domingo, junio 25, 2006

´Prensa Independiente´ - Edición semanal - 22 de junio del 2006

///////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

"PRENSA INDEPENDIENTE"

- República Argentina -

"La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma

Representativa, Republicana Federal..."

Síntesis de prensa - ´Edición semanal´

22 de junio del 2006

Año 7to. - Número 697

Publicado por mailing - más de 30.000 lectores suscriptores primarios a la fecha

todos los archivos desde enero del 2000 en nuestro sitio web :

http://members.fortunecity.com/prensaindependiente

Mails para comunicarse con los editores, dirigirlos unicamente a :

prensa_independiente_ar2006@yahoo.com.ar

Para suscripción automática dirigir un mail con texto en blanco, a la dirección:

prensa_independiente_ar-alta@eListas.net

Mails para desuscribirse: direcciones indicadas al final

///////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

"Una sociedad que coloque a la igualdad por encima de la libertad

terminará sin libertad y sin igualdad"

Milton Friedman

///////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

Índice

1 - Panorama político semanal, por Gabriela Pousá: “Cajeros automáticos con libre franquicia”.

2 - Que no vea el que no quiera ver la patética realidad argentina: “La peste”, por Horacio R. Palma.

3 - Un verdadero héroe de la guerra civil de los 70´: “Teniente de Navío – post mortem - D. Jorge Omar Mayol” - Muerto en combate, en defensa de la Nación en libertades republicanas y protegiendo en gesto supremo a sus compañeros de armas.

4 - Editorial: “El velorio de las instituciones”, por el Lic. Gustavo Adolfo Bunse.

5 - La Nueva Provincia - Cartas de lectores: “Por una memoria completa”, por el Suboficial Mayor (R) de la Armada Casimiro Jorge Elizalde

==========================================================

1 - Panorama político semanal, 18 de junio de 2006

Por Gabriela Pousá:

“Cajeros automáticos con libre franquicia”

A juzgar por los hechos, el escenario político en que se mueve el gobierno tiene mucho de proselitismo y poco de gestión. ¿Es que Néstor Kirchner busca la reelección? Sí. O para él o para su mujer. Lo cierto es que, el objetivo, es la permanencia en el poder. ¿Puede juzgársele por ello? No. En la Argentina – y en otros tantos países también – el afán de perpetuarse en el mando no es novedad ni es tampoco original. Lo que cabe analizar ante esa realidad es el modo y el cómo está llevándose a cabo la aspiración presidencial.

Hay dos variables que, el Jefe de Estado, necesita ineludiblemente manejar sin ceder un ápice para poder mantenerse en su lugar. Estas son: la economía y la calle, es decir, el elemento social.

Ciertamente, de acá al 2007 estos dos instrumentos de poder pueden alterarse sustancialmente pero, en el primer caso, y a pesar de los índices dibujados y de la sensación térmica de la gente que difieren mes a mes, es poco probable que se dé un vuelco de 180 grados. ¿Por qué? En gran medida porque Néstor Kirchner tiene más que pericia en la materia, suerte. Ni el más férreo opositor puede dudar de ello.

El escenario internacional le dio al gobierno una primera etapa de bonanza y tranquilidad.

Hoy, alterado ese escenario, la Argentina sigue con el pie derecho por más que se analicen los obstáculos que, no por esto dejarán de ser muy serios, en el mediano plazo. La soja es el comoditie que, en gran medida, le regala a la Argentina la sonrisa.

A su vez, está el Club de París esperando – no en vano – que la Argentina arregle su deuda antes de cambiar los calendarios y con este ritmo de recaudación y estos números en las reservas hay fundadas sospechas de que el arreglo esté cerca. Ojo que, Néstor Kirchner, no masca vidrio. Sabe cuándo hay que abrir el bolsillo

De todos modos, quiérase o no, el 2007 viene con una economía diferente y habrá que ver qué herramientas tiene el Ejecutivo para hacerle frente. Hasta ahora, ha dado muestras fehacientes de impericia en el área de la economía y ha estado manejando los números con el mecanismo del apriete, la prebenda y el negociado.

