lunes, enero 21, 2013

Lección de Maquiavelo para la Presidenta

Por Carlos Pagni  | LA NACION
Ludwig Wittgenstein decía que "sobre lo que no se puede hablar es mejor guardar silencio". Sin embargo, irritada con los que dudan sobre el origen de su fortuna, Cristina Kirchner ensaya justificaciones inverosímiles. En Harvard la atribuyó a su trayectoria de abogada exitosa. Y en la carta a Ricardo Darín dijo que la Justicia ya la había investigado.
La explicación evocó a Norberto Oyarbide, uno de los jueces más sospechados del país, autor de un sobreseimiento, que el fiscal Eduardo Taiano no apeló. La esterilidad del argumento demuestra la ventaja de tener una Justicia independiente. En sus Discursos sobre la Primera Década de Tito Livio, Maquiavelo hizo notar que el desprestigio de los jueces no sólo facilita la impunidad de los delincuentes; también daña la decencia de los inocentes. Las absoluciones de un juez con fama de corrupto carecen de valor social. Cristina despotrica cuando los tribunales la contradicen. La polémica sobre su enriquecimiento le podría hacer notar que, si no tiene nada que esconder, los magistrados obedientes la perjudican mucho más.