martes, enero 23, 2018

Los 7 pecados capitales de Mauricio Macri con Francisco y el nuevo interlocutor con el Vaticano

Las fricciones entre el Presidente y Jorge Bergoglio se remontan a la difícil convivencia que tuvieron en la Ciudad. Un legislador del PRO actúa como nexo.
Los 7 pecados capitales de Mauricio Macri con Francisco y el nuevo interlocutor con el Vaticano 
Los cortocircuitos entre el Papa y Mauricio Macri son más de lo que se recuerdan y empezaron mucho antes de que Jorge Bergoglio se convirtiera en Francisco y el jefe de Gobierno en Presidente. Uno de los laderos del entonces arzobispo de Buenos Aires recordaba semanas atrás cómo nació la distancia entre ambos.
 
1. Matrimonio igualitario. En 2009, Macri, al frente del Ejecutivo porteño decidió no apelar el fallo que convalidó el matrimonio igualitario en la Ciudad. “Tuve un debate interno importante, sopesando mi formación histórica con mi búsqueda de las mejores costumbres y las mejores libertades para la sociedad", señaló el ahora Presidente, que en los 90 se refería a la homosexualidad como una enfermedad. En privado, hoy reconoce que hubiera preferido otra terminología “para no afectar las creencias de la mayoría”. Para Bergoglio fue el primer ruido, pero no el último.
2. Protocolo de aborto. El 4 octubre de 2012, Macri anunció que se realizaría en la Ciudad el primer aborto legal en la Ciudad. “Es una mujer de 32 años que pasó por todas las instancias legales”, relató el jefe de Gobierno durante una reunión de Consenso Republicano. El Gobierno porteño había sancionado -a instancia de la Corte Suprema, antes que la Nación- la resolución 1252 que establecía el protocolo en la Ciudad. “Es lamentable”, sentenció Bergoglio. El 23 de octubre Macri terminó por vetar la ley de aborto no punible de la Legislatura porteña. El gesto de distensión no alcanzó. 
3. Urbanización de villas vs. Integración. Antes de asumir en 2007, Macri había prometido “erradicar” las villas. Luego moderó su discurso y habló de urbanizarlas. Para Francisco esa opción escondía también una posición ideológica con la que no suscribía. Horacio Rodríguez Larreta tomó nota y habla de integración y de barrios en lugar de villas.
4. Cartoneros. En un principio el macrismo resistió a los cartoneros en la Ciudad y hubo violentos enfrentamientos. En 2012, tras años de idas y vueltas firmó un contrato que los reconocía como “recuperadores urbanos”. Una figura fue clave en esa negociación y se volvió muy cercano al futuro Papa: Juan Grabois, líder de la CTEP.
5. Quita de subsidios a escuelas religiosas. En marzo de 2013, luego de que Bergoglio fuera nombrado Papa, la Ciudad eliminó los subsidios para las escuelas privadas. La medida tuvo un fuerte impacto en las confesionales.
6.Hospitales. “Le interesan más las bicisendas que los hospitales”, solía decir Bergoglio de Macri entre sus séquito sobre el estado de la salud pública en la Ciudad.
7. La denuncia de Lorena Martins. En enero de 2012 Bergoglio recibió en la sede del arzobispado a la hija del ex agente de la SIDE Raúl Luis Martins. En público sostuvo que Macri había asistido a uno de los prostíbulos. El jefe de Gobierno la acusó de mentir y el arzobispo la recibió en señal de apoyo.
Tras algunos gestos de distensión, como la invitación acercarse al altar en 2013 en el Vaticano -Macri no era parte de la comitiva- y retrocesos -al asumir Macri quiso proponer una relación protocolar y tuvo una audiencia breve y para el olvido- y la desconfianza del Presidente: "Acá había una guerra y él se metió innecesariamente", como dijo en la intimidad a propósito de la grieta; ahora un nuevo interlocutor con la Iglesia gana espacio en el oficialismo. Se trata del legislador porteño del PRO Omar Abboud, co-director del Instituto de Diálogo Interreligioso (IDI) de Buenos Aires, desde donde construyó una relación con el ahora pontífice. Incluso viajó a su gira por Jordania. Abboud, que reniega de su rol, tiene contacto directo con el Vaticano y tejió varios de los últimos contactos de dirigentes del PRO con el Papa. Uno de los últimos y poco difundido fue el de Rodríguez Larreta, que hasta estuvo mateando en Santa Marta con Bergoglio al amanecer. Varios ministros lo quieren imitar.