Pero cómo sea, si la única verdad es la realidad, aún con la técnica más condenable y con una ignorancia supina, el gobierno ha piloteado los precios que son el flanco más importante a la hora de pensar en los votantes. Atándolos con alambre, recibiendo a empresarios con un arma a la vista o alterando los índices, el kirchnerismo, está manteniendo un status quo medianamente tolerable o mejor dicho, lo suficientemente tolerable como para enfrentar sin demasiada dificultad los próximos comicios.

Por otra parte, es factible darse cuenta que hay sectores del empresariado dispuestos a tranzar para mantener, ya no la lógica del mercado sino la calma mínima para seguir sumando. Hay muchas quejas puertas adentro pero, una vez abiertas, todo se reduce a “arreglos” bajo la mesa o en el Salón Blanco. Me pregunto, por ejemplo: ¿Es lícito aplaudir porque “congelan” el precio de un fertilizante cuando se ha perdido productividad gracias a la prohibición de exportar hace apenas unos días? Hay conductas “no oficialistas” que tampoco ayudan a la hora de buscar una salida para esta Argentina.

En este marco, puede interpretarse, a su vez, el reciente acuerdo entre Aeropuertos y el Gobierno. Menos deuda por un lado y una “garantía” -bien entre comillas- de poder seguir en el negocio por un lapso más de tiempo sin que lleguen a destiempo citaciones de juzgados u otros apremios varios. Por el otro, una acumulación aún mayor de poder y una manera efectiva de seguir recaudando.

Sumado a ello, está el negocio de los subsidios que viene de la mano de Aerolíneas Argentinas y el “visto bueno” de los gremios que en etapa proselitista es más que preciado. A la vista salen, unos cuántos meses después, los vaivenes de un conflicto que a más de uno lo dejó varado.

Si el próximo es año eleccionario, lo importante para el Ejecutivo es poder hacer frente con una caja generosa que no termine alterándose ante los exabruptos de algunos funcionarios apurados por repartir. Los rumores de un candidato apañado por el país del norte puede que sean infundados pero, no por eso, son descartados en Balcarce 50 y, de alguna manera, se escucha en los despachos, hay que frenarlo.

¿Cómo pueden hacerlo? Con carpetas y prontuario ya no resulta demasiado serio, más fácil es “repartiendo” cuál cajeros automáticos.

Claro que, pese a todo, los imponderables están a la orden del día, los escándalos amenazan con salir de las cuatro paredes en las que se mantienen y los correveidile están abandonando la categoría de rumores infundados para asirse de pruebas que pueden descolocar al gobierno mejor ponderado. Por algo aflora, en estos días, ese clima de nerviosismo extraño en un Gobierno que tiene para sus afanes, un escenario todavía controlado.

Hay en Balcarce 50 más que funcionarios, cajeros automáticos haciendo cuentas las 24 horas del día. “Entra mucha pero sale demasiada” dicen algunos. Y aún hay muchos clientes esperando. ¿Podrá el Gobierno Nacional satisfacer a todos o quedarán huecos que le compliquen las cuentas cuando se trate de sumar votos y restar adversarios?

Esa es la pregunta crucial en esta época. Por eso no asombra que todo sea proselitismo ni resulta descabellado pensar en un adelantamiento de comicios. Se sabe: en la Argentina todo es factible hasta hacer de la Constitución una interpretación contraria a sí misma.

Hay cuestiones que no cierran y pueden alterar el “debe” y el “haber” de un Gobierno que más allá de la oposición unida o no, puede zafar la próxima contienda electoral con una buena billetera. Léase: las deudas provinciales. Desde ya que apostar a una renegociación de las mismas no es ilógico. Ya hay vasta jurisprudencia. La provincia de Buenos Aires es un hervidero de cuentas que no cierran, lo es también Córdoba y otras tantas provincias pero convengamos que, basta con atender el conurbano bonaerense para salir airoso de una elección en el 2007.

