ella. Sin embargo, estos sumisos servidores de la tiranía hacen cualquier cosa para arrancar una siniestra sonrisa de aprobación de los tiranos.

Estos son crímenes como los de los nazis, sólo que no hay un lobby como el de los judíos que concite la execración universal contra estos exterminadores.  

Soy abogado y debería ser tan simple para mí como soplar y hacer botellas el sacar al Gral. Verplaetsen de esta horrible situación. Pero ser abogado en este momento es tan inútil como ser vendedor de arena en el Sahara.

Publico la carta del Dr. Bosch como artículo de fondo de "La botella al mar" y esta introducción no porque tenga esperanzas de que alguno de los que se dicen "argentinos" reaccione con la indignación feroz que el caso merece sino porque quiero marcarlos a fuego en su cobardía. ¿Por qué "cobardía"? Porque siempre prefieren anotarse en algo chirle que no moleste en nada a la tiranía antes que enfrentarla y pegarle donde le duela. Es demasiado peligroso o, en todo, caso, puede perjudicar los negocios.  

Cosme Beccar Varela  

PERSECUCIÓN

Señor Director:

El general Verplaetsen, detenido en la prisión de Marcos Paz, tiene 83 años y padece Alzheimer avanzado. Está allí por orden del Tribunal Oral Federal Nº 1 de San Martín, presidido por la doctora Larrandart, quien ha dicho que este anciano está mejor atendido en la prisión que en su casa. Para ir a las audiencias lo obligan a levantarse a las cuatro de la mañana en Marcos Paz y, llegado al tribunal, debe esperar en una pequeña celda sin atención alguna y con un baño en estado tan asqueroso que los familiares deben ir a limpiarlo.

El general no puede valerse por sí mismo, no sabe dónde está ni por qué, se saltea comidas y las que recibe de la familia -las del penal son incomibles- se pudren en su celda porque olvida ponerlas en la heladera general. No puede seguir coherentemente una conversación; repite infinidad de veces lo que acaba de decir; a cada rato quiere irse del penal, olvidando su estado; se niega a los tratamientos médicos, etcétera.

Conozco sólo de vista al general, pero pienso que mantener encarcelado y lejos de su familia a este anciano enfermo que ni siquiera está condenado es una prueba cabal de la persecución ideológica a que son sometidos los militares que enfrentaron el terrorismo marxista."

Carlos L. Bosch
Abogado
"La Nación", 12/8/2009