lunes, noviembre 22, 2010

El Papa no cambia la enseñanza de la Iglesia sobre el preservativo



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SOCIEDAD

«El Papa no cambia la enseñanza de la Iglesia sobre el preservativo»

El Vaticano insiste en que el Pontífice se refirió a un «caso excepcional» en el que se pone en peligro la vida de otra persona

Día 22/11/2010 - 12.49h
Saliendo al paso de interpretaciones erróneas de las palabras de Benedicto XVI sobre el uso de preservativos en el libro «Luz del Mundo», el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, manifestó ayer que «el Papa no reforma o cambia la enseñanza de la Iglesia, sino que la reafirma en la perspectiva del valor y la dignidad de la sexualidad humana como expresión de amor y responsabilidad».
El portavoz insistió en que el Papa se refería a «una situación excepcional en la que el ejercicio de la sexualidad representa un verdadero peligro para la vida de otra persona» por contagio de sida. El caso concreto no está claro pues la frase publicada por «L'Osservatore Romano» corresponde a la versión italiana, donde se lee «Puede haber casos justificados como, por ejemplo, cuando una prostituta utiliza un preservativo…», mientras que al parecer el texto original alemán y las ediciones inglesa y francesa se refieren a prostitución masculina.
En esa situación excepcional, según el portavoz del Vaticano, «el Papa no justifica moralmente el ejercicio desordenado de la sexualidad, pero considera que el uso del preservativo para disminuir el peligro de contagio sea “un primer acto de responsabilidad”, “un primer paso en el camino hacia una sexualidad más humana”, es preferible a no usarlo poniendo en peligro la vida del otro».
«Nunca tan directo»
El padre Lombardi precisa que «el razonamiento del Papa no puede, desde luego, ser definido como un cambio revolucionario» ya que «numerosos teólogos morales y personalidades eclesiásticas autorizadas han sostenido y sostienen posturas análogas». El portavoz admite, eso sí, que «nunca antes las habíamos escuchado con tanta claridad en la boca de un Papa, aunque sea en una forma coloquial y no magisterial».
Las palabras de Benedicto XVI, según el padre Lombardi, «mantienen la fidelidad a los principios morales y demuestran lucidez en rechazar el camino ilusorio de la 'confianza en el preservativo'. Al mismo tiempo, manifiestan una visión amplia, atenta a descubrir los pequeños pasos —aunque sean iniciales y todavía confusos— de una humanidad con frecuencia espiritual y culturalmente paupérrima hacia un ejercicio más humano y responsable de la sexualidad».
El portavoz del Vaticano señaló que la pregunta del periodista Peter Seewald —omitida por «L'Osservatore Romano» lo cual contribuyó a crear confusión— se refería a las declaraciones de Benedicto XVI durante su viaje a África en el sentido de que los preservativos no son la panacea para frenar el sida.
En el resto de su respuesta a Seewald en «Luz del mundo», el Papa se refiere al creciente consenso respecto a la estrategia conocida como ABC por sus siglas inglesas «Abstinence - Be faithful - Condom» (abstinencia, fidelidad y condón) en la que, según el portavoz del Vaticano, «los dos primeros elementos, abstinencia y fidelidad a la pareja, son mucho más decisivos y fundamentales en la lucha contra el sida, mientras que el preservativo aparece en último lugar, cuando faltan los otros dos».
En todo caso, lo esencial es que «el Papa amplía la mirada, e insiste en el hecho de que concentrarse sólo en el preservativo equivale a banalizar la sexualidad, que pierde su significado como expresión de amor.
Otros precedentes
Aunque el padre Lombardi no mencionó a ninguno de los teólogos y moralistas que han legitimado el uso de preservativos en casos excepcionales, los ejemplos son abundantes y autorizados. Ya en el 2005, el cardenal suizo George Cottier, quien había sido el Teólogo de la Casa Pontificia con Juan Pablo II, manifestó que el uso del preservativo es un «mal menor» cuando hay peligro de muerte. Cottier señaló que su uso puede ser legítimo para frenar el contagio de sida en zonas de elevado consumo de drogas, promiscuidad o miseria como en tantas partes del continente africano y Asia.
En esa misma línea se han manifestado cardenales como Carlo Maria Martini o Godfried Danneels, mientras que otros altos responsables del Vaticano se han referido a los casos de uso de preservativo para evitar contagio entre esposos, donde el principio de proteger la vida del otro reviste una obligatoriedad todavía mayor.