Lo que queda por dilucidar - y quizás sea el tema más crucial - es que quiere la oposición. ¿Qué quiere ese creciente número de gente atrincherada en la esperanza de una oposición capaz de llegar a hacer una buena elección y erigirse, en el próximo escenario, como una suerte de juez o contralor? Si se entrega sin luchar ante la aparente certeza de que el Gobierno vence gracias a la abultada caja que maneja es mejor, entonces que guarde las quejas, baje la cabeza y obedezca. Si ejerce presión sacando a relucir lo que sabe, y para lo cuál no faltan pruebas, sin entrar en la especulación del “¿Me conviene o no? Tal vez, el 2009 pinta mejor” entonces es probable que de acá al 2007 tengamos unas cuántas sorpresas para desenmascarar las encuestas, y ver qué hay detrás de un Gobierno con un aparente alto consenso social.

Las cartas básicas están sobre la mesa. Jugó el oficialismo. Jugó la oposición. Se encolumnen o no detrás del ex ministro de Economía, lo que está claro es que si se guardan cartas en la manga, la partida puede dársele por ganada al oficialismo sin mucha magia. Ahora bien, si las sacan a tiempo, el kirchnerismo quedará al descubierto como lo que es: un verticalismo sin mucha sustancia sostenido en el poder gracias a prebendas, pases baratos y una habilidad extrema en el manejo de “arreglos” por debajo de la mesa.

El ingrediente social no acompaña, como parece a simple vista, sino que se prepara con maniobras harto peligrosas.

Para quienes no quieren ver todavía cuán grave es la permanente afrenta a las FFAA - distante por demás de cualquier contienda librada en los setenta – y mucho más cercana a desentenderse de las hipótesis de conflicto que priman en el siglo XXI, con narcotráfico en alarmante crecida y terrorismo globalizado, cabe comentar que armas hay. Pero no en manos de soldados. No es en el seno del Ejército dónde debe buscarse al enemigo. Esa es una falsa batalla.

Más allá de que, el Jefe de la Fuerza, Roberto Bendini, de tener un mínimo de dignidad debiera dar un paso al costado por el sólo hecho de estar procesado y no detentar autoridad ante sus subordinados, en los cuarteles prima la racionalidad y hay más apego a las instituciones y a la constitucionalidad de la que hay en la Rosada.

No está en Campo de Mayo la amenaza. ¿Dónde está? La respuesta debiera darla la autoridad política develando la identidad de quienes tienen los índices en gatillos “oficialmente” entregados. Y, de no ser así, desmentir con contundencia que existan tales “elementos” armados. Pero hay silencio de radio.

Mientras, lamentablemente, la Argentina no cambia. No con esta dirigencia. Lo que puede alterarse es el marcador donde, unos y otros, anotan sus puntos para pasar a una segunda vuelta con más chance de erigirse “candidatos”, quizás no al sillón pero si a la cancha donde se juega por una posición más digna que aquella que permite ascender o descender por mera especulación.

En este contexto, más que el viaje a España que nos será vendido como “exitoso” en demasía aunque Zapatero tenga unas cuántas verdades que no serán traducidas a la ciudadanía, menos aún en el marco de un campeonato mundial de fútbol donde somos protagonistas, lo que hay que mirar sin descuidarse es la conducta de la oposición y de los sectores que son bastardeados día tras día por el Ejecutivo Nacional.

Porque, en definitiva, es de ellos de dónde puede salir un cambio si acaso se atreven a hablar y abandonan -de una vez por todas y más allá de las “advertencias” recibidas-, el silencio por conveniencia o, quién sabe, la cobardía…

Gabriela Pousá

Analista Política. Lic. en Comunicación Social (Universidad del Salvador) Master en Economía y Ciencias Políticas (ESEADE) Queda prohibida su reproducción total o parcial sin mención de la fuente.

