lunes, junio 28, 2010

Mundial ateo y masónico

Mundial ateo y masónico

prohiben manifestaciones religiosas de los jugadores 
 
No porque comparta el confuso ideal de "libertad religiosa" que campea hoy, sino porque el gesto pone claramente en evidencia el carácter masónico y ateísta (ya no hay lugar siquiera para el vago deísmo de la masonería británica) del gran espectáculo universal de estos tiempos, por eso recomiendo la lectura de esta nota, en particular la primera parte, que citamos.
La costumbre de no ver televisión aclara la mente y la dispone para un mejor discernimiento. Al entrar en contacto con la TV, y particularmente con lo relativo al mundial de fútbol en estos días, resulta evidente la función masificadora de este show, que apunta no solo al enriquecimiento de algunos, sino tambien a inclinar los corazones y las mentes a la idea de un mundo unificado por "el deporte" en una suerte de hermandad laica, redentora y pacificadora. La paz por el fútbol... La fraternidad universal. El culto religioso reemplazado por la liturgia de los fanáticos (nunca más apropiada esta palabra). 
No creo que pase de ser un esfuerzo tan inútil como cualesquiera otros previos por "unir a la humanidad" (como si pudiera unirse una abstracción) detrás de algo que no sea la Fe de Cristo. Con todo, lo más parecido al "Hermano Mayor" que he visto es este culto impersonal pero celoso, porque no admite competencia, como lo demuestra la prohibición de realizar gestos religiosos (santiguarse, rezar ostensiblemente, besar una medalla, exhibir carteles por debajo de la casaca deportiva). El dios fútbol quiere ser el único verdadero, y por eso el sumo pontífice Blatter ha excomulgado a los creyentes de otras denominaciones...
Terrible y grotesco, como el demonio que lo inspira.
Dios, fuera del Mundial. Polémica porque la FIFA prohibió las demostraciones religiosas.
Esta vez nada. No podrán santiguarse, ni elevar las manos al cielo. Tampoco podrán mostrar la camiseta que llevan bajo el uniforme. Ni católicos, ni musulmanes, ni hindúes… nada. La FIFA, todopoderosa, ha expulsado a Dios del Mundial.
Joseph Blatter, heredero de la multinacional que mueve más millones en el orbe, el jefe de la organización con más estados nacionales miembros, acaba de decretar “que cualquier manifestación religiosa debe quedar fuera del fútbol”.
La idea detrás de este “mundial laico” es simplemente “no incitar a la violencia”, tal como lo dio a conocer Andreas Herren, portavoz de la FIFA, pero ¿ha habido alguna vez un enfrentamiento en un estadio por un símbolo religioso?, ¿Cuáles son las verdaderas motivaciones para convertir los estadios en el nuevo escenario de exclusión religiosa?

La prohibición
En un contexto estrictamente deportivo, esta norma parece integrarse al paquete de la amonestación por “festejo desmedido”, que recibe quien celebra un gol quitándose la camisa, o subiéndose a las mallas. Pero como dice Javier Aguirre, del periódico argentino Página 12, “para organizadores de eventos costosísimos como un Mundial, la fe resulta una expresión aun más inquietante que la felicidad”.
Según cuentan diversos medios, la afrenta última que sufrió este organismo en este ámbito fue a manos de Brasil durante la última Copa Confederaciones. Los verde amarillos vencieron tres goles por dos a un inspirado Estados Unidos, luego de estar abajo todo el partido. Pero una vez que este finalizó, jugadores y miembros del cuerpo técnico formaron un círculo al centro de la cancha. Abrazados recitaron una oración de acción de gracias, gesto que provocó un disgusto enorme a Jim Stjerne Hansen, presidente de la Federación Danesa de Fútbol.
El funcionario consideró “inaceptable” el asunto y escribió una carta: “la expresión de fervor religioso de los brasileños duró demasiado tiempo… y provoca una confusión entre religión y deporte”.
Un acto parecido ocurrió en Yokohama, cuando Brasil conquistó su quinto título mundial en Corea-Japón 2002, y varios jugadores dieron mensajes religiosos con frases pintadas bajo su uniforme.
La FIFA tiene reglas muy particulares que gobiernan casi todas las cosas relativas al fútbol. Hasta hace poco, no prohibía los gestos de religiosidad, pero tiene sanciones para textos inscritos bajo la camiseta del uniforme sean políticas, personales o religiosas. Probablemente las camisetas con mensajes cristianos como “Amo a Dios” o “Pertenezco a Jesús” que mostraron los flamantes campeones al finalizar el cotejo, no ayudaron mucho en este tema.
Con la carta en la mano y en los medios muchos millones en juego, Blatter rápidamente acuerpó las declaraciones de Stjerne y envió una señal inequívoca al equipo brasileño con su severa advertencia. No en vano el escritor George Orwell alguna vez dijo que el fútbol era una guerra sin disparos; y aquí los disparos parece que van dirigidos al cielo. (...)
Costa Rica, (Eco Católico
Reproducido por El Informador Público