martes, noviembre 29, 2011

ROBENBERG, Historia del Bolchevismo.



*EL OBJETIVO ES LA REVOLUCIÓN. NO SE TRATA DE UN PROBLEMA ECONÓMICO; SE TRATA, ANTE TODO, DE UN PROBLEMA DE CONCEPCIÓN DEL MUNDO*.

Un escritor católico, MONSEÑOR  GAUME, lo hacía resaltar en 1877 (¿?) de un modo impresionante.

Si arrancáis su máscara a la revolución y le preguntáis: ¿QUIÉN ERES?, os responderá:
“No soy lo que se cree. Muchos hablan de mí, pero muy pocos me conocen. No soy ni el carbonarismo…ni la revuelta…ni el cambio de la monarquía en república, ni la substitución de una dinastía por otra, ni la alteración momentánea del orden público. No soy ni los gritos de los Jacobinos, ni los furores de Montagne, ni las luchas de las barricadas, ni el pillaje, ni los incendios, ni la ley agraria, ni la guillotina, ni MIRAT, ni ROBESPIERRE, ni BABOEUF, ni MAZZINI, ni KOSSUTH. Esos hombres son hijos míos, no son yo. Esas cosas son mis obras, no son yo. Esos hombres y esas cosas son hechos pasajeros, y yo soy un estado permanente.  

YO SOY EL ODIO A TODO ORDEN QUE EL HOMBRE NO HA ESTABLECIDO Y EN EL CUAL NO ES REY Y DIOS CONJUNTAMENTE. YO SOY LA PROCLAMACIÓN DE LOS DERECHOS DEL HOMBRE, SIN PREOCUPARSE DE LOS DERECHOS DE DIOS. YO SOY LA FUNDACIÓN DEL ESTADO RELIGIOSO Y SOCIAL SOBRE LA VOLUNTAD DEL HOMBRE EN VEZ DE LA VOLUNTAD DE DIOS. YO SOY DIOS DESTRONADO Y EL HOMBRE CONVERTIDO EN UN FIN EN SÍ MISMO.
“HE AQUÍ POR QUÉ ME LLAMO REVOLUCIÓN, ES DECIR, INVERSIÓN…” (Monseñor Gaume, La Revolution. Recharches Historiques, T. 18. Sociedad de San Pablo. Lille, 1877.

Por su parte, LENIN y MAO, esos dos grandes maestros del comunismo nos lo dicen claramente:

“El marxismo es el materialismo. Como tal, es tan implacablemente hostil a la religión como el materialismo de los enciclopedistas del siglo XVIII o el materialismo de FEUERBACH. Esto es innegable. Pero el materialismo dialéctico de MARX y de ENGELS llega más lejos que los enciclopedistas de FEUERBACH, en la aplicación de la filosofía materialista al campo de la Historia, al campo de las ciencias sociales. Debemos combatir a la religión. Es el ABC de todo materialismo y, por tanto, del marxismo. Pero el marxismo no es un materialismo que se queda en el ABC. El marxismo llega más lejos. Dice: hay que saber lucha contra la religión…”. (LENIN, El Proletario, nº 45, 26-13 de mayo de 1909).  

“La religión es el opio del pueblo”. Esta sentencia de MARX constituye la piedra angular de toda concepción marxista en materia de religión. Religiones e Iglesias modernas, organizaciones religiosas de todas clases, son consideradas por el marxismo como órganos de reacción burguesa, que sirven para defender la explotación y para embrutecer a la clase obrera…”
(LENIN, El Proletario, nº 45, 26-13 de mayo de 1909).

“Repudiamos toda moral procedente de una inspiración extraña a la humanidad, extraña a las clases sociales. Esa moral no es más que un engaño, una farsa, es atiborrar el cráneo de los obreros y campesinos en interés del capitalismo.  
“Por ello afirmamos: la moral considerada al margen de la sociedad humana no existe para nosotros; es una mentira. Para nosotros, la moral está subordinada a los intereses de la lucha de clases del proletariado”.