==========================================================

2 – Nota de opinión con valor cívico y verdades de a puños

Que no vea el que no quiera ver la patética realidad argentina

“La peste”

por Horacio R. Palma

Un soplo de aire como peste, vino del sur y enfermó mi país.

Lo enfermó de odios eternos y de rencores profundos de sangrar constante. De mentiras que devastan, y de una historia, deformada hasta convertirla en una masa sin forma.

Mi país está enfermo, y lo digo con dolor, tan enfermo, que quizás un día de éstos se muera de injusticia. Porque el soplo de aires rancios que sopla desde el sur, lo enfermó también de injusticia y puso sus valores patas para arriba.

Y todo es igual. Y nada es peor. Y la peste nos igualó en una peste que intenta cegar a la gente. Que amenaza a los que bien recuerdan.

Y carcome de miedo, con su hálito helado de intolerancia, a los que intentan gritar la otra parte de la verdad. Porque ante la verdad gritada, el soplo de peste que sopla del sur se hace furia y arrasa con más rencor, y con más odio y con más intolerancia. intenta meter miedo para tapar su miedo.

¡Pero a nosotros no nos pueden mentir porque nosotros no nos negamos a ver!.

Y a nosotros no nos pueden callar, porque nosotros sabemos la verdad. Y tenemos el deber, el honor, la responsabilidad y la obligación de decirla. Y de no callarla. Nos lo debemos, y se lo debemos a nuestros muertos, los héroes.

A nosotros no nos pueden vedar la verdad con la venda de esos pañuelos blancos que esconden sueños grana.

A nosotros no nos pueden amordazar con esa mordaza de pañuelos blancos que cubren rencores y odios negros de asesinos trasnochados que minaron la República.

¡Los héroes son los que murieron defendiendo a esa República jaqueada de muerte y de espanto!..Y NO, OTROS.

Tenemos que quitarnos las vendas. Y escupir las mordazas y gritar la verdad.

Si no lo hacemos nosotros. ¿quiénes? Si no es ahora. ¿cuándo?

Debemos ser los ojos de los que no se animan a ver. Porque solo en un país de ciegos, puede reinar un tuerto y enfermarnos con su peste de odio y de historia deformada.

La obligación es nuestra. Y el tiempo es ahora.

Horacio R. Palma

hdpalma@ciudad.com.ar

==========================================================

3 – Un verdadero héroe de la guerra civil de los 70´

“Teniente de Navío – post mortem - D. Jorge Omar Mayol”

Muerto en combate, en defensa de la Nación en libertades republicanas y protegiendo en gesto supremo a sus compañeros de armas

por ´Prensa Independiente´

El 18 de junio de 1976, poco después de medianoche, se produjo un violento enfrentamiento armado entre un Grupo de Tareas operativo antiterrorista de la Escuela de Mecánica de la Armada y una célula de los terroristas Montoneros; fue en el estrecho palier de un piso superior en un edificio de departamentos, en proximidades de la intersección de la avenida Cabildo y la calle Virrey del Pino de la Capital Federal, barrio de Belgrano.

Los terroristas, arrinconados en su departamento, al ser conminados a salir y rendirse, simularon entregarse y sorpresivamente lanzaron una granada de mano al palier, la cual fue virtualmente “atajada” con sus manos por el Teniente de Fragata de Infantería de Marina D. Jorge Omar Mayol, quien cubrió con su cuerpo a los demás camaradas ubicados en el reducido lugar y falleció por la explosión.

Además, fue herido por varias esquirlas el Jefe del Operativo, entonces Capitán de Fragata D. Salvio Olegario Menéndez, siempre ubicado a la cabeza de los efectivos en la posición de máximo riesgo en este tipo de combates cuerpo a cuerpo. Durante la confusión de la evacuación de los heridos en los pasillos a oscuras por la explosión , los terroristas huyeron pasando a otros pisos y edificios vecinos.

