jueves, enero 10, 2013

Cristina está ahora en manos de Moyano

Por Carlos Pagni  | LA NACION
Cristina Kirchner espera que el rescate de la Fragata Libertad sea el rescate de ella misma. Así como cree que la celebración del Bicentenario revirtió el derrotismo del año 2009, confía en que la fiesta por el regreso del buque, el martes que viene, rompa el maleficio de los cacerolazos y las huelgas. Abrazada a esa receta, ordenó que empleados públicos, militantes del conurbano, y otros barcos de la Armada viajen a Mar del Plata.
El experimento está signado por la misma imprevisión que demoró a la Fragata en Ghana. Como sabía cualquier marino, el puerto marplatense está bloqueado por un banco de arena. Y el canal de acceso es tan estrecho, que un viento fuerte o una marea turbulenta harían que la nave quede varada. Para evitar el papelón, Cristina debió ponerse en manos de Juan Carlos Schmidt , del sindicato de dragados, cuyos hombres trabajan a destajo desde ayer. Schmidt está alineado con Moyano y participa de todas las protestas. La paradoja es mortificante: para salir a flote, la Presidenta depende de aquellos que, está convencida, la quieren hundir..