Quien arrojara la granada fue el terrorista Juan Miguel Gianfrancisco, nacido en Tucumán el 19 de agosto de 1944, DNI 8.085.523, Cédula de Identidad Tucumana 266.315, de profesión topógrafo, quien se hallaría hoy jubilado.

==========================================================

4 – 20/6/2006 - Editorial :

“El velorio de las instituciones”.

por el Lic. Gustavo Adolfo Bunse

Muy pocos se han dado cuenta todavía, pero las instituciones en la República, han fallecido.

El Estado es una máquina absolutamente paralizada que ya no funciona ni como motor de la Nación, ni mucho menos como garante jurídico social.

El deceso de las instituciones es, ahora mismo, un costo colectivo que habremos de pagar muy caro por habernos abandonado tan plácidamente en una telaraña de populismo y demagogia que parece estar a punto de consolidarse casi definitivamente en unas elecciones libres, el próximo año.

Muchos lo están viendo y callan.

Otros, no lo ven, engañados ó acaso confundidos por el responsable de los destinos de la Nación.

En sólo tres años se ha conseguido, por aproximaciones sucesivas, el sometimiento pleno de los empresarios cuyas organizaciones corporativas son hoy manejadas por advenedizos, el servilismo del parlamento, cuyos miembros son ya figuras absolutamente decorativas y la confusión de los trabajadores, cuyos sindicatos ó representantes son sobornados por el Gobierno ó se convierten lisa y llanamente en sus empleados.

Hay advertencias serias de corrupción general.

Hay una gavilla de hacedores de negocios, de “arquitectos” del sobreprecio, de canje empresarial y de la sastrería licitatoria “a medida” que están horadando las arcas públicas en su beneficio personal.

Quienes se han dado cuenta del latrocinio y la depredación perpetrados bajo una máscara de ética solemne, señalan los hechos sólo con alocuciones pomposas ó con referencias que lucen rengas de prueba ó que carecen de la condigna denuncia formal.

Ni un solo fiscal, ni un solo juez, ni un solo tribunal, habrán de producir, con arrojo, el acto institucional correctivo imprescindible : La investigación, la prueba y la condena.

Y así ha de ser, lamentablemente, porque las instituciones han fallecido y, salvo algunas tibias voces de alerta que se animan a señalar la saga de las maletas de cuero del Palacio, hoy campea la cobardía y el desentendimiento social.

En el velatorio institucional habrá pocas flores y sin dudas, las pocas que haya, habrán de secarse muy rápido.

A prudente distancia, en un lugar elevado que permita ver todo, habrá un cuervo negro disimulando su sonrisa y esquivando la culpa con su mirada torva y su pupila oblicua.

Un ejemplar de ave temible y destructiva, aprendiz de rapaz, seleccionada un día como acabado prototipo de pasión por la voracidad y de fanatismo, por el vicio político disfrazado.

Con las disidencias acalladas, el cuervo querrá terminar rápido ese velorio y descender de su sitial a empuñar el cajón institucional para inhumarlo sin demoras en alguna ciénaga, regresando entonces a su sistema planetario, donde el sol no existe.

Su pico curvado se abrirá sólo para conmover a la piara con tono amenazante y asegurarse la sepultura permanente de lo que allí se ha de inhumar.

La resignada pasividad general será la culminación de un acto con todos los presentes retirándose encolumnados besando la garra del cuervo a la salida del acto y aceptando humillarse hasta sangrar.

Las instituciones serán llevadas en un féretro por hombres de negro que, precisamente, han de ser los mismos que ayudaron a retirar el respirador artificial cuando fue oportuno ejecutar el tiro de gracia.

En el epitafio, puesto allí cuando ya nadie pueda verlo, quedarán escritas las verdades históricas del Doctor Enrique Krauze acerca del populismo y de la demagogia:

§ El populismo trata de forzar la instalación de un líder carismático.

§ Como muchas veces no lo tiene, o quien se halla instalado en el poder carece de carisma, trata de fabricarlo en modo artificial.

§ No cuaja el populismo si no tiene la figura del hombre providencial que resolverá, de una buena vez y para siempre, los problemas del pueblo.

§ El populista resulta normalmente, un mezquino advenedizo efímero y presuntuoso que forja su beneficio económico personal o vive para una obra narcisista.

§ Pero es a su persona y a sus supuestas cualidades a las que desea que se entregue el discipulado, el séquito y el partido.

§ El populista no sólo usa y abusa de la palabra : se apodera de ella. a palabra es el vehículo específico de su prédica.

§ El populista se siente el intérprete supremo de la verdad general y también se asume como la agencia de noticias del pueblo.

§ Habla con el público de manera constante, atiza sus pasiones, dice "alumbrar el camino" y hace todo ello sin limitaciones ni intermediarios.

§ Aristóteles sostiene que la demagogia es la causa principal de "las revoluciones en las democracias" y advierte una convergencia entre el poder desmedido y la sumisión general.

§ Más tarde se desarrolla una mediocre habilidad retórica con lenguaje popular y llega la hora de los demagogos puros.

§ El populismo fabrica la verdad.

§ Los populistas siempre llevan hasta sus últimas consecuencias el proverbio latino: Vox populi, Vox dei.

§ Pero como Dios no se manifiesta todos los días y el pueblo no tiene una sola voz, el gobierno "popular" interpreta la voz del pueblo, eleva esa versión al rango de verdad oficial y sueña con decretar la verdad única.

§ Como es natural, los populistas abominan de la libertad de expresión.

§ Confunden la crítica con la enemistad militante; por eso buscan desprestigiarla, controlarla, acallarla.

§ El populista utiliza de modo discrecional los fondos públicos.

§ No tiene paciencia con las sutilezas de la economía y las finanzas.

§ El erario es el patrimonio privado que puede utilizar para enriquecerse y/o para embarcarse en proyectos que considere importantes o gloriosos, sin tomar en cuenta los costos.

§ El populista tiene un concepto mágico de la economía: para él, todo gasto es inversión.

§ La ignorancia o incomprensión de los gobiernos populistas en materia económica se ha traducido en desastres descomunales de los que los países tardan decenios en recobrarse.

§ El populista reparte directamente la riqueza, lo cual no es criticable en sí mismo , pero no reparte nada gratis: Focaliza su ayuda y la cobra en obediencia.

"¡Ustedes tienen el deber de pedir!", exclaman.

Crean así una idea ficticia de la realidad económica y se entroniza una mentalidad becaria.

Y al final, ¿quién paga la cuenta? :

El erario público, los empresarios y los propios obreros con sus donaciones "voluntarias" y, sobre todo, la posteridad endeudada o acaso, devorada por la inflación.

El populista alienta el odio de clases.

Las revoluciones en las democracias - explica Aristóteles, citando multitud de casos - son causadas sobre todo por la intemperancia de los demagogos.

El contenido de esa "intemperancia" fue el odio contra los ricos: "Unas veces, por su política de delaciones... y otras, atacándolos como clase [los demagogos] concitan contra ellos al pueblo".

Todos los populistas latinoamericanos modernos corresponden a la definición clásica, con un matiz: hostigan a los "ricos" (a quienes acusan a menudo de ser "antinacionales"), pero atraen a otros "empresarios patrióticos" que apoyan al régimen a cambio de prebendas secretas. Se dejan humillar en público para ello.

El populista no busca por fuerza abolir el mercado: supedita a sus agentes y los manipula en su favor.

El populista moviliza constantemente a los grupos sociales: apela, organiza, enardece a las masas.

La plaza pública es un teatro donde aparece "Su Majestad el pueblo" para demostrar su fuerza y escuchar las invectivas contra los "malos" de dentro y fuera.

El pueblo, claro, no es la suma de voluntades individuales expresadas de modo simple en un voto y representadas por un Parlamento; ni siquiera la encarnación de la "voluntad general" de Rousseau, sino una masa selectiva y vociferante.

"El poder para los que gritan el poder para el pueblo".

El populismo fustiga por sistema al "enemigo exterior".

Inmune a la crítica y alérgico a la autocrítica, necesitado de señalar chivos expiatorios para los fracasos, el régimen populista requiere desviar la atención interna hacia el adversario de fuera.

El populista reaviva siempre las viejas pasiones anti Estados Unidos que hierven en Latinoamérica desde la Guerra del ’98. Castro convirtió esa pasión en la esencia de su régimen, un triste régimen definido por lo que odia, no por la que ama, aspira o logra.

Por su parte, Chávez ha llevado la retórica antiestadounidense a expresiones de bajeza que aún Castro consideraría, tal vez, de mal gusto. Al mismo tiempo, hace representar en las calles de Caracas simulacros de defensa contra una invasión que sólo existe en su imaginación, pero que un sector importante de la población venezolana (adversa, en general, al modelo cubano) termina por creer.

El populismo desprecia el orden legal.

Hay en la cultura política iberoamericana un apego atávico a la "ley natural" y una desconfianza a las leyes hechas por el hombre.

Por eso, una vez en el poder (como Chávez) el caudillo tiende a apoderarse del Congreso e inducir la "justicia directa ("popular, bolivariana").

El populista suprime la inmunidad parlamentaria y lo depura, a su conveniencia.

El populismo mina, domina y, en último término, domestica o cancela las instituciones de la democracia liberal.

El populismo abomina de los límites a su poder, los considera aristocráticos, oligárquicos, contrarios a la "voluntad popular".

El populismo tiene, por añadidura, una naturaleza perversamente "moderada" o "provisional":

No termina nunca por ser plenamente dictatorial ni totalitario.

Por eso, alimenta sin cesar la engañosa ilusión de un futuro mejor, enmascara los desastres que provoca, posterga el examen objetivo de sus actos, doblega la crítica, adultera la verdad, adormece, corrompe y degrada el espíritu público.

==========================================================

5 – La Nueva Provincia – 21 de Junio del 2006

Cartas de lectores:

“Por una memoria completa”

Al enviar un afectuoso saludo a los camaradas del glorioso Ejército Argentino con motivo de haber celebrado su 196 aniversario, quiero solidarizarme con los hombres de la fuerza que fueron sancionados por participar, el 24 de mayo, de un merecido homenaje a los muertos por la subversión, en el cenotafio de la Plaza San Martín de Buenos Aires. Gente que perdió la vida a manos de la delincuencia insurreccional que azotó a la Argentina en los años 70.

Me causó tristeza que en la concentración de la Plaza de Mayo, el día 25, donde se pudo apreciar a personas que tuvieron la desgracia de perder familiares en los virulentos años 70, rodeando a las autoridades nacionales no estuvieran presentes familiares del general Aramburu, del almirante Lambruschini y del teniente coronel Del Valle Larrabure.

Así es muy difícil lograr la anhelada "reconciliación nacional".

Quiero recordar las palabras de un apreciado almirante en el juicio a las Juntas Militares: "Señores, ustedes nos juzgan y nos condenan a nosotros, y a ustedes los juzgará la historia", dirigiéndose a los jueces de la Cámara juzgadora.

Espero que a esa historia la registre gente con mente sana y vuelque sobre ella la verdad y con memoria completa...

Suboficial Mayor (R) de la Armada Casimiro Jorge Elizalde

Buenos Aires

///////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

Todo lector que monte su propia cadena y nos retransmita,

contribuye a esta cruzada contra la desinformación ciudadana y

las deformaciones históricas dialécticamente inventadas ;

igualmente respecto a enviarnos notas o cartas para publicar.

///////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////